Por el piton derecho
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El simulacro de una fiesta que agoniza
BILBAO. CRÓNICA 8ª DE LAS CORRIDAS GENERALES

El simulacro de una fiesta que agoniza

Alejandro Martínez
 
La fiesta de los toros agoniza. Al menos, en algunas partes de nuestro país. Bilbao es un ejemplo claro. Debido a múltiples factores, entre ellos, una pésima gestión de su plaza; la gente no va a los toros. Y no hace falta saber los datos concretos de público ni de impacto económico. Solo hay que ver el aspecto que, tarde tras tarde, presentan los tendidos de Vista Alegre. Una plaza semivacía que no se llenará hasta que las cosas cambien. Y mucho. Porque con espectáculos como los de esta tarde, o como la mayoría de tardes en esta pésima feria, lo que conseguirán es que acuda aún menos público. Menos público y ningún aficionado. Y es importante esta distinción. Porque el público se conforma con poco; si se cortan orejas, el público está contento. Sin embargo, el aficionado es más exigente. A él no le basta con el resultado numérico, quiere un espectáculo íntegro cargado de emoción. Por eso hoy, en el octavo festejo de las Corridas Generales, los escasos aficionados que quedan en Bilbao se rebelaron. Según iba pasando la tarde, el silencio se tornó en protesta. Pitos, gritos y palmas de tango denunciando lo evidente: a este paso, Bilbao no tardará en acabar como Barcelona. Y, llegado el momento, los políticos simplemente tendrán que dar la puntilla. Los verdaderos responsables de ese final serán aquellos que se lucran con su continúa estafa: los taurinos.
 
Nadie en su sano juicio puede defender lo acaecido en la penúltima de esta Aste Nagusia. Dos horas y media de sufrimiento mayúsculo. Todo gracias a una innombrable corrida de Fuente Ymbro y a dos supuestas figuras que no fueron capaces de sacar partido de semejantes residuos. De nuevo, la casta no hizo acto de presencia. En su lugar, mansedumbre a espuertas. Seis toros y ninguno hizo honor a su apellido de bravo. Seis animales de impecable fachada pero de una podredumbre interior escandalosa. Mansos o inválidos, a ninguno de los seis se los picó, y tan solo uno, el sexto, fue devuelto a los corrales. Responsabilidad esta de un presidente antaño referencia, y que ahora no es más que una caricatura de sí mismo. Matías González, antes guardián de Vista Alegre, y ahora cómplice de la Junta Administrativa y los Chopera. Fíjense si barre para casa que, para salvar en el último segundo a sus camaradas, sacó los dos pañuelos y le dio dos orejas a José Garrido, el único protagonista del festejo que salvó los muebles. Una puerta grande que servirá a los responsables de tan vergonzosa tarde, y a sus cómplices de la propaganda taurina, para hacer como si nada hubiera pasado. Aunque el que más tiene que agradecer al presidente y a Garrido es Ricardo Gallardo. Con esas dos orejas y la movilidad del manso que salió como sexto bis, ya tendrá motivos de orgullo y satisfacción, así como grandes posibilidades de repetir el año que viene. Y si no, al tiempo.
 
José Garrido, otro de esos jóvenes que se ha ganado un puesto en las ferias, salió a por todas y, tras estrellarse con el flojo y descastado tercero, aprovechó la movilidad y humillación del sobrero que hizo último. Fue la suya una labor apasionada que llegó mucho a los tendidos gracias a las múltiples series de muletazos ligados y de mano baja. Pese a que por momentos faltara ajuste y ceñimiento entre toro y torero, Garrido transmitió carácter y frescura, y rescató la ilusión de un público sumido en la indignación y el aburrimiento. Tras una estocada trasera, el doble trofeo y una exagerada puerta grande que vino a compensar lo del día anterior.
 
Un nuevo puñetazo en la mesa de un miembro de esa nueva generación de toreros que ya es hora que retire a la anterior. El aficionado quiere cambios y renovación y hay jóvenes capaces de encabezarla. Pero hay que darles oportunidades. Más sitios para Garrido y compañía y menos para Castella, Perera... Sebastián Castella y Miguel Ángel Perera, dos supuestas figuras que no llevan a nadie a la plaza y que ya aburren hasta lo indecible. Ambos, frente a sendos lotes sin casta ni fuerza, tiraron líneas y dejaron bajonazos. Menos mal que por allí estaban José Chacón y Curro Javier para arreglar con los palos el desaguisado de sus matadores...
 
 
  • Plaza de toros de Vista Alegre. 8ª de las Corridas Generales. Media plaza. Se lidiaron seis toros de Fuente Ymbro (el 6º como sobrero), bien presentados, mansos, nobles y flojos. El 6º bis, también manso, tuvo movilidad y humilló.
  • Sebastián Castella: ovación con saludos y pitos.
  • Miguel Ángel Perera: ovación con saludos y silencio.
  • José Garrido: ovación con saludos y dos orejas tras aviso.

 

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