Muy pocos lo dudaron, tal vez el propio torero, los amigos y algunos asistentes pensaron que era para más, pero indiscutiblemente el día de ayer se otorgó un merecido premio. Jorge Ramos, desde el palco de la autoridad, por increíble que parezca en tiempos recientes, se mantuvo firme en su decisión (a pesar de la mirada que le echaba el propio coleta y de los ¿pañuelos amarrillos? que ondeaban) y así fue como concedió meritorio apéndice a Octavio García “El Payo”, sin más ni menos. Gracias a usía por haber desempeñado bien su papel en el transcurso del festejo; una pena que no lo hiciera por completo desde que debió de no aprobar a más de algún ejemplar de los que salieron al ruedo de la ganadería de San Isidro, por tener poca presencia. Sin embargo y al respecto, la insuficiente asistencia no recriminó nada y todo quedó igual.
Pero, es cierto, al torero queretano nadie le obsequió cosa alguna en lo absoluto -¡Qué bien estuvo!- , en lo personal, no pensé verle así y qué bueno que resultó ser todo lo contrario. Da satisfacción haberle deleitado de esa manera: con reposo, torería, asentado, con sello propio. En el último de la tarde, su segundo, supo aprovechar encontrar las distancias y entendió la lidia que le pedía el astado… ¡Arte para el alma!
Angustiosamente, tampoco esta vez apareció la rivalidad entre estos dos toreros que se disputaban el mano a mano. Si bien no hubo “árbol de dónde cortar madera”, nunca mostraron ese picor taurino que prende al graderío. Por otro lado, para no perder tenor, la afluencia de público no fue la deseada; y, el renglón ganadero volvió a fallar. El menos malo de los lidiados fue el corrido de segundo lugar, el cual duró muy poco a pesar de la buena calidad en la embestida que mostró en los comienzos de la faena de muleta.
Saludaron al tercio ambos diestros después de haber partido plaza.
Sebastián Castella abrió la corrida con Santito al que le dio algunos lances para rematar con una media. Vino el derribo de una de las jacas de picar. En el tercio de muleta, el astado protestó demasiado. El de San Isidro buscó el refugio de las tablas. El diestro francés consiguió sacarle algo al burel saliéndole adelante entre pase y pase. Con el corrido en tercer lugar, Yorch, la vara de picar no duro mucho pero estuvo bien ejecutada. Bueno fue el quite por chicuelinas y revolera. En el tercio final el animal fue malo y tiraba muchos derrotes. La estocada fue un tanto trasera. Con el quinto de la tarde, Gabano, lo mejor estuvo con la muleta. El torero galo le supo dejar su avío en la cara, le marcó el toque para ligar y conectó posteriormente con los tendidos. El de San Isidro duró poco acusando su falta de bravura. Todo quedó en pinchazo, media estocada y descabello.
Octavio García “El Payo” con Tío Mario, segundo de la tarde, tuvo poca labor con el capote. El segundo tercio fue de colocación buena. Brindó al público. Por ambos pitones el astado metía bien la cara. Le faltó fuerza. Aún así se pudieron observar algunos detalles. Ante Mexicano, burel con debilidad, soso, el panorama no fue fácil. Vino un aviso en la parte postrimera de su labor intermedia. Finalmente, Gabano, que saltó a la arena en sexto turno, hizo el amago por brincar las tablas. Se hicieron presentes los lances a la verónica y la media. El comienzo muleteril fue intentando un toreo relajado, desmayado. En tablas, a media altura, consiguió ligar varios momentos y conectar con el tendido. Payo ilusionó a la gente y le supo corresponder. Estuvo bien el diestro queretano. Estocada entera, desprendida y una bien ganada oreja, fueron aspectos con los que concluyó el quinto festejo de la Temporada Grande 2016-2017.
Para hoy se anuncia un encierro de Julián Hamdan el cual será lidiado por Miguel Ángel Perera, Juan Pablo Sánchez y Fermín Espinosa “Armillita”.
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