Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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Julián vino a Valencia a por naranjas
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Crónica Valencia. 4ª de la Feria de Fallas

Julián vino a Valencia a por naranjas

Darío Juárez

Llegarán los inviernos gélidos y vacíos de toros y nos preguntaremos por qué no se dan novilladas picadas o por qué la despoblación de las plazas. ¿Es normal? Por supuesto. Claro que lo es. Cuando se vende como humo el aburrimiento, la desidia ganadera en las selecciones y los muchos atenuantes que hacen más endeble a la Fiesta, son las consecuencias que compete asumir. Qué tarde, chico... Y es que El Juli vino a Valencia este año a por naranjas, a pasear de su mansedumbre ganadera y de imponer Garcigrande o no hay trato para vestirme de torero.

Decía Ruiz Miguel que en una ocasión el maestro Rafael Ortega le dijo que a un toro de Miura no se le mira el hierro. A uno de El Freixo tampoco se le mira, porque si es así es para ponerse a llorar.  Una vacada joven originada a base de dos líneas de una misma sangre (Daniel Ruiz y Garcigrande) que hace pensar que si el encaste minoritario lo es porque no embiste –según el propio Daniel Ruiz–, el que supuestamente sí lo hace es porque se ha seleccionado de una manera óptima y con garantías de bravura y transmisión, ¿no? Lo de hoy ha demostrado, perdón, ha vuelto a demostrar eso de que en boca cerrada no entran moscas. Marcos cortó una oreja del sexto en una faena bien argumentada, Toñete estuvo correcto y técnico aunque dijo poco por ser un novillero que parece estar en su tercer año de alternativa. Por su parte, Jorge Rico se topó con dos mansos de libro que hicieron opacos ciertos pasajes con brillantez.

Hasta el sexto, el bostezo era patente y en continua redundancia. La novillada de El Freixo se quedaba en el limbo del despotismo antibravura. Sin embargo, ese que hizo las veces de último, fue el que pudo despertar el interés y la emoción en ciertos momentos para el aficionado. Marcos alargó, quizás, el trasteo de faena del tercero, ya que fue un animal de excesiva nobleza con el que se vio vencedor en todo momento, aún sin llegar a romperse con él en plenitud. Destacar de la lidia también la excelente brega de Sergio Aguilar. Fue entonces, en su última carta en estas Fallas, cuando apareció el mejor animal del sorteo. Novillo con transmisión y recorrido que lo cantó desde el principio, descolgando y aparentemente entregado. Aguilar volvió a ser protagonista dejando dos pares de garapullos con mucha solvencia y expresividad. Ya en la muleta, Marcos le rubricó dos tandas con la mano derecha muy asentadas y conglomeradas de ligazón, junto con una tercera con la zurda de temple y mando. Estocada y oreja.

Toñete completaba su quinta novillada de la temporada en el coso de la calle Xátiva. Correcto y con la idea de alargar la embestida del primero, acabó alargando una faena sin transmisión. En suerte le cayó la bienvenida de ese torete con apariencias engañosas, que quiso embestir al tuntún, sin profundidad y con utópica alevosía. Con el colorado cuarto se vio a un torero que quería pero no tenía materia. Disposición y humillación por parte del novillo hasta el arrimón final dejándose tocar con los brochos pitones. Media estocada y el descabello de adorno.

Intercaló la cuarta de abono Jorge Rico. El joven alicantino se descubrió a sí mismo y a su toreo de expresión con un inicio de faena al segundo de empaque y torería, con un cambio de mano y una trincherilla de hacer sonar la música. Sin embargo, la faena fue adquiriendo cotas más bajas hasta diluirse, debido a la tendencia mansa sin ser correosa del pupilo de Julián. El quinto fue el periplo de lamentaciones y negaciones con la testa, cuando la gallina cantó pronto. Un cordero sin collar buscando la salida y huyendo de varas y capas. Jorge sólo pudo perseguir su irreverente condición y sacarle muletazos sueltos en una faena que entre tanto se fue dando sin contenido.

 

  • Plaza de toros de Valencia. 4ª de la Feria de Fallas. Menos de 1/4 de entrada en tarde apacible. Se lidiaron seis novillos de El Freixo, de correcta presentación casi al completo. Soso y apagado el 1°, manso y endeble el 2°, muy noble y podido el 3°, sin transmisión el 4°, manso descarado el 5° y con transmisión y profundidad el 6°.
  • Toñete (corinto y oro): ovación con saludos y silencio tras dos avisos.
  • Jorge Rico (blanco y plata): ovación y silencio.
  • Marcos (verde botella y oro): silencio y oreja.
  • Sergio Aguilar fue obligado a saludar tras banderillear al sexto.

 

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