Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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El toro que no es toro (segunda parte)
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El toro que no es toro (segunda parte)
El toro que no es toro (segunda parte)
Crónica Plaza México. 2ª Temporada Grande

El toro que no es toro (segunda parte)

Francisco Jara

No es que no haya otro título para lo sucedido en la segunda corrida de temporada en La México. Y no es tampoco ser repetitivo. Es que lo de Bernaldo de Quirós es y siempre ha sido eso, un toro que no es toro. Ojalá no haya más partes como ésta, pero disculpe usted en caso de que esto suceda. Poco menos de media plaza para un cartel que había levantado expectación sobre todo por estar colgado de él, José Antonio Morante Camacho, acompañado de Joselito Adame y El Calita. El aficionado ya no se está tragando el engaño cuando se anuncia lo de Bernaldo.

Se me viene a la memoria lo que dijo Don Fermín Espinosa Armillita sobre la fiesta y sobre los aficionados hace algunos ayeres y que hoy parece reafirmar ese comentario… El aficionado mexicano es poco respetuoso y de dudosa calidad para establecer sus juicios. La gente va más a exhibirse como si la Plaza fuera un escaparate. En España se burlan con justa razón de nuestros animales. Aquí en México le silban al que sabe y espera pero le aplauden al maleta, al farolón. Incluso hoy sería un escándalo por parte de Don Fermín por aquello de decir que la fiesta se ha amariconado, afeminado.

Abrió el festejo Morante de la Puebla con Greco-145 y con 490 kilos en los lomos, que saltó al callejón para de inmediato mostrar la poca fuerza que tenía en el capote del español. Primera simulación de la suerte de varas para ya con la muleta iniciar a media altura para evitar, más que torear, que el toro cayera. Dos tandas por el derecho que acompañaron el trote moribundo del toro que se convirtieron en tan solo un fallido intento de toreo. Se tiró a matar dejando primero un pinchazo y después un bajonazo para salir del paso. Se retiró en silencio. Con Aguanieve-128, un toro con muchos kilos, 528, pero con un trapío índigo que fue muy protestado de salida y que exhibiendo a la mayor parte del los aficionados que asistieron, callaron ante el embrujo del capote de Morante: tres chicuelinas y, sobre todo, tres verónicas con su sello único. Nuevamente la simulación en la suerte, un puyazo bien colocado pero que solo rompió el pelo. Saludó Fernando García ante la venia de su matador.

Morante se ha convertido en un gran conocedor de las ‘embestidas’ del toro mexicano. Esa embestida sin poder, sin fuerza, sin ápice de bravura ni de casta. Y supo aprovechar al máximo todo esto, dejando muletazos de gran corte. Sobresalió un pase de la firma. Todo se convirtió en una bonita simulación del toreo. El toro terminó por rajarse como para no defraudar a su criador. Una entera caída para que, ni tardo ni perezoso, el juez otorgara una oreja.

Con Palomero-215, de 555 kilos, un acochinado como es otra de las marcas del hierro, Joselito Adame inició rodillas en tierra para ejecutar dos largas cambiadas, capotazos a pies juntos, mandiles y la media. Chicuelinas para llevar al caballo de Cesar Morales, un ‘medio’ puyazo para después simular el quite por gaoneras. Muleta en mano inició con doblones y ya por el derecho el toro mostró su debilidad saliendo con la cara arriba. Por el izquierdo no terminó de pasar y volvió al derecho. Terminó por ahogar lo que quedaba de toro y por dar trapazos por aquí y por allá. Para culminar, bajonazo para que le fuera otorgada –increíblemente– una oreja. José Guadalupe nunca ha sido un torero con clase, ni con arte, y ahora ha degenerado en un ‘toreo zotoluquista’, un toreo de quien ahora funge como su director artístico, el Zotoluco. Con el segundo de su lote Venadito-187, otro gordo con 538 kilos, Adame realizó el toreo encimista, no arrimándose; mejor dicho, amontonándose, y que terminó por mostrarnos que el sello del Zotoluco es su nueva versión. Entera trasera y tendida para retirarse entre divisiones en el tendido.

Completó el cartel El Calita, que fue con el santo de espaldas con Destino-112 (530 kilos), un toro que regateó cada embestida por su falta de todo. De todo aquello que hace al toro de lidia un animal único. Un buen muletazo suelto por el derecho y pare usted de contar… Porfió hasta llegar al aburrimiento. Pinchazo, entera trasera y tendida para escuchar un aviso y retirarse en silencio. El cierraplaza, Agradecido-154, que fue todo lo contrario a su nombre, de 495 kilos, se fue vivo a los corrales ante un Calita que intentó y buscó, pero nunca le encontró la cuadratura el círculo porque no la había. Deben entender algunos toreros que el abreviar también se agradece. Tres cuartos de acero para después dar 13 golpes de descabello antes de escuchar el tercer aviso.

 

  • Ciudad de México. Plaza México. 2ª de la Temporada Grande. Con poco menos de media entrada en los tendidos, se lidiaron seis toros de Bernaldo de Quirós, gordos y acochinados. Mansos y descastados… todos débiles.
  • Morante de la Puebla (azul rey y oro): silencio y oreja.
  • Joselito Adame (azul turquesa y oro): oreja y división de opiniones.
  • El Calita (pizarra y oro): silencio tras aviso y bronca tras tres avisos.

 

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