Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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Insípida corrida de Cuadri
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Insípida corrida de Cuadri
Insípida corrida de Cuadri
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Insípida corrida de Cuadri
Insípida corrida de Cuadri
Madrid. Crónica 28ª de la Feria de San Isidro

Insípida corrida de Cuadri

Alejandro Martínez

Cuadri es sinónimo de personalidad, casta y dureza. Una ganadería única de la que siempre se espera mucho. Y más en Madrid, “su” plaza; esa que ha visto lidiar tantos y tan grandes toros de este hierro. Pero los “cuadri” que se lidiaron hoy no tenían ganas de guerra. Al contrario que muchos de sus hermanos, vinieron a Las Ventas en son de paz. Fue un encierro en tipo y bien presentado –salvo el muy escurrido 2º–, que no peleó en varas, y que llegó al último tercio dejándose torear. Término este último de dejarse que a este servidor no le agrada nada, pero que se usa mucho hoy en día y que, en esta ocasión, ilustra muy bien lo que ocurrió. A los toros de Fernando Cuadri les faltó esa movilidad, chispa y fiereza que tanto les caracteriza. En definitiva, se echó en falta esa emoción tan imprescindible en la fiesta, y particularmente en este tipo de corridas.

Pero pese a que los animales de la divisa onubense apenas dieron problemas, la terna de toreros no se confió ni apostó lo suficiente. Salvo algunos buenos naturales que ejecutó Rubén Pinar al tercero, que tuvo un buen pitón izquierdo, el resto de lo firmado por los matadores dejó mucho que desear. Lo más desafortunado, sin duda, fue el mitin a espadas de Luis Miguel Encabo. El madrileño, en su enésima tarde en Las Ventas, anduvo especialmente desconfiado con el cuarto, al que no se pudo ver. Es verdad que al de Cuadri le faltó humillar y tuvo sus dificultades, pero en ningún momento tuvo delante a un torero dispuesto que se pusiera en el sitio y se la jugara. Encabo, que no se quedó quieto un momento, se dedicó a quitarle siempre la muleta de la cara y después erró repetidamente con espada y descabello. Cuatro pinchazos (dos de ellos en los bajos) y casi una docena de golpes de verduguillo necesitó para tumbar al astado. Una actuación penosa que en otro tiempo habría sido motivo de sobresaliente bronca, pero que se saldó con leves pitos. “Es que la fiesta ha evolucionado...”. ¡Pues vaya evolución! Ante el primero, que tuvo un punto de casta y transmisión pero que no terminó de emplearse, tampoco se acopló, muleteó con ramplonería, y también falló con el descabello.

Fernando Robleño, experto lidiador de los toros más duros del campo bravo, puso voluntad, pero la suya no fue una actuación para recordar. Más allá de una templadita y conseguida serie con la zurda frente al segundo, sus esfuerzos por sacar algo en claro cayeron en saco roto. Para empezar, y tras comprobar que el pitón izquierdo era el mejor y el más claro de ese segundo, se equivocó y quiso torear al animal por el derecho, por donde se quedaba más corto y embestía con la cara más alta. Por si fuera poco, mató de un horrendo bajonazo. Con el quinto, un bicho de 627 kilos que se movió sin maldad, a media altura y con sosería, dio muchos pases, casi siempre de uno en uno.

Si bien sus compañeros fueron silenciados, al menos Rubén Pinar pudo saludar dos ovaciones. Le cogió el punto con la zurda al tercero, que tuvo más fondo del que parecía en un principio. Inteligente, se colocó al hilo del pitón, pero condujo la embestida atrás, rematando bien un puñado de naturales de calidad. Frente al sexto, que tuvo movilidad, castita y buena condición, se afanó en pegar pases en una labor que no rompió. Por cierto, uno de los hombres de su cuadrilla, Javier Ambel, logró los “olés” más rotundos del festejo al bregar de forma excepcional al tercero. ¡Qué temple!, ¡qué suavidad!, ¡qué limpieza!, ¡qué torero!

 

  • Madrid. Plaza de toros de Las Ventas. 28ª de la Feria de San Isidro. Tres cuartos. Se lidiaron seis toros de Hijos de Celestino Cuadri, bien presentados salvo el escurrido 2º; se dejaron pegar en los caballos, nobles, pero sosos en general. Con un punto de casta e interés 1º, 4º y 6º. El 3º tuvo un buen pitón izquierdo.
  • Luis Miguel Encabo: silencio tras aviso y pitos tras aviso.
  • Fernando Robleño: silencio y silencio.
  • Rubén Pinar: ovación con saludos tras aviso en ambos.
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