Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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Albacete. 3ª novillada de promoción

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Alejandro Martínez

Horas después de que la plaza de Albacete se cerrara tras la cuarta de abono de su feria taurina, las puertas se volvieron a abrir, esta vez para acoger la última de las tres novilladas de promoción que la empresa Taurino Manchega organizó en el marco del ciclo en honor a la Virgen de los Llanos. Y a la tercera fue la vencida. Por fin los aficionados pudieron disfrutar de una gran novillada. Alcurrucén sorteó hasta cuatro animales de nota que pusieron en bandeja el triunfo de los tres actuantes. Al final los dos locales fueron los que lo consiguieron. Indalecio Sahuquillo, ahora anunciado en los carteles como El Castellano III, y Cristian Pérez, ambos alumnos de la Escuela Taurina de Albacete, cortaron tres orejas y se marcharon a hombros ya bien entrada la madrugada. Su compañero, Juan Carlos Carballo, de Badajoz, abusó en exceso del toreo despegado y las ventajas, y anduvo realmente mal con la espada.

Pero si destacó algo en la cerrada noche albaceteña, fue la gran novillada que lidiaron los Lozano con el hierro de Alcurrucén. Encierro excesivamente cómodo en todos los aspectos, pero que rompió a embestir de forma sobresaliente en el último tercio. Algunos, como el magnífico segundo y, sobre todo el primero, tuvieron un marcado punto de mansedumbre que en determinados momentos hizo que se quisieran rajar, pero que no impidió que embistieran con suprema nobleza, clase y recorrido a los engaños. El último fue el garbanzo negro y además de manso se puso violento y complicado.

Cristian Pérez fue quizás el más macizo de los tres. Pese a su corta carrera (debutó de luces el pasado año), el albaceteño anduvo con oficio y muy metido en la noche. Recibió a sus dos oponentes con gran acierto y consiguiendo que ninguno le tocara a penas las telas. Con las banderillas el lucimiento fue escaso, pero en el último tercio instrumentó dos labores en las que mostró buen nivel y en las que destacó corriendo la mano por ambos pitones con profundidad y por abajo. A veces más al hilo y rematando los muletazos hacia afuera, en otros sí toreó con ajuste y bien colocado. Su primero, mansito, tuvo una calidad, humillación y profundidad en la embestida sensacionales, mientras que el quinto también colaboró de forma inmejorable. En sus dos turnos se tiró a matar muy derecho, pero el acero cayó de forma desigual. En su primero, arriba aunque algo delantero; y bajo en el que cerró su lote.

Buen corte de torero tiene El Castellano III. A él se le vio más verde y por momentos falto de técnica, pero dejó detalles de calidad y, sobre todo, la imagen de un chaval que quiere ser diferente y que siempre se intenta encajar. Sus dos trasteos pecaron de irregulares, pero en ambos, el de Casasimarro dejó detalles y muletazos de calidad. Además se agradece que intente colocarse en la rectitud, pese a que no siempre lo consiga. Su primer enemigo, que abrió plaza, no tuvo maldad pero se quería marchar al final de cada serie. Por su parte, el cuarto fue uno de los bombones del encierro. Noble y repetidor hasta la extenuación, faltó por momentos algo más de rotundidad y profundidad. Las dos orejas del primero fueron absolutamente excesivas principalmente porque el espadazo cayó bajo. Una oreja habría sido premio justo y le abría abierto también la puerta grande sumada al trofeo que arrancó del cuarto. Un torero este Castellano para esperar.

Por su parte, el extremeño Juan Carlos Carballo puso voluntad y anduvo entregado, pero a su toreo le faltó reposo y pureza. Acelerado y siempre muy aliviado, dio muchos pases pero no dijo nada. En tercer lugar le correspondió el eral más encastado y exigente de los seis. Éste lógicamente estuvo por encima y además perdió cualquier posibilidad de tocar pelo con su deficiente forma de entrar a matar. Pinchó y pinchó antes de dejar un bajonazo infame en el número. La historia se repitió en el último, el peor ejemplar del sexteto.

 

  • Plaza de toros de Albacete. 3ª novillada de promoción de la Feria de Albacete. Con unas mil personas en los tendidos, se lidiaron seis novillos de Alcurrucén, en tipo pero excesivamente cómodos en su mayoría, y de muy buen juego en general. De nota 2º, 3º, 4º y 5º por su nobleza, calidad y recorrido. El más encastado y exigente fue el 3º. Manso y rajado el 1º; y manso y violento el 6º.
  • El Castellano III (de Casasimarro-Cuenca): dos orejas y oreja.
  • Cristian Pérez (de Albacete): dos orejas y oreja.
  • Juan Carlos Carballo (de Badajoz): saludos y silencio.
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