Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
Volver
‘Caudillo II’, un torero y la asiática del 3
‘Caudillo II’, un torero y la asiática del 3
‘Caudillo II’, un torero y la asiática del 3
‘Caudillo II’, un torero y la asiática del 3
‘Caudillo II’, un torero y la asiática del 3
‘Caudillo II’, un torero y la asiática del 3
‘Caudillo II’, un torero y la asiática del 3
‘Caudillo II’, un torero y la asiática del 3
‘Caudillo II’, un torero y la asiática del 3
‘Caudillo II’, un torero y la asiática del 3
‘Caudillo II’, un torero y la asiática del 3
‘Caudillo II’, un torero y la asiática del 3
‘Caudillo II’, un torero y la asiática del 3
‘Caudillo II’, un torero y la asiática del 3
‘Caudillo II’, un torero y la asiática del 3
‘Caudillo II’, un torero y la asiática del 3
‘Caudillo II’, un torero y la asiática del 3
‘Caudillo II’, un torero y la asiática del 3
‘Caudillo II’, un torero y la asiática del 3
‘Caudillo II’, un torero y la asiática del 3
‘Caudillo II’, un torero y la asiática del 3
‘Caudillo II’, un torero y la asiática del 3
‘Caudillo II’, un torero y la asiática del 3
Crónica Madrid. Novillada de temporada

‘Caudillo II’, un torero y la asiática del 3

Darío Juárez

Mientras Sevilla despedía su Abril, la tercera novillada de la temporada en Madrid acontecía entre el lloro o no lloro del cielo venteño y con un encierro de Julio García con el que este joven hierro salmantino adquirió antigüedad. En líneas generales, se vio un encierro muy entipado y bien hecho, aunque aplomado y agarrado al piso. Mal picado por profesionales a los que cuesta tildarlos con esa nomenclatura. En lo que concierne a la terna, lo más destacado lo ofertó Pacheco con el encastado y notable segundo, premiado con una unánime ovación en el arrastre y al que toreó con enjundia y poder. Henche se dio de bruces con un lote apático y vacío por todos lados, mientras que El Adoureño, estando correcto aún con ventajas en el tercero, no levantó la tarde con el último, que se fue apagando a medida que transcurría la faena.

Hace exactamente un año que Miguel Ángel Pacheco se presentaba en Madrid como novillero. A medias, pues sólo pudo estoquear el primer novillo. El segundo lo mandó a la enfermería con el muslo partido. Hoy, y tras un año de mejora, demostró voluntad por querer ser alguien en esto, temple y mucha seguridad al mandar sobre las embestidas de los novillos. Caudillo II era el nombre de ese gran castaño listón que hizo las veces de segundo. Lo midió en distancias en un saludo capotero breve. Antes de que salieran los caballos, se llevó por delante a Daniel Sánchez sin mayor agravio, pasando a la enfermería durante la lidia del tercero. Peleó de bravo en el caballo, entregándose en el segundo puyazo. Levantó capotes por los aires y es que parecía que venía cruzado por el pitón derecho. Sin embargo, ese sería el bueno de la obra de Pacheco. Antes, Corruco de Algeciras y Ángel Luis Mayoral levantaron a la plaza con un tercio de garapullos de muchísimo mérito. El novillo era tardo, sí, hasta que llegaba el primer embroque. Pedía los vuelos limando la arena y repartiendo poco a poco su fondo de casta mientras el runrún se hacía patente. Había toro y torero. Una segunda tanda incordiada por el viento haría de antesala de otras dos por el flanco diestro llenas de enjundia, reciprocidad, toreo profundo y emoción. Por el izquierdo venía más acostado y le gustaba menos que le exigieran. Aún así, sin ser sobrias ni sobresalientes, le sacó otras dos tandas. Tenía un orejón cortado a ley a falta del quinto, pero un acero errático y sin muerte le privó de algo más que la ovación que saludó.

Aplomado resultó el penúltimo del festejo. Madrid estaba con Pacheco y quería corroborarlo. De rodillas entre las tablas y el tercio recibió por verónicas a este Iluminado II. Isidoro Rubio bailaba con el caballo para citarlo de lejos, pero las ejecuciones no fueron acertadas. Llegó a la muleta endeble y con una fragilidad muy observable. El coleto intentó torear con suavidad y llevarlo atrás, pero era buscar agua en un pozo seco. Faena sin transmisión y errada de nuevo con la tizona, que con unas leves palmas hubieran colmado de agradecimiento la labor del matador, en lugar de saludar una ovación que fue protestada por ciertos sectores.

Adrián Henche regresó a la plaza de Las Ventas tras las buenas sensaciones que le dejó su presentación el pasado agosto, pero hoy se dio de bruces con un lote vacío e inválido. Al primero lo pasaportó tras las súplicas del público ante tal bodrio ganadero. Manso en varas, llegó afligido a la muleta sin condiciones óptimas de mejora. El cuarto fue ovacionado de salida. 515 kilos, serio y enseñando las palas, se vino muy a menos quedándose corto en el viaje que Henche le presentaba. Sin embargo, Tasador hizo de su lidia una de las anécdotas de la tarde. Salió suelto del capote del madrileño, llegando gazapeando a la querencia y con la mirada fija en el tendido. Allí se encontraba una asiática que lo vio venir y empezó a correr tendido arriba ante las risas del respetable. Nada más dijo en la franela, donde volvió a perder las manos y a reducir una embestida sin entrega.

El francés y debutante en este coso, El Adoureño, tampoco pudo sacar nada en tonos cálidos. Las notas negras las puso su cuadrilla de a caballo, haciendo de la suerte de varas un escarnio carniceril. Más pudo haber dicho con el manejable y noble tercero, que humilló y al que toreó con ventajas. Faltaba profundidad en sus embestidas, haciendo que el infante galo ligara por ligar obviando la colocación. Pese a todo y una gran estocada, estuvo correcto y aseado. Muy a menos también se vino el sexto. De poder a poder dejó el tercer par de rehiletes Morenito de Arles antes de una faena de marea baja. Debajo del 7 y por estatuarios franceses, empezó a escribir su último capítulo. Sin tinta apenas, ya que de empezar a moverse en ese inicio pasó al stop más agudo. Ni para matar colaboró, errando el torero en sucesivas ocasiones.

 

  • Madrid. Plaza de toros de Las Ventas. 3ª novillada de temporada. Algo más de un cuarto de entrada (6.676 personas) en tarde templada y nublada. Se lidiaron seis novillos de Julio García, de buena y seria presentación. Manso e inválido el 1°, encastado y notable el 2°, manejable y sin entrega el 3°, sin fuerza ni casta el 4°, y parados y a menos 5° y 6°.
  • Adrián Henche (sangre de toro y oro): silencio en ambos.
  • Miguel Ángel Pacheco (blanco y oro): ovación con saludos tras aviso y ovación con saludos.
  • El Adoureño (blanco y plata con el bordado en negro): silencio tras aviso en ambos.

 

Sigueme en Twitter Sígueme en Twitter @dariojc21
Comparte y comenta esta noticia: