Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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Sarna con gusto no pica, Ramón
Sarna con gusto no pica, Ramón
Sarna con gusto no pica, Ramón
Sarna con gusto no pica, Ramón
Sarna con gusto no pica, Ramón
Sarna con gusto no pica, Ramón
Sarna con gusto no pica, Ramón
Sarna con gusto no pica, Ramón
Sarna con gusto no pica, Ramón
Crónica Sevilla. 9ª de la Feria de Abril

Sarna con gusto no pica, Ramón

Darío Juárez

Realmente me hago cargo de lo difícil que debe de ser confeccionar una feria de la importancia de Sevilla. Noches en vela esperando el sí de las figuras, que son la piedra angular para solucionarle un abono de dos semanas. Quebraderos de cabeza con otros a los que el trato ofrecido ha hecho verse envuelto en polémica. El dejar en casa a una parte porcentual del escalafón que bien se lo merece. O el temor de que bajando el precio de la taquilla quizás usted no pueda llegar a fin de mes –el que no llego soy yo si voy a Sevilla a los toros–. Sin embargo, el que los animales salgan afeitados, desentipados o con una presentación indigna para la categoría de esta plaza, no le quita el sueño. Qué más da eso cuando sabe que con dos triunfos de tanta repercusión –a falta de rematar la feria– como los ocurridos en los últimos días, es fácil obviar el rigor y la seriedad de esta plaza. Y ya, para qué hablar de la afición hispalense... Tiene usted la mejor afición del mundo y los mejores equipos gubernativos que aprueban todo lo habido y por haber. ¿Y sabe por qué son los mejores? Porque pese a todo esto que acabo de citar, ahí no le protesta nadie ni mú. No sólo hoy, cada año va a más. Pero no se preocupe, que sarna con gusto no pica, Ramón.

La corrida de El Pilar fue un ramillete de toretes y novillos sin tipo, vergonzosamente presentada, en la que Garrido cortó una oreja del sexto por el buen conjunto de la tarde. Bautista, mal agraciado, sorteó un lote inválido con sobrero incluido, del que sacó muletazos sueltos y algún pasaje de capa. Mientras, López Simón volvió a evidenciar una falta de sitio muy denotada con otro par que se dejó y se movió para haber tocado pelo con ellos.

José Garrido volvía al coso de su alternativa en una tarde de resacas triunfalistas, triunfales, o ambas. En tercer lugar y como primero de su par, salió un toro al que recibió con aires de tauromaquia añeja con el capote. Llegó a la faena con buen tranco pidiendo los vuelos por abajo, como así lo hiciera obedecer su matador. Tandas con gusto jugando con cintura con la mano derecha, que alternó con la zurda, por donde Sospechor le protestó algo más. Tras el epílogo de la faena por ayudados por alto, el extremeño quiso materializar una última tanda con la izquierda, que descoordinó a los tendidos. La estocada caída, defectuosa y tendida, haciendo que tardara en caer el colorado, enfrió la premonitoria petición de oreja. En su defecto, fue premiado con la vuelta al ruedo. Con el complicado sexto, ofreció valor de exposición sin buscar nada de cara a la galería. Buscando la verdad con un toro buscón, ordenó la embestida con implacabilidad para que no viniera por dentro. Raza y pundonor para firmar una obra, ahora sí, con una estocada un tanto atravesada que le valió para pasear una oreja tras tres horas de festejo. ¡Qué soponcio!

Juan Bautista también quiso ser testigo de la bochornosa tarde de los consanguíneos aldeanuevas. Con un terno curioso en grana y azabache, vio cómo entre marismas de resoplidos incrédulos se iba una tarde por el descaste y la invalidez. A todo ello ha de sumarse lo tediosas aunque técnicas que son sus faenas cuando no hay material, como ocurrió con el frágil y vareadísimo primero. El cuarto fue devuelto por su evidente falta de fuerza y en su lugar salió un sobrero anchote, con caja para dar y tomar, que fue soso y sin transmisión. El francés estuvo correcto pero no dijo nada con él, volviendo a alargar una actuación de la que nunca pudo haberse sacado un simple pellizco de emoción.

No resurge y no ve la puerta que dé a la salida adecuada para encontrarse con la tauromaquia que realmente le haga sentirse en plenitud. López Simón volvía a toparse de frente contra el muro del conocimiento, obcecándose únicamente en la figura. Su lote fue el que más posibilidades ofreció y del que no supo sacar tajada. El tercero, con dos picotazos traseros, salió del jaco apretando en el tercio siguiente. El de Barajas acabó desbordado viendo cómo venía ese segundo de El Pilar, con ritmo de bravo, cada vez que le presentaba la muleta. Por el izquierdo tampoco se fió. 20 minutos de una tarde de feria pasaban desapercibidos habiendo habido toro por todos lados. En quinto lugar se devolvió un lamentable ser, lastrado de carnes y seco de fuerzas, por otro del mismo hierro que cumplió en el peto y que sorprendió a Vicente Osuna cogiéndolo sin mayor agravio y siendo obligado a saludar. Llegó a la muleta con la cara a media altura frente a un torero nadando en un mar de dudas. Sin confianza.

 

  • Sevilla. Real Maestranza de Caballería. 9ª de la Feria de Abril. Media entrada larga en tarde soleada y agradable. Se lidiaron seis toros de El Pilar, de lamentable presentación. Se devolvieron dos (4° y 5°) por dos sobreros del mismo hierro. Vareado y sin fuerza el 1°, bravucón el 2°, encastado el 3°, sin nada el 4° bis, a menos el 5° bis y complicado el 6°.
  • Juan Bautista (grana y azabache): silencio en ambos.
  • López Simón (burdeos y azabache): silencio en ambos.
  • José Garrido (rosa palo y oro): vuelta al ruedo tras leve petición y aviso y oreja.

 

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