Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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El triunfo penoso e intrascendente
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El triunfo penoso e intrascendente
El triunfo penoso e intrascendente
El triunfo penoso e intrascendente
Crónica Alicante. 2ª Feria de Hogueras

El triunfo penoso e intrascendente

Andrés Verdeguer

Anda Alejandro Talavante como si llevase unas aletas de buzo, ¿no? El quinto había perdido las dos fundas de los pitones al estrellarse con el peto porque ya las sacó colgando del chiquero. Y para achatar más las puntas, todavía se dio un volantín. El animalito venía a condenar una corrida que había empezado estupenda con un Arrojado de vuelta al ruedo, pero que definitivamente se despeñó entonces con este Encumbrado quinto que se tropezó en cada tanda. Entre caída y caída, ese paseo del matador como si llevase aletas de buzo. Y un arrimón final que dio más pena que otra cosa por mucho que el rictus que pusiera Talavante fuera de estar formando la mundial. Fue otra oreja tras pinchazo, estocada y aviso, que le abría la puerta grande. Ese era el nivel, el del triunfo penoso e intrascendente.

El segundo atendía por Andarín. Un castaño que cerraba la carita y ligeramente levantaba las puntas. Otra hechura. Más montado. Insultante facilidad en el recibo. Tafalleras y cordobinas mezcladas con verónicas hasta los mismos medios. Los riñones fallaban, no empujaban como los del Arrojado anterior. A gorrazos ante la bondad absoluta. Los pitones los manejó a su antojo Talavante. Por aquí no, pues por allá. Faltó poso cuando mejor embistió. Al natural sobre todo. Lució en los recursos y cerró por luquesinas y manoletinas mirando al tendido. En la suerte suprema le echó la cara arriba y la estocada baja estuvo precedida por un pinchazo feo del que salió perseguido. Una orejita.

Arrojado abrió la tarde con tremenda alegría. Una pelota. Un zapato. O una pintura. Redondo. Recortado y fino de cabos. Que abría la cara y enseñaba las puntitas era lo único que afeaba el conjunto. Pero se estiró y sacó el cuello y El Fandi se emborrachó de salida. Largas cambiadas, verónicas, chicuelinas, una serpentina y el picotazo; zapopinas, más por chicuelo y una larga afarolada, y luego sobrado con los palos. Pero lo que le gustaba al Cuvillo es que se la dejen por abajo, los flecos al alcance del morro. Ahí se rebozó y se entregó a puro riñón. Muy poco le obligó El Fandi para lo que demandó el toro. Ligero y sin profundizar, cuando se equivocó y se la dejó, cómo empujó este Arrojado. Pero cuando alcanzaba las telas sacaba la casta y quería morder. Incansable, alegre el galope que empezó siempre desde los riñones, aún cuando el ligero conato de indulto hizo ruido. Pero no tocaba. Una media que bastó y una oreja para El Fandi que supo a poco. La vuelta al ruedo póstuma es más que justa.

Pregonito hizo cuarto. Jabonero sucio y escandalosamente anovillado. La carita quiso taparlo, pero ni eso. En Las Ventas no pasaría ni en una sin caballos. En Alicante es para las figuras de esto llamado toreo. Qué dolor. Se movió para El Fandi. Navarras, alboroto con cuatro pares de banderillas, banderazos varios y una faena eterna que alanzó los dos avisos y que se premió con una oreja que pidieron cuatro que habían merendado mejor que bien.

La corrida siguió cayendo en presencia con el tercero. Anovillado, en el límite. Cayetano no se acopló de salida. En un lance soltó la cara y le rozó el vientre con el pitón. El inicio con la muleta, rodilla en tierra, llevaba el sello Ordóñez. Pidió mimo el cuvillo. A derechas se le derrumbó, y es al natural cuando todo fluyó con temple y cadencia, pero sin demasiado ajuste. Muy bien recogidos, con la palma, elegantes, pero sin excesivo eco los naturales. Era la confirmación de que la corrida se despeñaba sin enemigo ni emoción. El espadazo y la petición, de dos orejas. Fue solo una y Cayetano se enfadó despreciando el despojo. Qué humos. El sexto vino a recuperar el cuajo y la seriedad que no se veía desde el primer capítulo. Lo mejor fue el tercio de banderillas rematado por Joselito Rus. Tremendo el segundo par. Cayetano pasó sus apuros y no tuvo ocasión para el relajo. Fue la embestida más arisca de la tarde y faltó convicción con la muleta y con la espada. Dos pinchazos previos a la estocada no dieron para abrir una puerta grande de escaso nivel, que sí se abrió para El Fandi y Talavante. Ya ves.

 

  • Plaza de toros de Alicante. 2ª de la Feria de Hogueras. Dos tercios de entrada en tarde soleada y calurosa. Se lidiaron seis toros de Núñez del Cuvillo, de muy baja presencia. Nobles en general, destacó el 1º, Arrojado, premiado con la vuelta al ruedo.
  • El Fandi: oreja tras aviso y oreja tras dos avisos.
  • Alejandro Talavante: oreja y oreja tras aviso.
  • Cayetano: oreja y palmas de despedida.
  • Joselito Rus se desmonteró en el 6º y destacó Iván García en el 3º.
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