Román Collado que repitió paseíllo en Las Ventas tras cortar una oreja precisamente junto a Eugenio de Mora el día de la Virgen de la Paloma y tras dejar una grata imagen en la tarde de su confirmación en San Isidro, volvió a estar en sazón. Prácticamente parece que sigue en novillero a tenor de su fuerza arrolladora, de no dejarse ganar la partida y de volver a la cara del toro tras ser volteado en sus dos turnos, de forma reiterada. Aún con esos argumentos, paseó una raquítica oreja del tercero ante un burel que al igual que sus hermanos careció de casta en los primeros tercios. Brindó al público una actuación de mucha decisión en la que interpretó una labor de distancias ante un toro que se rebrincaba dejando al descubierto al valenciano, al quedarse corto por el pitón derecho. Con el nudo en la garganta transcurrió una faena estoica y de mucho tesón de Román que fue robándole pasos al encastado Laminado entre la desesperación de los tendidos. Cerró la actuación de una estocada en la suerte de recibir. Tuvo cerca el cetro de la puerta grande ante el sexto, en una actuación que volvió a derrochar raza y pundonor ante un toro complicado y con genio de Fuente Ymbro. Se cobró en dos ocasiones sendas volteretas y continuó con garra y pasión. La faena tuvo momentos heróicos sobre la mano derecha a base de exigirle a Emperador. Lo pinchó y se esfumó la opción de salir a hombros. Madrid reconoció su mérito y recogió una calurosa ovación.
Seis actuaciones desde 2014 han supuesto para Eugenio de Mora una cifra nada desdeñable. Cuatro orejas en sendas tardes han formado un ramillete con muchos argumentos para que el toledano repitiera en Madrid, fruto de su esfuerzo. Venerable sacrificio de un torero que se ha ido ganando los contratos tarde tras tarde, siendo querido y respetado en la plaza capitalina. Paseíllo a paseíllo se ha ganado su puesto desde aquel sobrero de Conde de la Maza en el verano de 2014 hasta el día de hoy. En su segunda tarde de la temporada en Madrid pinchó una faena de altos vuelos ante el serio y astifino fuenterymbro que abrió la tarde. Un toro que manseó de salida y perdió las manos en los inicios en el saludo por verónicas del toledano. Todo cambió en la muleta. Labor importante y valerosa de Eugenio que comenzó su labor de rodillas en el tercio ante un manso encastado que tuvo recorrido cuando le mostró los engaños por el pitón derecho. Dos series sobre la mano derecha pusieron a Madrid boca abajo. Cruzado y citando de frente, por el izquierdo tenía menos clase y recorrido que por el contrario, por donde hizo el avión. Toro importante de Ricardo Gallardo este Lanudo al que le faltó recorrido en una faena decorosa e importante de Eugenio. Indeciso estuvo a la hora de pasaportarlo, al no verlo claro. Finalmente lo hizo al segundo encuentro de una estocada tendida. No hubo milagros en el cuarto, un toro que manseó en varas y se paró en la muleta. El segundo de su lote echaba la cara arriba, salía suelto y buscaba las tablas. Ni por esas cejó en el empeño el toledano, que se entretuvo en componer una actuación descompuesta y de nula transmisión, que no contó con el refrendo de la espada y en el que fue silenciado.
Juan del Álamo llevaba hasta la fecha ocho orejas en catorce comparecencias, cinco de ellas entre las temporadas de 2013 y 2014 de manera consecutiva. Esta temporada en sus dos tardes cortó una oreja en la goyesca ante un toro de Joselito y otra en la corrida de la Prensa ante un Pedraza de Yeltes, pero todo fue a la contra en su tercer paseíllo de la temporada con un lote descompuesto y a la contra durante toda la tarde. Fue silenciado ante el quinto, un ejemplar que reponía de sus embestidas, y que estaba más tiempo rodando por el albero que embistiendo en la muleta del salmantino. Muy del estilo del tercero, se quedaba corto por ambos pitones y dejaba al descubierto su perspicaz figura. Le avisó en una ocasión, y a la segunda Leyenda no se lo pensó y lanzó con dureza por los aires al de Ciudad Rodrigo. Más peligro que raza llevaban las embestidas del de Ricardo Gallardo y el salmantino pasó el trámite con más pena que gloria con el rostro ensangrentado tras pasaportarlo de una estocada. Labor irregular ante el segundo que no contó con el apoyo del público como en otras ocasiones. Planta enjuta del salmantino que no se acopló y dejó un par de series toreando con el pico de la muleta. No estuvo a la altura de las expectativas un torero que tiene cuenta con el crédito de Madrid. Labor insípida en la que aburrió al respetable, frente a un toro con las fuerzas justas con un estimable pitón derecho. En la segunda parte de la faena Del Álamo se entretuvo en pases de tiralíneas y dejó una estocada al primer encuentro ante un toro que fue aplaudido al arrastre.
El envío de Ricardo Gallardo a Madrid tuvo momentos de épica por parte de Juan del Álamo y el lote de Román, pero le faltó fuerza y casta en el tercio final. No todo vale cuando no hay toro. Sin él, nada tiene importancia.
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