Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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Cuestión de suerte
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Crónica Madrid. 3ª de la Feria de San Isidro

Cuestión de suerte

Luis Miguel Parrado

Hace más de una década, en Dax, Luis Vilches bordó el toreo con un toro tan serio que parecía más de Bilbao que de esa plaza francesa. Lo pinchó, como a tantos y tantos en su carrera y el triunfo se le esfumó. Lo apoderaba entonces Santiago López, al que recuerdo encontrarme en la recepción del maravilloso hotel Du Lac. Hablamos un rato largo de toros, y me contó que cierto apoderado, cuando iba a coger a un torero, siempre preguntaba si era hombre de suerte, porque para él eso era fundamental.

Viene esto a colación porque hoy la suerte nos ha pegado un queo importante. Yo, la verdad, me imagino a David Galván o a Juan Ortega con ese tercer toro, Carasucia, muy en Atanasio, y pienso que el sino de la tarde, aunque sólo hubiera sido por unos minutos, habría podido cambiar. Pero ni Ortega, ni sobre todo Galván, son hombres de fortuna en los sorteos, así que la bolita se la llevó Joaquín Galdós, al que esas embestidas ‘atanasias’ a las que quizá no está acostumbrado le vinieron grandes por todos sitios. Tuvo además la suerte de que al iniciarse la faena de ese toro fue cuando menos molestó el puñetero viento, así que pudo sacárselo a los medios, donde el astado salmantino no pedía otra cosa que enganchar sus embestidas con temple y que lo llevaran así hasta el final para vaciar su viaje con suavidad antes de buscarle el siguiente. Pero Galdós, nada atemperado, anduvo brusco con él, le quitó la muleta de la cara a destiempo y hasta le pegó algún tirón que le hizo doblar las manos. Ya se sabe que este encaste requiere buen trato para ir rompiendo, y como no se lo dieron, lo que hizo fue aburrirse progresivamente. Por suerte para Joaquín la espada fue letal en cuestión de segundos y un tapabocas de lo más efectivo. Menos claro lo vio aún con el sexto, que embistió a brincos en los dos primeros muletazos de un trasteo que se diluyó entre mil probaturas y ninguna claridad de ideas.

Queda dicho, y demostrado, que David Galván no es hombre de suerte, aunque hoy sí la tuviera en un trance fundamental al perder pie con el capote y quedarse a merced del toro, sin que nada ocurriera. Anduvo sereno y templado con el primero, que por arriba protestaba y si le podían se afligía y hasta claudicaba, así que trató de empujarlo en medias alturas, sin atosigamientos ni obligaciones y no dejando que tocara el engaño. Así le sacó muletazos hasta que al final, por el izquierdo, se quiso rajar al sentirse podido. Y entonces acabó por manoletinas, donde sufrió un pitonazo en la axila, parece que sin mayores consecuencias. Buena suerte... que volvió a cambiar en el cuarto, ejemplar geniudo y desabrido que a sus complicaciones iniciales por el izquierdo fue sumando las que desarrolló por el otro pitón a lo largo de la lidia y que acabaron convirtiéndolo en un regalito.

Juan Ortega llegaba a Madrid con un aura que, a poco que ayudara la suerte, le iba a terminar de convertir en torero favorito de esta plaza. Encima, esta mañana se había llevado al dije de la corrida, un nº 71 que echó por delante. Por la molestia del viento hubo de plantear en el tercio una faena pausada, a ratos quizá demasiado, con varios momentos de buen gusto, pero sin continuidad, porque él tampoco se fiaba de atacar a un cinqueño que se afligió pronto. El quinto era un engendro sin cuello y encima cuando salió el viento arreció de verdad, así que Juan lo pasó regulera para pararlo con el capote. Llegó al tercio final gazapón, midiendo y sabiendo cada vez mejor dónde estaba el sevillano, que no prolongó aquello, pero que antes de terminar recetó unos doblones de pitón a pitón que supieron a torero antiguo. Algunos le recriminaron que no se peleara más con el toro, y yo digo... ¿alguien ha visto a algún artista de los buenos pelearse con nadie?

Otra vez será, y habrá más suerte. La misma que, por cierto, no tuvo el maestro Ángel Teruel esta tarde. Tiene guasa haber sido figura del toreo, rendir a una plaza como esta tantas veces, lograr que esta misma mañana una placa inmortalice en ella tu memoria... y que por la tarde tres jóvenes que sueñan con llegar a ser lo que tú, no tengan el detalle, pura educación taurina, de brindarte un toro. Puñeteros tiempos modernos...

 

  • Madrid. Plaza de toros de Las Ventas. 3ª de la Feria de San Isidro. Menos de media plaza (11.226 espectadores) en tarde donde molestó el viento. Se lidiaron cuatro toros de Valdefresno y dos (3º y 4º) de Fraile Mazas, cinqueños, bien presentados a excepción del boyancón 5º, y de muy poco juego en líneas generales, con la salvedad del 3º, que atisbó una buena condición que no se pudo ver. Pesos: 601, 527, 563, 570, 561 y 564 kilos.
  • David Galván (nazareno y oro): Ovación con saludos tras aviso y silencio tras aviso.
  • Juan Ortega (verde hoja y azabache): Palmas y silencio tras aviso.
  • Joaquín Galdós (caña y oro con remates negros): Ovación con saludos y silencio.
  • Buena brega de Ángel Gómez Escorial al tercero. Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto en conmemoración del XCIX aniversario de la muerte de Gallito en Talavera.

 

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