Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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¡Qué vergüenza!
¡Qué vergüenza!
¡Qué vergüenza!
¡Qué vergüenza!
¡Qué vergüenza!
¡Qué vergüenza!
¡Qué vergüenza!
¡Qué vergüenza!
¡Qué vergüenza!
¡Qué vergüenza!
¡Qué vergüenza!
¡Qué vergüenza!
¡Qué vergüenza!
¡Qué vergüenza!
¡Qué vergüenza!
¡Qué vergüenza!
¡Qué vergüenza!
¡Qué vergüenza!
¡Qué vergüenza!
¡Qué vergüenza!
¡Qué vergüenza!
¡Qué vergüenza!
¡Qué vergüenza!
¡Qué vergüenza!
¡Qué vergüenza!
¡Qué vergüenza!
¡Qué vergüenza!
Crónica Plaza México. 7ª Temporada Grande

¡Qué vergüenza!

Francisco Jara

Pobre Plaza México. Le han robado toda la categoría que tuvo alguna vez, la han maltratado, pisoteado y la tienen secuestrada. Un petardo gordo fue lo que envió Don Alberto Bailleres y familia con la divisa de Begoña al coso capitalino. Si así preparan un regreso después de 23 años, han quedado exhibidos ante los ojos del mundo taurino.

La primera vergüenza se vivió con una oreja regalada por orden de quien lleva las riendas de la plaza al juez. Todos fuimos testigos de que cuando se negaba a otorgarla por una petición que estaba muy lejos de ser mayoritaria, sonó el teléfono e, inmediatamente, sacó el pañuelo y ante pitos y una fuerte protesta otorgó finalmente el apéndice a Sergio Flores después de un terrible bajonazo.

Pero como si se quisiera dar la puntilla –y creo que lo han logrado– la vergüenza mayor llegó con el que cerró plaza, Río de amor, que correspondió a Luis David. Después de un par de capotazos donde de inmediato el toro mostró su mansedumbre, pues se fue al caballo escupiéndose y volteando la cara al jaco en dos encuentros. El juez Jorge Ramos tomó el micrófono ordenando las banderillas negras. Se intentó colocar el primer par dejando solo una de ellas en lo que, como puede imaginar, tuvo que ser una vergonzosa afrenta para el orgullo de la familia Bailleres, después de que solo un toro medio había servido en toda la tarde. En una tarde, valga la redundancia, importante en el calendario taurino en México. Pues bien, primero se le dio la orden para que posteriormente, desacatando la orden del juez, el banderillero de turno recibiera la orden de colocar un par normal (blanco) y el juez ordenara nuevamente que se volvieran a colocar las negras. Acto seguido se colocaron sin ton ni son, mientras en esos precisos instantes nuevamente el juez levantó el teléfono y de inmediato ordenó increíblemente que el toro fuera devuelto a los corrales aún cuando en el tercer encuentro se efectuó la reunión. No falta decir o imaginar lo que le ordenaron en esa llamada… Una lluvia de cojines por demás justificada tapizó el ruedo.

Un acto tan vil y vergonzoso dejó claro que el juez Ramos es un gato al servicio de la empresa, al igual que todos los que actúan temporada tras temporada. También quedó claro la incapacidad de quien lleva las riendas del coso. Espero que le haya quedado muy claro a Don Alberto que ni con todo el poder del mundo puede adueñarse de un espectáculo que es del pueblo y para el pueblo. Le debe quedar claro que tampoco ese dinero compra bravura y casta, esa hay que ser un genio para llevarla a sus reses. La familia tiene que darse cuenta que en quien ha puesto toda su confianza (Barrera) es un cáncer y ese cáncer los está matando.

Dicho todo esto, hay que destacar que hubo una pobre entrada para este séptimo festejo, menos de media plaza. La mencionada corrida de Begoña estuvo bien presentada, cinqueña, pero fue mansa, sosa, rajada y hasta débil. Se salvó únicamente el corrido en cuarto lugar.

Sergio Flores, poco o nada con Prodigioso amor. Con Amor Inspirador, que fue un toro con sus teclas, estuvo por momentos correcto como en el inicio. Pero hubo instantes en los que su toreo fue rápido y acelerado. Tampoco estuvo bien en la suerte suprema. En resumen, el toro, con poco, estuvo por encima. De la oreja ya comentamos... Ni con Amor Guadalupano ni con Amoroso Santuario estuvo Roca Rey. Es como si no hubiera llegado a la plaza. Si bien los toros no fueron buenos... Luis David Adame, por su parte, estuvo voluntarioso pero con muchas dudas en su primero, Milagros de amor. Con su segundo ya no vale la pena recordar y con Amoroso trató pero ni fu, ni fa.

 

  • Ciudad de México. Plaza México. 7ª corrida de la Temporada Grande. Corrida en honor de la Santísima Virgen de Guadalupe. Con menos de media plaza en los tendidos, se lidiaron toros de Begoña, bien presentados, cinqueños, mansos, sosos, rajados y hasta débiles. Se salvó únicamente el corrido en cuarto lugar.
  • Sergio Flores (pizarra y oro): silencio y oreja.
  • Roca Rey (blanco y plata): silencio y pitos.
  • Luis David Adame (azul rey y oro): silencio y silencio.

 

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