Después de la tarde de ayer, con el homenaje con altibajos a Victorino, el colofón que remató la Feria de Invierno fue una novillada de El Parralejo en la que se pudieron ver muchos detalles. Tauroemoción volvió a apostar por la cantera y devolvió a Vistalegre una novillada en su ya consolidado ciclo invernal. En la capital del toreo se daban cita una terna en búsqueda de un triunfo solvente. Dos de ellos, Toñete y Ángel Téllez, que llegaban siendo triunfadores en plazas importantes el año pasado, aterrizaban en Carabanchel con mucho oficio a sus espaldas. La tercera, y debutante con caballos, Rocío Romero, lo hacía después de conquistar Sevilla con un triunfo importante en los ciclos de novilladas de promoción y sin ningún rodaje en comparación con el par de dos que la precedían. Ahora bien, no se dejó intimidar lo más mínimo. Reparto de trofeos para los tres. Entre tanto, El Parralejo trajo un encierro muy bien hecho y cuajado de hechuras. Se dejaron todos y no pidieron los papeles. El mal tino con los aceros fue lo que negó más trofeos.
Poco se tuvo que esperar para empezar a ver destellos. Segundo paseíllo de Ángel Téllez en la Comunidad de Madrid en lo que va de temporada. Con un capote empuñado cerca de la esclavina, recibió al segundo y brioso novillo de la tarde, un animal con un afán muy notable por tomar el percal siempre por abajo. En el caballo se empleó con soltura haciendo las veces de bravo. Téllez sabía que no podía dejar escapar un novillo así y se fue a por él. Desde los medios le dibujó un quite por saltilleras muy ceñido y arriesgado, rubricándolo con una media de cartel. ¡Qué recorrido! Cañamero iba y venía con un son vibrante y codicioso. De rodillas inició la faena en los medios, donde se metió a la parroquia en el bolsillo. Ya en pie, supo afianzar una indiscreción del novillo ante el intento de no humillar pero poco duró el mal augurio. De nuevo, firme, con mando en plaza y descatalogando trapazos. Ahí empezó su tarde, cuando él mismo se sintió. Bajó la mano a los infiernos para llevar toreado hacia atrás y hasta el final los dos pitones del bravo y enclasado parralejo. Los vuelos, inertes y las muñecas respondiendo con profundidad y mucho sentido. La sexta tanda hizo quedarse más corto a Cañamero, que cuando reponía lo hacía con menos virtud. El mal hacer con la tizona hizo que quedara todo reducido a una ovación con saludos.
El quinto fue el animal más recogido de todo el encierro. Un quite de alicantinas bellas y con notas muy cadenciosas le ejecutó a este Ilusionado. Muy justo de fuerzas, pedía todo a media altura. Se cerró cada vez más en tablas por cada par de garapullos que le colocaban, siendo el último de dentro a fuera el que hizo levantar a toda la plaza. Ya en la muleta se dio cuenta de que el pitón menos malo era el izquierdo, pero ni por esas. No transmitía absolutamente nada, se quedaba a corto o a medio recorrido, exceptuando una serie de naturales que le pudo sacar, aprovechando la inercia del animal cuando se daba la vuelta. Un pinchazo, una estocada entera y la gran condescendencia del respetable para que todos se fueran a oreja por coleta, fue lo que hizo que la paseara.
Creo que poca gente ha podido ser más feliz este domingo que Rocío Romero. La torero cordobesa llegó a su debut con caballos ante una gran expectación. A un paso se quedó de abrir la puerta grande de Vistalegre tras errar con la espada una faena de tesón al cierraplaza, el toro con más peso de la corrida. Fue maltratado visceralmente por el varilarguero, quedándose inválido para el resto de la lidia. Aún así, Rocío no sé amedrentó y quiso demostrar que sin nada también sabe torear aún faltándole bastante confianza y contratos todavía. Ya tenía una oreja del tercero, que le regaló el público, tras una estocada baja y con derrame. No en vano, la joven jugó sus cartas. El novillo fue a menos de lo que ofertó en los primeros tercios y se descompuso después en la faena yendo a menos su calidad y su fijeza. La de Córdoba quiso exponer su sitio, intentando ligar tandas donde no le protestara, pues era tardo y sin clarividencia. Rocío se iba de pitón a pitón. Por el izquierdo se le quiso colar pero acabó entrando por el aro. Cuando sin opciones de que la faena tuviera artística vistosidad, se entregó dándole el pecho para cerrar una labor que no pudo culminar con los aceros, fallando varias veces.
Toñete llegó a Vistalegre a demostrar que está muy rodado a estas alturas y que el toreo de salón lo tiene muy depurado. Con el primero de su lote, que fue un novillo del que había que tirar en todo momento, buscó la colocación porque el animal tendía a salirse de la suerte. La verdad es que no se supo afianzar con él. Si quisiéramos destacar algo solo sería cómo lo llevó al caballo con chicuelinas al paso. Al cuarto lo recibió con unos delantales high school llenos de cadencia y poso. Otro más que hincaba los pitones y de nuevo, voltereta. Cantó en banderillas su querencia a tablas y en la faena muleteril acabó sucumbiendo a su mansa condición. Así, lo trasteó por ambas manos pero sin ninguna transmisión. Con todo, estocada desprendida y oreja.
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