Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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A vueltas con el valor
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A vueltas con el valor
Crónica Madrid. 12ª de la Feria de San Isidro

A vueltas con el valor

Luis Miguel Parrado

Juan Leal cortó una oreja a base de valor. Y esa es una afirmación absolutamente irrefutable, que además refrendó en cuanto cogió la muleta y se fue a los medios para citar al de Pedraza, que había sacado más chispa que los dos anteriores, que tuvieron  tanta clase como poco disparo. Este sí lo tenía y permitió al francés una primera tanda en redondo de rodillas que fue muy emotiva, y que hasta remató de un meritorio pase de pecho de la misma guisa. La gente despertó, aunque durante los dos primeros toros se habían pasado buena parte del tiempo protestando a los Pedraza, y se metió en el trasteo. Pero, ay, únicamente con valor no se resuelve una faena. Bravo el toro, lo quería todo por abajo y sin embargo el matador remataba sus muletazos en medias alturas,. Pero como el cuatreño tenía tralla se quería venir con los vuelos, poniéndolo en más de un apuro. Así que para resolver lo que hizo, en vez de intentar darle su distancia y empujar para delante unas embestidas que daban importancia a todo, fue cortarle el viaje, buscar el camino de la corta distancia y dejarse llegar mucho los pitones. Que sí, que Ojeda es su espejo y lo hacía, pero el de Sanlúcar... era punto y aparte. El caso es que en un remate donde no se fue de la cara con suficiente diligencia el Pedraza lo cazó. La verdad es que te tienen que arrastrar para después de llevar un cornada fuerte en esa parte tan dolorosa continuar ahí y encima dejando que los pitones te acaricien el bordado. Consta en acta que cortó una oreja como premio a su valor, una virtud que no es poca cosa, pero que ni mucho menos lo es todo.

Eso se pudo ver en el primero de Octavio Chacón, otro torero bragado como pocos, que se encontró por delante a uno de Pedraza que no lo parecía ni por dentro ni por fuera. Colorado chorreado, con hechuras más finas que las habituales de esa casa, salió metiendo la cara con una clase tan notable como escaso era su poder. Encima le dieron en el caballo porque era el que abría plaza y normalmente esta ganadería saca tralla, así que había que asegurar fuese a que... pero luego fue todo lo contrario y hasta llegó a claudicar cuando se empleaba más de lo que podía. Chacón anduvo sobrado con él pero, claro, acostumbrado a otras batallas donde hace falta echar valor no lo tuvieron en cuenta con un toro que era de arte. Hubo dos muletazos por bajo en los de tanteo al cuarto que sí tuvieron mucho gusto, pero después el toro no tuvo gracia embistiendo, sobre todo cuando se le acabaron las inercias. Octavio, con buen oficio, trató de abrirle los caminos de principio llevándolo embebido en su altura sin dejar que le tocasen los trastos, pero el animal fue poco agradecido al buen trato. Mucho tiempo estuvo en la cara del sexto, el más deslucido del encierro, que embestía a su altura, sin celo por los engaños y distrayéndose cada vez más al final de un viaje sin chicha ni limoná.

Ese mismo defecto de distraerse en el remate de sus embestidas lo desarrolló también el que abrió el lote de Javier Cortés. Pero antes de que potenciara su falta de raza tuvo un puñado de embestidas más que aprovechables, porque además tenía buen y humillado embroque. Sin embargo Javier no llegó cogerle bien el aire salvo en una tanda al natural donde jugó bien con las alturas, el temple y las distancias, pero tras esa, que fue la toma de contacto con el pitón izquierdo del astado, el conjunto fue a menos y el toro se aburrió. Tampoco pasó de correcto con el quinto, un cuatreño de poca clase que nunca acabó de soltarse a embestir, pero que tuvo más posibilidades sobre el pitón derecho de las que el madrileño acertó a adivinar con lo cual el trasteo, en vez de surgir fluido, fue ganando en altibajos, más aún cuando se puso por el problemático lado zurdo. No era cuestión de valor, porque Javier siempre ha andado sobrado, pero ya queda dicho que el valor no lo es todo y a veces es muy importante que vaya apoyado por la ilusión.

 

  • Madrid. Plaza de toros de Las Ventas. 12ª de la Feria de San Isidro. Dos tercios de plaza (16.472 espectadores según la empresa) en tarde soleada y ventosa. Se lidiaron seis toros de Pedraza de Yeltes, cinco colorados y uno castaño, bravos en varas y de juego dispar, que fue desde la buena clase sin chispa de los dos primeros a los encastados tercero y quinto. Pesos: 584, 539, 582, 576, 592 y 559 kilos.
  • Octavio Chacón (verde manzana y oro con remates negros): Silencio, silencio y silencio tras aviso.
  • Javier Cortés (blanco y oro): Silencio tras aviso en ambos.
  • Juan Leal (blanco y oro): Oreja tras aviso en el único que pudo estoquear.
  • Picó con maestría Juan Francisco Peña. Saludaron en banderillas Marco Leal y Manolo de los Reyes, y también pudo haberlo hecho Agustín de Espartinas, pero se negó al estar su matador en la enfermería.

Parte médico de Juan Leal: Herida por asta de toro en región peri anal con una trayectoria hacia arriba de 25 cm que contusiona sacro-coxis con posible fractura del mismo y con orificio de salida en región glútea superior izquierda. Exploración recto anal sin evidencia de lesión. Es intervenido bajo anestesia general. Se traslada a clínica de La Fraternidad. Pronóstico: Grave.

 

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