Hasta no hace mucho, decir Bilbao en el toreo significaba hablar de máxima categoría en el Norte. La misma que ha ido perdiendo poco a poco. Quizá, entre otras cosas, por tardes como la de hoy, donde a priori no sólo es que se evite la competencia, sino que se busca la máxima facilidad. Bueno está que Hermoso de Mendoza no quiera ver ni en pintura en sus feudos a Diego Ventura, pero en plazas como Bilbao algo así debería estar prohibido por decreto. Quizá por eso esta tarde, mientras Ventura descansaba del trajín de estos últimos días haciendo hora para torear esta noche en El Puerto de Santa María, en Bilbao no llegaba a cubrirse ni media plaza. Vale que a lo mejor con un cartel donde hubieran estado Diego y Leonardo Hernández o Andy Cartagena tampoco habría habido un bolazo. Pero la competencia, y el interés, hubieran estado servidos de principio a fin, no como ocurrió a lo largo de una tarde que a ratos resultó hasta tediosa.
Hecha esta reflexión en voz alta, la función inaugural de la Semana Grande tampoco es que dejara demasiadas cosas para el recuerdo, porque tampoco los astados salmantinos de Sánchez y Sánchez (para mi gusto la vacada más brava de la rama murubeña que lidia para rejones) tuvieron el fuelle de otras ocasiones. Sobre todo los tres primeros, prontamente apagados.
Tiene su razón de ser que lo hiciera el primero de Pablo Hermoso de Mendoza, muy sangrado en los de castigo, algo que influyó en que se fuera parando, pero no en que ya de principio pegase miraditas a los adentros y le faltara celo. Pablo trató de encelarlo a lomos de Extraño, girando en derredor de él dándole las grupas antes de llegarle mucho con Donatelli, pero el toro no daba importancia a lo que se le hacía y encima el veterano rejoneador falló con los aceros de muerte. El cuarto tuvo más ritmo desde que salió y permitió a Pablo realizar una faena a más. Cuando sacó a Berlín galopó de costado e intentó meterse entre las tablas y el astado, pero hubo de desistir y, además, tras el primer embroque le alcanzaron el caballo sin consecuencias. A partir de ahí creció su labor y ahí sí, de costado, se impuso al toro, que ya podido se afligió y permitió al rejoneador imponerse del todo sobre Jánuca y Corsario.
Su hijo Guillermo empató con su padre merced a la oreja que cortó en el sexto. Lo cierto es que en una plaza como Bilbao el colocar los dos rejones de castigo a la altura del costillar debería invalidar esa posible concesión, pero el ínclito Matías no lo tuvo en cuenta a la hora de valorar una faena a más, donde fue meritoria su forma de pararlo de salida en un palmo de terreno a lomos de Barrabás. Justo después, con Brindis y en la primera banderilla larga, firmó uno de sus mejores momentos de la tarde. Voluntarioso de principio a fin, el final de faena firmado sobre Pirata y refrendado con un rejonazo letal le dieron paso a tocar pelo. Mucho más impreciso había andado con el que abrió su lote, un toro con buena condición inicial pero que fue desengañándose poco a poco.
Léa Vicens lidió por delante uno de Sánchez y Sánchez que vino a menos progresivamente y fue potenciando su querencia a los adentros. Anduvo afanosa y poco apretada con éste, aunque una de las banderillas sobre Diluvio sí tuvo ajuste porque el animal vino poniéndose un punto por delante. Falló con el de muerte y aquello no tuvo mayor historia. Más entonada se mostró con el quinto, un buen toro que tranqueó con ritmo y ante el que confió el grueso de la lidia en Bético, su caballo estrella. El caso es que siempre tuvo más peso específico la preparación de las suertes que la forma de ejecutar las mismas aunque, vista como estaba la tarde, de matar a la primera le hubieran pedido la oreja. Y es que, aún siendo Bilbao, a lo largo del festejo nunca flotó en el ambiente ese halo de competencia necesario. Mientras todo esto pasaba, Diego Ventura estaría durmiendo la siesta en la otra punta de España... que visto lo visto parece ser la mejor forma de que algunos no tengan pesadillas.
Tarde de matices y variedad en el primer festejo de Bilbao. Maestría y frescura de Pablo Hermoso de Mendoza y su hijo Guillermo, que cortan las únicas dos orejas de la tarde, ante una corrida con muestras de calidad pero falta de fondo de Sánchez y Sánchez. pic.twitter.com/rhtFiN4kps
— Toros (@toros) August 17, 2019
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