«Allá donde se cruzan los caminos, donde el mar no se puede concebir, donde regresa siempre el fugitivo, pongamos que hablo de Madrid». Hace tres meses, Daniel Luque cerraba la temporada venteña en la corrida del Día de la Hispanidad. Las casualidades –o no– del destino han querido que el próximo 17 de febrero, el diestro de Gerena abra también la temporada en la segunda plaza de la capital. Tras una campaña de reseteo, de volver a encontrarse con su tauromaquia demostrándolo en plazas importantes, vuelve a pisar Madrid. Atrás quedaron las dudas y las falsas esperanzas que te genera un sector con memoria selectiva, para recordar únicamente lo que importa en el momento, por conveniencia. Ahora bien, con lo que se nace, no se pone en duda o en juego. Se debe hacer real. La carne en el asador y las sensaciones del diestro sevillano parecen estar ya a flor de piel: «La verdad es que me encuentro muy bien, contento y esperando. Creo que es un gran inicio que puede marcar una temporada importante».

El primer paseíllo del año en Vistalegre como toma de contacto con el toro y la afición. ¿Qué significa? «Pues de momento todo, porque Vistalegre para mí es Madrid. Una plaza en la que desde muy pequeño he visto pasar a muchos toreros buenos y que me transmite mucho, por lo que me ilusiona torear en ella. Además, por supuesto, por lo que el festejo conlleva con el homenaje a un genio de la Tauromaquia».

Homenaje a Victorino Martín. Alguien que representa mucho para él por su importante historia: «Victorino es un mito de la bravura. Su ganadería ha caído en buenas manos, ya que el hijo lleva el mismo camino que su padre». Por eso, con voz de emoción, resalta y finaliza afirmando que «para mí es eterno y nunca dejará de existir en mi recuerdo».

Luque es consciente de que aún no siendo Las Ventas el público de Madrid estará ahí. «Eso no me asusta, al revés, me motiva porque la afición de Madrid es la más entendida a la hora de ver a un torero cuando pisa con verdad el ruedo y ahí no hay engaños. Si un tío está de verdad se van a entregar, porque la personalidad de su público es así». Sin dar lugar a la siguiente pregunta, el torero hace alusiones a una cuestión que al aficionado de fuera de Madrid siempre le inquieta: «A mí me preguntan muchas veces por los del 7 y siempre digo que son los más aficionados de todos, porque son los que calibran la disponibilidad de un torero. Cuando un tío se entrega no hay nada que recriminar. Ahora, cuando no lo haces, vas a escuchar lo que no quieres escuchar. Pero cuando estás dispuesto y los ves en pie a todos ellos, es muy bonito». Así pues, en su caso concreto, «ha habido veces que me han tratado con dureza y otras que me han pasado la mano por el hombro. Pero es que Madrid tiene que ser así, para que valga y para que los triunfos tengan repercusión».

Por las sensaciones que obtiene en el campo, el torero confía en que podremos ver la versión que enamoró en las principales ferias de la geografía española años atrás. Tras un silencio de cinco segundos, interviene: «Estoy totalmente convencido. A priori, todos los toreros decimos que estamos en el mejor momento, que vamos a hacer la faena de nuestra vida, que estamos muy ilusionados… Todo lo que quieras contar, lo sé. Pero también te digo que primero hay que estar preparado mentalmente, porque si tú estás convencido vas a convencer a la gente. Y yo lo estoy, sobre todo después de un invierno duro de preparación». Tanto está disfrutando este invierno en el campo que, de hecho, «se me está haciendo muy largo».

¿Qué espera de la tarde y qué opina del cartel? «El cartel me encanta. Curro Díaz es un torero al que no voy a descubrir ahora, además de lo que me gusta verlo torear y la amistad que me une a él». Es más, «soy muy partidario de su toreo y me encanta disfrutar de él como aficionado, con ese pellizco y esa profundidad que atesora». Con respecto a Emilio de Justo, el de Gerena señala que coincidió con él de novillero y que ya sabía que «cuando fuera, tenía que sacar eso que lleva dentro, y así lo ha hecho». «Es un torero seco, dominador y tras una temporada magnífica acabará entrando en las ferias. Me alegro mucho por él».

En cuanto a la corrida reseñada de Victorino Martín para tan señalada fecha, reconoce que la ha visto personalmente y que «es seria y va exigir para una plaza importante como es Vistalegre». No en vano, «hasta el toro bueno, bueno, de Victorino, es difícil; pero a mí me motiva mucho por ser un ganadería que el pasado año me dio mucho. Empezar la temporada con ella es lo que me llena de ilusión».

Tanto a él como a sus compañeros, el paso por La Chata de Carabanchel puede ser juez y parte del consiguiente camino de la temporada. Posiblemente su cabeza no vaya más allá, pero Madrid es la llave de las ferias. «¿Sabes lo que pienso? Que ese día sea redondo», afirma ilusionado. Siempre hay que contar con un aliado imprescindible que es la suerte, «pero ayudaré para que se reúnan todos esos condicionantes que deben darse en una gran tarde de toros, y así, cuando llegue a la habitación, pueda decir: ¡Hoy he sido yo!».

Más allá de la entrevista, se podía percibir ese hálito de sensaciones encontradas en la figura de Luque, con la confianza que ello conlleva. «Ojalá pueda devolver al aficionado el apoyo que me dio y aunque haya muchos que hayan dejado de creer en mí, eso lo tengo que recuperar». Su objetivo y deseo está más que claro: «Quiero demostrar lo que quiero hacer esta temporada y dónde me quiero colocar; voy a poner todo lo que sea de mi parte».