Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
Entrevistas. Al Natural
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«Nunca se sufre cuando luchas por lo que quieres»

«Nunca se sufre cuando luchas por lo que quieres»

El próximo sábado, Villaseca de la Sagra celebrará un gran tentadero a beneficio de Diego, un niño de la localidad aquejado de la enfermedad de Pompe. Uno de los pilares del festejo será el mítico espada venezolano José Nelo, Morenito de Maracay. Un torero que fue más que un gran banderillero y que nos habla con enorme profundidad de su carrera y su Venezuela del alma.
Jaime López

- Vuelve en Villaseca junto a otras cuatro grandes figuras. ¿Por qué esta vuelta?

- Porque me llamaron con mucha ilusión de allí y es benéfico. El cartel es muy bonito pudiendo además colaborar con la causa. Estoy toreando en el campo y algún festival y a todo lo que sea benéfico ayudo. Es un cartel de solera con compañeros con los que he toreado. Además ya conozco el municipio, pues el año pasado participé en una de las jornadas taurinas, con Víctor Mendes. Es un pueblo con gran afición a los toros, empezando por su alcalde, Jesús Hijosa. Lo pasamos muy bien.

- ¿Cuándo llegó a España?

- En el año 1976. Con una ilusión de ser torero tras una tremenda lucha y un tremendo esfuerzo. Nunca se sufre cuando luchas por lo que quieres. Lo conseguí a los dos años y medio.

- Llegó hace más de 40 años y ya no se ha marchado…

- Estuve 20 temporadas casi toreando todos los años. He hecho mi vida aquí. Me hice al son español sin abandonar mi Venezuela, que es mi otra madre.

- Los inicios, maestro, fueron muy complicados, ¿verdad?

- Como todo, hasta que hay alguien que te ayuda. Hay que dar vueltas y tocar puertas… y hasta que te salta la liebre con una becerra o novillo y demuestras lo que vales. Así se fijan en ti.

- Hablando de eso, una vaca en una ganadería toledana le cambió la vida. ¿No es así? 

- Así fue. Una vaca en la ganadería de Alejandro García, en Toledo. Luis Álvarez me llevó a un tentadero donde invitaron a Rafael Ponzo, torero venezolano con el que vine a España, y me llevaron. Salió una vaca extraordinaria, los impresioné, salió muy buena. Se fijó Álvarez en mí y ahí empezó todo.

- Toda la vida entre España y Venezuela, ¿no echa de menos su país?

- Sí. Está en un momento político muy malo, con políticos raros que hacen las cosas muy mal. Allí nací, soy venezolano. Siempre digo que mi madre es Venezuela y España es mi otra madre.

- Es la figura legendaria de Venezuela. ¿Cómo vive que ferias míticas cómo San Cristóbal se vean afectadas por vetos?

- Es triste. Es por falta de amor de estos políticos. No le ponen amor a las cosas de Venezuela como antes sí se ponía a las ferias de Maracay, San Cristóbal, Caracas, Valencia...  No ha habido la inyección de otra época con políticos que mantenían y cuidaban la feria. Los políticos no han dado importancia y todo se ha venido abajo: las ganaderías, las ferias... Así pasa lo que ha pasado. No hay el apoyo de la gente del gobierno que antes apoyaban.

- Al igual que ocurre en Ecuador, oímos muchas veces que se repele al toreo...

- La moda de gobernar de esta gente es de imperialismo y es todo cuento. Siempre he visto grandeza en toda América en el toreo. Es un cuento. El imperialismo son ellos, se llevan todo. Era el cuento del Almendruco. Aquí estamos igual. Cuidado con la política que son muy peligrosos, que son los mismos que allí y atacan las raíces de la Cultura.

- ¿Qué opina del rechazo por ser considerada una fiesta española?

- Es un petardo, es absurdo. No saben lo que dicen. Tienen la mentalidad de que es malo ser rico... Es un cuento. Como mandan, se hacen con el poder mediático y hacen ver mentiras como verdades, pero en realidad es una mentira como una iglesia. ¿Qué es el imperialismo? Ellos dicen que las grandes empresas, y ese es el cuento que algunos creen, pero muchos venezolanos no. Luchamos para que dé la vuelta.

- ¿Qué se puede hacer desde España?

- Mucha gente está en lucha implantando cosas para colaborar con las gentes de Venezuela. Hay una oposición que quiere ayudar pero no se pone de acuerdo. Ambos bandos tienen al país arruinados. Quieren quedarse como garrapata en un país rico y la riqueza es para ellos. No tiene ni 40 millones de habitantes y el país es pobre.

- Usted fue una revolución en América…

- Sí, no hacía caso a aquello cuando toreaba, pero se movían cosas. Sin estar activo siento el calor donde voy, por ejemplo en coloquios y charlas. Todos me muestran su cariño. 

- En esa historia del toreo eterno, podemos decir que usted heredó el trono de los Girón. ¿Qué opina de ello?

- César Girón era comandante general del toreo mundial. Dio mucho ejemplo. En la historia está inscrito como un fenómeno. Sus hermanos también como pioneros de poner la guinda al pollo. Estuve batallando en grandes ferias dando la cara y me hice un nombrecito y la gente me lo agradece y lo admira.

- En su época abundaba el cartel de los banderilleros, ¿cómo nació?

