Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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Naufragio otoñal
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Naufragio otoñal
Madrid. 1ª de la Feria de Otoño

Naufragio otoñal

Alberto Bautista

Comienzo gris de la Feria de otoño condicionada al deslucido encierro de José Miguel Arroyo “Joselito”. La novillada de El Tajo y La Reina naufragó sin paliativos e imposibilitó el triunfo de una terna dispuesta y con mucho que decir. En el vislumbrar de la tarde, en el horizonte, surgió un nombre: Pablo Aguado. Él hizo lo de mayor contenido en su segunda comparecencia en Las Ventas, donde se ganó su incursión tras los méritos por su capacidad y aptitud en la novillada de Sánchez Herrero en el mes de abril, donde dio una vuelta al ruedo. Dos ovaciones saludó a la muerte de sus oponentes.

De milagro se salvó de una cornada al recibir al sobrero de Ave María de rodillas en los medios. Segundos angustiosos, y una paliza tremenda en la que el novillo hizo presa del joven sevillano. Fue volteado en varias ocasiones y recibió un varetazo en el cuello y un hematoma en el rostro. En volandas se lo llevaba su cuadrilla camino de la enfermería pero se recuperó y volvió al ruedo entre una gran ovación, y es que tuvo mucho mérito el mantenerse sobre el ruedo aquejado de la brutal paliza. Entre tanto, la faena ante el segundo bis careció de ajuste y faltó acople en una labor anodina ante otro ejemplar descastado, con el que volvió a saludar una ovación desde el tercio. Una ovación saludó tras pasaportar al quinto, toda vez que el segundo de El Tajo fue devuelto por falta de fuerzas. Se corrió turno y salió el que estaba reseñado como quinto, un novillo con calidad y transmisión con el que Aguado anduvo muy acoplado en una labor asentada, en la que interpretó con capote y muleta una faena de altos vuelos. Rozó lo sublime en el saludo a la verónica, quitó por chicuelinas y le replicó Serna. En la pañosa, los pasajes mas estimables llegaron sobre la mano derecha, pinturas que sobresalieron en una actuación que rebosó solemnidad. Lo intentó al natural, pero el novillo no terminó de humillar. La rúbrica con la estocada al primer encuentro mereció mayor bagaje, si el quinto hubiera tenido mayor duración.

Manolo Vanegas dio muestras de su aplomo y quietud en dos faenas de corte clásico en las que no tuvo la suerte de cara ante un lote descastado y de remotas posibilidades. Lo más granado llegó en el cuarto, ante un ejemplar que no le puso las cosas en bandeja al venezolano y en la que dejó series sobre la mano diestra en una actuación sin respuesta. Al natural emborronó la labor entre enganchones. Entre arrimones justificó la tarde y se la jugó frente al brusco oponente, que mató de un estoconazo para saludar una merecida ovación. Al novillo de La Reina que abrió la Feria de Otoño le faltó transmisión. Los inicios intermitentes sobre la mano derecha fueron un espejismo, frente un ejemplar de embestida irregular y que nunca terminó de ayudarle. Muy aseada fue la labor del venezolano, que tuvo un estimable pasaje sobre la mano derecha, aunque a la faena le faltó movilidad para llegar con fuerza a los tendidos. Lo pasaportó de una estocada atravesada y fue silenciado.

Rafael Serna regresaba a Madrid tras su impactante actuación en su presentación el pasado mes de junio en la que firmó lo que a la postre fue lo más granado del verano venteño y sufrió una cornada de graves consecuencias. Con esos mimbres, su presencia en el abono otoñal se otorgaba más que un compromiso un premio tras caer herido. En su segundo paseíllo no pudo más que aguantar estoico ante dos ejemplares mansos y anodinos. El tercero, que brindó al Doctor García Padrós tras el angustioso tabaco del pasado 12 junio, acusó la falta de fuerzas tras su encuentro con los del castoreño y condicionó su juego. Faena anodina de escaso contenido, en la que el sevillano dejó un bajonazo tras pinchazo y fue silenciado. En el sexto, Cruz Macías a caballo se encargó de crispar los nervios al sector más contestario de la plaza, al picar dentro de la primera raya y un monosabio tuvo el dudoso honor de colear al de El Tajo entre la bronca del respetable, que no pasó a mayores. Un marmolillo se encontró el sevillano enfrente ante el que no le quedó más remedio que abreviar. Tampoco estuvo aseado con la espada y dio un mitin.

 

  • Madrid. Plaza de toros de Las Ventas. 1ª de la Feria de Otoño. Algo más de dos tercios de entrada. Se lidiaron novillos de El Tajo y La Reina (1º y 4º) y uno, como sobrero, de Ave María (5º bis), bien presentados pero de decepcionante juego. Deslucidos 1º, 3º y 5º bis; con transmisión el 2º; inválido el 4º y parado el 6º.
  • Manolo Vanegas (frambuesa y oro): silencio y ovación con saludos.
  • Pablo Aguado (verde botella y oro): ovación con saludos tras aviso y ovación con saludos tras aviso.
  • Rafael Serna (azul marino y oro): silencio y silencio.
  • Ángel Gómez se desmonteró tras parear al 2º. Rafael Serna brindó el tercero al Doctor Máximo García Padrós.

Parte médico de Pablo Aguado: Traumatismo facial con hematoma en región malar izquierda. Puntazo en cara posterior de parrilla costal derecha. Pendiente de estudio radiológico. Pronóstico: Reservado. Fdo. Dr. García Padrós.

 

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