Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
Entrevistas. Al Natural
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«A mí me mueve Cuenca, no lo económico»

«A mí me mueve Cuenca, no lo económico»

La Feria de San Julián ha dejado un poso inesperado. La reacción de cierta parte del público en la tarde de la lluvia que obligó a retrasar el festejo después de la ingente labor de la empresa por sacarlo adelante, ha hecho replantearse las cosas a Maximino Pérez, ciertamente desilusionado con algunos comportamientos. Él, que siempre ha cuidado a Cuenca por encima de todo, siente que ese día no recibió el trato que merece. Ahora está por ver la repercusión que este punto de inflexión marcará en su relación con Cuenca y con su feria taurina.
Leo Cortijo

- ¿Ha sido ésta la feria taurina que más trabajo ha implicado de todas las que ha realizado en Cuenca?

- En cuanto a trabajo previo, sí. Ha sido una de las ferias en las que más tiempo hemos tenido que emplear por la repercusión mediática que ha tenido. Si solo nos centramos en los cinco días de feria, la del año pasado, por ejemplo, fue mucho más laboriosa que ésta por las condiciones meteorológicas, claro está.

- ¿Convencer a Jesulín para que reapareciese y para que se involucrase así en la promoción del festejo fue lo más complicado de este año?

Convencer a Jesulín, después de tres o cuatro años insistiéndole, no ha sido una empresa fácil. Pero cuando dio el paso de forma definitiva, montar todo el festejo sí lo fue. Todo fue sencillo, no puso trabas en ningún aspecto. Eso iba a ocasionar, y lo sabíamos, un revulsivo mediático con el que íbamos a tener que trabajar. Pero ojalá fuera todos los años y en todas las ferias así, no solo en Cuenca, teniendo la repercusión mediática que ha tenido este festejo.

- Mira que hubo medios de comunicación ese día en la plaza... 

Estamos por encima de los 400 minutos en televisión, y eso cuesta decenas de millones de euros en publicidad. La mayor parte de ese tiempo se ha hablado de Cuenca, y creo que todavía no nos hemos parado a valorar la repercusión, para bien, que esto ha podido tener en esta ciudad. Que se hable de Cuenca, gracias a Jesulín, reporta muchos beneficios de los que, indirecta o directamente, se benefician muchos conquenses.

- A nivel artístico, ¿ha estado la feria a la altura de las expectativas?

No soy el más indicado para valorarlo. Aún con eso, creo que sí. Exceptuando la primera corrida, el resto han sido tardes con matices, pero muy importantes. Y de las que trascienden por muchos aspectos. Por otro lado, en cuanto a la asistencia de público, estamos hablando de 50.000 habitantes, porque si esto se hiciera en una ciudad con medio millón de habitantes, habrían sido cinco «No hay billetes». En Cuenca no es así y tengo que asumir qué es esta ciudad, qué era cuando yo llegué en 1999 y qué se ha conseguido en este tiempo. Eso es lo que tengo que valorar. ¿Lo que podría haber sido? A lo mejor en otra ciudad hubiera habido más asistencia y más facturación, pero yo estoy satisfecho con lo que he hecho y con mi forma de trabajar. Eso no lo va a cambiar nadie.

- Más allá del ruedo, en lo personal, ¿con qué sabor de boca se queda?

Satisfecho a nivel artístico y empresarial. Creo que ha sido una feria importante para Cuenca a todos los niveles, para la Champions y para la Feria de San Julián, que es lo importante, que no bajemos el listón. Yo ya no sé qué más inventarme... porque cuanto más te inventas, a veces, más te critican. Ahora toca pensar qué va a pasar o qué no va a pasar...

- Me sorprende la respuesta. ¿Por qué lo dice? ¿En qué puede cambiar?

