Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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¿Dónde estabas entonces?
Evolución de la Fiesta en los últimos años

¿Dónde estabas entonces?

Darío Juárez

Sofisticada creatividad periodística la de la periodista Ana Pastor, dando vida a un nuevo programa de televisión para la cadena que trabaja. Un espacio estrenado este jueves, tildado con tonos nostálgicos dentro de un contexto histórico vital para el progreso y la evolución de España, tras 36 años de dictadura franquista. Diferentes artistas o personalidades relacionadas con la actualidad pública nacional, analizan a modo de recordatorio, los momentos que vivieron dentro de una sociedad abocada al camino que conduce a la libertad durante estos cuarenta años de democracia.

Algo similar y tomando prestada la pregunta que pone nombre al programa, sería conveniente y curioso darle uso en el ámbito taurino, cuando la Fiesta en estas cuatro décadas en lugar de prosperar a través de la unidad del toro, ha sido conducida año tras año –siendo los últimos los más notorios– a una zona de confort o  placentero descanso, cómodo y en muchos casos descarado, de ciertos aficionados y de otros que también lo son, pero al dinero.

Tracemos líneas paralelas al dopaje o la corrupción. Esto no viene de ayer. Desde mitad de los años 80 y principios de los 90, el sistema se ha ido pudriendo de tal manera que a día de hoy han hecho que los monopolios empresariales sean el tumor del mundo del toro. Difícil o casi imposible se hacen las opciones de los empresarios jóvenes para gestionar una plaza de primera o muchas de segunda, sin que tenga enfrente cantidades de dinero inviables dentro de sus posibilidades, a estilo tito Floren en el Madrid.

Eso por un lado. El estancamiento, el triunfalismo en busca del códice encantado del aplauso fácil, la invisible rivalidad entre toreros y el desamparo y abandono a la variedad de encastes son también fallas dentro de una hoguera que va aumentando sus focos de llama, pero a la que nadie echa agua, sino gasolina.

Simplemente analizo para mi yo interior, reproduzco lo que veo y lo que pienso, y deduzco que quizás habría que quitarles las caretas a todos aquellos que han ido degradando paso a paso y desde dentro la fiesta de los toros. A todos esos que ya comían del rey de la dehesa y que vivieron el final del Franquismo y la posterior Transición, les pregunto...

¿Dónde estabas entonces, cuando las figuras del toreo lo eran por decreto y no por taquilla o postureo?

¿Dónde estabas entonces, cuando se paralizaba España si televisaban al Cordobés?

¿Dónde estabas entonces, cuando las gestiones de las plazas se hacían por el interés del aficionado en base a una demanda y unos méritos, y no para meter a un torero que apoderas o al que apodera un conocido, simplemente por capricho?

¿Dónde estabas entonces, cuando Paco Camino, Diego Puerta o Su Majestad El Viti se citaban de envites a órdagos en las grandes ferias, con los toros que quería ver el que pagaba?

¿Dónde estabas entonces, cuando un coche salió desde Ávila camino de Montpellier a visitar a Julio Robles al hospital para volverse a España a las dos horas? Papá y mamá, eso es afición.

¿Dónde estabas entonces, cuando un tal José Cubero Yiyo conocido como el príncipe de los toreros perdía la vida entre las astas de Burlero siendo figura del toreo con 21 años?

¿Dónde estabas entonces, cuando Victorino Martín Andrés empezaba a escribir su nombre en el olimpo del campo bravo, dando sentido a la emoción que desprende el peligro y la belleza de la bravura, pese a la envidia por aquel entonces de muchos?

¿Dónde estabas entonces, cuando Joselito y Ponce se retaban en duelos de luces, dando lugar a la revolución de los 90 y poniendo los tabiques a la palabra figura?

¿Dónde estabas entonces, cuando el fenómeno José Tomás aumentaba su eco a borbotones, arrasando las ferias de la geografía española

¿Dónde estabas entonces, cuando la Venta del Batán era lugar de peregrinación para el aficionado al toro, mientras que ahora es un sitio inundado de vergüenza para la señora alcaldesa y sus secuaces?

¿Dónde estabas entonces, cuando podías a ir a Sevilla a ver toros sin miedo a no llegar a final de mes?

¿Dónde estabas entonces, cuando hablar de toros era igual de común que hacerlo de fútbol, sin miedo a complejos impuestos?

No todo es culpa del taurineo, en absoluto. Sectores animalistas con ideologías fanáticas y radicales han querido y quieren imponer su ley a través de humanizar a los animales y hacer más salvaje al humano con los de su misma condición. Pero claro, este fenómeno sabemos que sigue y seguirá. Si todo este análisis cayera en saco roto no valdría para nada haberse echado previamente las manos a la cabeza, puesto que en muchos casos hemos alimentado esas corrientes muy al alza. Desde acontecimientos sin respuesta dentro de un ruedo hasta salir en un medio sin abandonar las cuatro paredes de cerebros que no ven más allá, argumentando una defensa débil de la Tauromaquia y con muy poco sentido.

La esperanza es lo último que se pierde. Sin embargo, si de aquí a treinta o cuarenta años esto pudiera desaparecer, te miraré y te diré: ¿dónde estabas entonces, cuando había toros?

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