Despertaba la mañana con el primer baile de corrales de la feria. De diez toros bajados del camión solo cinco pasaron el reconocimiento veterinario, teniendo que remendarse la corrida con un toro de El Ventorrillo. Ahora sí que empieza la temporada... Y es que en el día del 50 aniversario de alternativa del maestro Manolo Cortés, la quinta de abono estuvo cargada de detalles vistosos y de otros que se podían haber visto… pero no. Puntuaron con nota tres toros de Alcurrucén, David Mora cortó una oreja del notable cuarto aún estando por debajo de él, Álvaro Lorenzo rigió de seriedad y firmeza su toreo en el segundo, mientras que el hidrocálido Luis David Adame, sin saber aún por qué está en todas las ferias, trasteó sin consecuencias ni adecuadas maneras a sus dos contendientes. La tarde quedó entre dos aguas: lo que se pudo ver y no se vio, y lo que había y se aprovechó. Pero poco.

Encabezando como primer espada, de verde manzana y oro, apareció David Mora. Abrió plaza un toro fino de agujas al que el de Borox tuvo que mimar cuidadosamente por su falta de fuerza y porque sabía perfectamente que mucho no le iba a durar. Así fue. Estocada tras pinchazo y ovación. Otra cosa sería el cuarto. Un toro pronto y con mucha calidad al que saludó por verónicas de mucho gusto. El tercio de varas volvió a ser un trámite y Álvaro Lorenzo entró al quite del mismo palo dejando una media de cartel. Economista lo pedía todo por abajo porque era bravo. Y así se lo dio todo, pero David le citaba y le ligaba las tandas retirado, con la pierna de salida siempre retrasada y vaciando los muletazos para fuera. Faltó entrega por parte del matador, ya que tenía delante un toro de dos orejas para haberlo cuajado a placer. No era Malagueño, pero tampoco un animal soso para rascarle una oreja solamente. Un torero que, por cierto, está tocado por una varita mágica en los sorteos. Estoconazo y David paseó ese apéndice.

Álvaro Lorenzo erró con la espada una faena al segundo cargada de firmeza. Un toro bajo y de manos cortas que quiso coger los vuelos siempre por abajo sin dejarse amedrentar por su torero. El toledano lo toreó con solvencia y mucha rigidez, dejando siempre la muleta en el hocico para que repitiera. No fue fácil. La tizona le privó de haber tocado pelo en vez de saludar una ovación. El quinto fue un parche de El Ventorrillo. Un toro serio de cara y mucho cuello que no dijo nada. Embestía por inercia pero sin ninguna entrega. Lorenzo no cambió su forma de torear por las condiciones del animal y dejó correr un tupido velo en la faena.

Cerró el cartel Luis David Adame, reapareciendo tras la cornada de Olivenza. Es increíble que este chico esté quitando sitio en las ferias a otros solo por su apellido y sin mérito alguno. El sexto le fue comiendo terreno y no supo por dónde se andaba en el inicio de faena, ya que le repetía de manera continua quedándose en los vuelos ensimismado. El tercero fue el animal con menos calidad de la tarde. Era un toro que iba y venía pero que no se quedaba. Luis David intentó taparle los defectos porque entraba al cite sin celo. Faena larga de pegapases y estocada caída y con derrame para recoger un ovación.

• Plaza de toros de Valencia. 5ª de la Feria de Fallas. Menos de media entrada en tarde nubosa. Se lidiaron cinco toros de Alcurrucén y uno de El Ventorrillo (5°), de dispar aunque correcta presentación. Frágil y obediente el 1°, humillador el 2°, con movilidad y desclasado el 3°, bravo y enclasado el 4°, serio y sin transmisión el 5° y con teclas el 6°.
• David Mora (verde manzana y oro): ovación con saludos y oreja tras aviso.
• Álvaro Lorenzo (purísima y oro): ovación con saludos tras aviso y silencio.
• Luis David (azul marino y oro): ovación con saludos y silencio.

Oreja de David Mora en un encastado encierro de Alcurrucén. pic.twitter.com/RunFD57ZMA

— Toros (@toros) 14 de marzo de 2018