Yo tengo una forma de trabajar. Los demás no sé si lo hacen mejor o peor, pero esa forma de trabajar me ha dado buenos resultados. Pero llega un punto donde realmente recapacitas y piensas si estás recogiendo frutos y si éstos, a lo mejor destinados a otros negocios, tendrían otro peso. No olvidemos que yo no me dedico íntegramente al sector taurino. Ahora es el momento de sopesar si mi trayectoria en la tauromaquia tiene que tener un punto y aparte, un punto y final o un punto y seguido. Tal y como está el sector, los ataques de fuera y lo correspondido que se siente uno desde dentro, me planteo si merece la pena o no seguir. Muchos días terminas y piensas que todo el oro del mundo no paga la satisfacción de ver el espectáculo que has dado, pero otros días sales contrariado y pensando: «¿qué hago yo aquí?».

- ¿Esas dudas vienen por el día de la lluvia en el que se hizo todo lo posible por sacar el festejo adelante sin que la gente entendiera que su empresa no ganaba más dinero dándolo y por eso protestaron? 

- Dando el festejo dejé de ganar dinero. Con la suspensión ganaba dinero, pero es que con la no suspensión dejaba de ganar más dinero. Mucho más dinero. Multiplicaba por tres los beneficios. Mucha gente eso no lo entiende ni lo va a entender. En la vida no todo es dinero. En la vida te tienes que sentir satisfecho con tu trabajo, y sobre todo si no vives de ello directamente, como es mi caso. Cuando te ves en una situación así, hipotecas lo económico y encima te sientes agredido... Con los días el tema se va enfriando y piensas que son unos cuantos, pero espero que en su conciencia hayan recapacitado y se den cuenta de que no todo el mundo hace las cosas por dinero, sino por satisfacción personal. Yo no tengo necesidad de echar serrín, ni en esta plaza ni en ninguna. Ni para ganar dinero ni para dejar de ganarlo. Que lo tengan claro. Espero que el día de mañana no tengamos que echar la vista atrás y decir: «¡Las cosas que hicimos y no supimos valorar!».
 
- No sé por qué razones, pero ¿cree que fueron injustos con usted?
 
Yo lo que quiero es que tengan claro una cosa: Si Maximino está en Cuenca es porque quiere que los festejos sean un éxito todos los días. Me jode muchísimo suspender un festejo aunque gane más dinero haciéndolo. Suspender un festejo, para mí, es un fracaso, y si no pongo todos los medios para ello creería que mi trabajo no estaría bien hecho. Les aseguro a todos los que lean esta entrevista que cuando se encuentren con alguien que se cucre de brazos y no haga nada y suspenda de inmediato el festejo, entonces, es cuando se van a acordar de todas las medidas que hemos tomado para sacar los festejos adelante y para que hubiera las menos decepciones posibles. A mí no me mueve lo económico, a mí me mueve Cuenca; y el que quiera pensar lo contrario es que, posiblemente, a él sí le moviera en ese momento lo económico...
 
- En el lado opuesto, hubo una muy buena noticia: llevábamos diez años sin colgar un «No hay billetes». ¿Eso es un milagro hoy en día?
 
- Quitando Madrid y Pamplona, no va a haber más de cinco o seis «No hay billetes» en toda la temporada, y uno de ellos está en Cuenca...
 
- ¿Y a eso qué valor le otorga?
 
- No soy el que tiene que valorarlo. Lo valoro desde el punto de vista de que el trabajo está bien hecho porque si no, no se hubiera llenado la plaza. El éxito fue meter 7.000 personas el día de Jesulín y otras 8.000 con la Monstruo. Lo importante es que el abonado se ha mantenido y que el volumen de público de este año está por encima del pasado, lógicamente porque en 2017 llovió los cinco días.
 
- Una pregunta para el Maximino Pérez aficionado: ¿Fue o no fue de indulto el toro Aguamiel?
 
