Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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La pasmosa trascendencia de un indulto
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La pasmosa trascendencia de un indulto
La pasmosa trascendencia de un indulto
Crónica Valencia. 8ª de la Feria de Fallas

La pasmosa trascendencia de un indulto

Darío Juárez

Probablemente se haya tocado fondo con la preocupante afección, más bien ya convertida en plaga, que se ha hecho de un tiempo a esta parte con los indultos. Sin ninguna duda se ha desvirtuado el verdadero sentido que premia la bravura, siendo aceptadas peticiones desafortunadas por parte de públicos festivaleros, que no de aficionados con mil toros en la cabeza. Pero hoy hubo uno que, en la plaza y a raíz de su casta, se ganó el derecho a seguir viviendo. El rastro de Pasmoso y tantas otras desfachateces triunfalistas vividas recientemente a modo de infecciosa indulditis, fueron losas que impidieron al presidente otorgar el máximo premio al quinto animal de Jandilla, que obró en superlativo desde su salida hasta que llegó al desolladero. Casta, acometividad y un derroche de entrega que hizo salir embistiendo a la gente de la plaza. Valencia se puso de acuerdo por unanimidad y sin conjeturas. Sabían que Horroroso merecía volver al campo, vivir cubriendo vacas a placer y ser recordado por su criador como casi la perfección del toro que busca. El usía hizo imperar su ley bajo el abrumador chaparrón de pañuelos que solicitaban el perdón de la vida para este gran animal. El toro de la feria, sin ningún ápice de dudas. Y con él, la trascendencia de una mala decisión hace dos años reflejada en otra mala decisión en el día de hoy. Horroroso, un toro de vacas para cualquier aficionado que se ponga en la piel de su criador. Y si no es así, el primero que lo discuta que tire la primera piedra.

Castella cortaba las dos orejas de este indulgente toro del hierro de la estrella, estando muy reunido pero por debajo de su calidad, como de igual forma se le fue sin torear el primero de su lote. Urdiales desprendió detalles de torería y sabor con un lote descaradamente descastado. Mientras que un Cayetano desalmado, frío y muy dubitativo, se iba sin decir nada en una corrida de Jandilla y Vegahermosa muy mal presentada.

Sebastián Castella venía de dejar ir sin torear al primero de su lote. Un animal con transmisión, con el que sólo destacó en el inicio de faena agarrado a tablas en una baldosa, y que mandó a la enfermería a Javier Gómez Pascual tras una cogida a la salida del último par de rehiletes. La obra se diluía por la falta de colocación, enjundia y ceñimiento del matador, despidiendo los muletazos hacia fuera constantemente y bajo un mar de bostezos, porque fueron muchísimos y todos mudos.

Pero en chiqueros aguardaba Horroroso. Un toro bien hecho, sin grandes estridencias, pobre de cara, pero con una clase y un fondo de casta desmesurado. Ni el más fiero, ni el más noble; una conjugación perfecta. Derribó al caballo en las dos ocasiones en las que acudió, donde apenas se le pegó debido al propio derribo. Sin embargo, de no haber sido así, la vara no la hubiera escupido en ningún caso. El toro tenía la cabeza por debajo del faldón del peto, lo que hace entender que lo hizo todo por derecho. Como por supuesto así haría en la muleta. Derroche de casta y transmisión por los cuatro costados, y un pitón derecho para hacer un cortijo. Electrizante inicio desde los medios made in Castella, con dos cambiados por la espada y un muletazo en redondo que aún no ha terminado. Por el pitón de las reliquias llegaron dos primeras series luciendo al toro que se venía como un resorte. El izquierdo decía menos pero la entrega del animal desbordaba el Turia. Volvió a diestras para seguir paladeando las exquisitas embestidas que regalaba Horroroso, porque fue un bombón de licor. La obra se extendía pero nadie quería dejar de ver embestir al jandilla. Y en virtud de ello la parroquia empezó a aflorar el sedoso blanco que solicitaba el indulto. El presidente con gesto inequívoco, solicitó al francés darle muerte, pero Castella seguía disfrutando de su compañero de Fallas. Al final y llegando a escuchar dos avisos, entró derecho hacia Horroroso dejando una estocada entera, valiendo por tanto para pasear dos orejas y el premio de la vuelta al ruedo para el toro, que se iba arrastrado entre una atronadora ovación. En cualquier caso, la unificación de criterios para el indulto sigue estando en entredicho.

Regresaba Diego Urdiales al circuito de las grandes ferias tras los triunfos sólidos y sonoros que se llevó consigo el pasado año. Primer puerto de primera para el de Arnedo, que sin opciones y con un lote descastado hasta la saciedad, supo imprimir y trazar ciertos pasajes con poso, reposo y cadencia, sin llegar en ningún caso a coger cotas de suma altitud en ninguna de las dos faenas. Como postdata del cuarto, añadir la falta de vergüenza veterinaria para aprobar un animal de esas características tan indignas para una plaza de primera.

Por su parte, un Cayetano frío, contrariado y dubitativo por encima de todo, no logró meterse en la tarde en ningún momento. Bien es cierto que el azote del viento que sacudía los vomitorios del coso de la calle Xátiva fue un enemigo sin invitación y por el que el pequeño del añorado Paquirri solicitó que se suspendan más festejos. Las inclemencias meteorológicas influyen, pero la preparación es un alto grado para el compromiso, cosa de lo que aparentemente careció el diestro para iniciar su temporada.

 

  • Plaza de toros de Valencia. 8º de la Feria de Fallas. 3/4 de entrada en tarde muy ventosa. Se lidiaron cuatro toros de Jandilla y dos de Vegahermosa, de muy mala presentación. Descastado el 1°, con movilidad el 2°, sin celo y sin poder ver el 3°, vacío el 4°, muy bueno el 5° –para el que se pidió el indulto­– y venido a menos el 6°.
  • Diego Urdiales (verde hoja y oro): silencio en ambos.
  • Sebastián Castella (celeste y oro): silencio tras aviso y dos orejas tras petición de indulto.
  • Cayetano (celeste y azabache): silencio en ambos.
  • José Chacón se desmonteró tras parear al 5°.

Parte médico de Javier Gómez Pascual: Cornada a nivel de la región paravertebral derecha a nivel de L4-L5, que secciona la piel en unos 6-7 cm. y penetra contundiendo la vértebra y rompiendo la fascia lumbar y músculo multifidus en una trayectoria de 3 cm. y otra lateral de 4 cm. que disecan periostio vertebral y rompe fibras musculares. Respeta la médula espinal y no penetra en el retro peritoneo. Es intervenido bajo anestesia local y sedación. Pronóstico reservado. Trasladado al Hospital Casa de la Salud.

 

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