- Los apoderados inventaban mucho. Banderilleaban algunos como Esplá, muy bien, al igual que otros subalternos. El cartel de banderilleros fue un invento de apoderados como Luis Álvarez o Chopera... Nos vieron y nos pusieron en el campo a hacer números con la vaca. Quiebro, sesgo, adentros... Hicieron una corrida en 1981 con ese cartel y dimos la vuelta al ruedo tras las banderillas. Esplá, Nimeño y yo. Luego se unieron Mendes y Soro, entre algún otro.

- Es recordado, sobre todo, en Pamplona, con la canción de Mama Inés, pero lo cierto es que tuvo una carrera curtida en lo más hierro del campo bravo…

- Debuté con una corrida muy dura de Marqués de Albaserrada con Paco Alcalde y el maestro Bernadó en Barcelona. La gente se quedó loca con las banderillas y corté dos orejas. Se enamoraron de mí. Las peñas quedaron locas y me daban mucho mérito los aficionados.

- Con esa capacidad de poner banderillas y matar las duras, solo queda Ferrera hoy en día. ¿No cree?

- Creo que sí, es una gran figura del toreo. Con las banderillas pone aquello al rojo vivo.

- ¿Se valoraba más el cartel de banderilleros en su época?

- Sí. Ahora no se puede comparar porque no hay cartel. Hay rehileteros como Padilla, El Fandi o Ferrera que banderillean bien, pero que pongan a la gente en pie… Solo El Fandi y Ferrera, creo yo.

- El Fandi sí, pero en otro tipo de corridas…

- Le lleva otra casa. Torean con otros, y es un fenómeno banderilleando con sus facultades. Haría buena pareja con Ferrera y algún otro que pegara quiebro en medios y fuera diferente.

- ¿El cartel de los banderilleros fue buscado para llevar gente a las corridas duras?

- Sí, teniendo cartel nos pusieron en las duras y muy poco en las otras. Esplá protestó y se quitó a tiempo. Aquello era comprometido pero salíamos ilesos. Con la muleta nos decían cosas porque bajaba la intensidad, pero el toro debe embestir de principio a fin. Eran difíciles. La plaza estaba boca arriba con los palos, pero con un toro sin calidad en la muleta había que hacer un sobresfuerzo.

- Pese al éxito taquillero, ¿considera que el no meterles en menos duras fue un trato injusto por parte de las empresas?

- Se lo digo a Mendes y Soro… Imagínate la que armábamos con los palos y sin poder darte el regusto con la muleta. Tu ilusión es torear bien, pero en las duras pegar tres pares y seguir con la gente a hervir es muy complicado porque se requiere que te dejen quince pases y muchos toros no los tienen.

- ¿Por qué conectaban tanto con la gente?

- La gente me pedía el quiebro, o el balcón de Mendes, o las carreras de Esplá... Siempre salía un toro en el que lo hacíamos muy bien y gustaba la variedad y, sobre todo, la rivalidad.

- Rivalidad, comenta. En la plaza no hay amigos, ¿verdad?

- Nos queremos más que antes; y es que antes no nos queríamos tanto, íbamos cada cual a lo nuestro.

- No obstante, usted fue un gran muletero también…

- Cuando se dejaban los disfrutaba como los de San Isidro. Corté cuatro orejas en Barcelona o Zaragoza. Los toros tienen que dejarse un poco, con los palos solo no se puede. Hubo toros que guardo en mi mente, que quedaron. En las que matábamos algunos salían regular para la muleta. Para el sabiondo que decía que bajábamos en la muleta respecto a las banderillas…, ¿cómo no íbamos a bajar?

- Sufrió esa incomprensión de la que habla, pero en Madrid, al salir a hombros, dio un golpe en la mesa…

- Fue muy bonito, estuve entregado tanto con la capa, como en banderillas y con la muleta. Hice un quite que nadie esperaba, puse bien los palos y el toro me dejó en la muleta…, fue todo completo. La corrida no era de las más potables, estaban bien hechos y embistieron. Fue como ser príncipe del toreo, me sentí así. Aquellos olés, ¡imagínate! Me agradecían todo. Se armó una... Me pidieron las dos de uno y me dieron una y una. Fue una tarde redonda. 

- Sigue contando con el cariño de la gente. ¿Hoy en día se ha perdido la cercanía?

- Al salir sí se ve el cariño de la gente. Merece la pena, no estoy acostumbrado a pisar la calle cuando toreaba pero ahora que sí que puedo y lo veo.

- ¿Están más alejadas las figuras de la gente?

- Sí, porque torean mucho y no les da tiempo a todo. Si torean a 700 kilómetros, por ejemplo, es lógico que estén pendientes del viaje y de llegar al hotel para descansar cuanto antes.

- Volviendo a Villaseca y si la becerra se deja, ¿pondrá los palos?

- Si son buenas las becerras me pondré en los medios, y les enseñaré a hacer el quiebro.

- ¿No se plantea reaparecer?

- Me lo han propuesto pero lo tengo claro. Me encuentro fuerte y preparado, pero hay que estar bien de la cabeza para intentar cosas. Tenemos sueños raros los toreros. No te digo que sí ni que no. Una despedida con Ponce, Ferrera y Morante es algo muy bonito... No está calculado. Creo que torearé cuatro o cinco festivales.

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