- No vi el toro, de verdad. No he visto más que (piensa) unos ocho toros en toda la feria... para aquellos que piensan que yo me divierto viendo todo esto, que lo paso fenomenal y que vengo de paseo. He visto los dos toros de El Gallo y Jesulín, uno de Padilla, otro de Abellán, el primero de El Juli y uno de la corrida de rejones.
 
- ¿Dónde estaba en todas esas faenas que no pudo ver?
 
- Organizando todo para que todo estuviera perfecto y que nadie encontrara deficiencias. Me podía poner el traje y la corbata y sentarme en mi palco a ver los toros, pero es que mi conciencia no me deja.
 
- ¿Qué le pareció la actuación de Aitor Darío El Gallo con Cebada Gago?
 
- Ni le ayudó su lote ni ayudó la corrida. Él estuvo digno. Me alegró que matara bien, sobre todo a su primero, y me alegró muchísimo que cortara una oreja. Lástima que la corrida de Cebada Gago no hubiera ayudado un poquito más, porque si no habría cortado más trofeos. 
 
- Ese Maximino aficionado, ¿qué destacaría como lo mejor y lo peor?
 
- El Maximino aficionado hace años que ha dejado de serlo. Ahora a Maximino le gusta más el fútbol o las carreras de caballos. Me entristece decirlo, pero como cada año me voy desilusionando más con todo, al final el Maximino aficionado se ha convertido en el Maximino profesional y lo demás ya ni lo valora.
 
- Después del fracaso de este año, ¿habrá ganadería torista en 2019?
 
- No. La de este año ha sido un fracaso y no quiero tener un segundo fracaso seguido. No me puedo permitir el lujo de que vuelva a fallar otra ganadería torista. Viendo el resultado artístico y de público –que ha sido el segundo festejo donde menos gente hubo–, tengo que sacar conclusiones. Lo que posiblemente vaya a haber es un festejo menos, y al ser así la que caerá será la corrida torista.
 
- Nueva sorpresa. ¿Habrá un festejo menos el año que viene?
 
- Según mi contrato me lo puedo permitir. Y no hablo de este contrato, sino del anterior también. Dar cinco festejos ha sido un regalo que yo le he hecho a los aficionados todos los años. Nadie me obligaba a dar esa cuarta corrida de toros y el año que viene posiblemente tengamos tres corridas de toros y una de rejones.
 
- ¡Vaya! Me vuelve a sorprender una de sus respuestas...
 
- Me voy a agarrar a mi contrato. Hasta ahora me lo he saltado para bien de todos los aficionados. Como alguno me tachaba de pesetero, quiero que valore el esfuerzo que hacía con un festejo más, así como con los descuentos que hacía, también por encima de mi contrato. Voy a seguir haciendo los  mismos esfuerzos, pero mucho más coherentes, equilibrados y medidos, para que no ocurra lo que ha ocurrido este año.
 
- Nunca les ha dado argumentos a esos que le han tildado de pesetero, pero ahora, ¿qué van a pensar?
 
- Ahora me tendrán que decir que soy un fenómeno porque les voy a abaratar el abono, ¿no cree? 
 
- ¿Y si le pillo en caliente? La feria acabó hace una semana. Tiene que llover mucho hasta el año que viene...
 
- Usted lo ha dicho. De aquí al año que viene tienen que pasar muchas cosas y esperemos que sean para bien.
 
- Igual me equivoco, pero ¿le ha hecho cambiar esta feria taurina?
 
- No, no voy a cambiar en nada. Voy a seguir siendo el mismo de siempre, pero voy a obrar en consecuencia de todas las cosas que me han ocurrido en estos años. Según van ocurriendo cosas, tomas medidas. Por cierto, aprovecho para dar las gracias a quienes me han transmitido sus ánimos y su apoyo durante estos días. 
 
- Va a tener que hacer más magia que nunca el año que viene si la feria finalmente tiene cuatro tardes...

- Bueno... vamos a intentarlo a ver. A ver si se nos ocurre algo, y si no, pues haremos una gran feria como lo hemos hecho durante estos 20 años.

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