Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
Volver
Todavía salimos a las nueve
Todavía salimos a las nueve
Todavía salimos a las nueve
Todavía salimos a las nueve
Todavía salimos a las nueve
Todavía salimos a las nueve
Todavía salimos a las nueve
Todavía salimos a las nueve
Todavía salimos a las nueve
Todavía salimos a las nueve
Todavía salimos a las nueve
Todavía salimos a las nueve
Todavía salimos a las nueve
Todavía salimos a las nueve
Todavía salimos a las nueve
Todavía salimos a las nueve
Todavía salimos a las nueve
Todavía salimos a las nueve
Todavía salimos a las nueve
Todavía salimos a las nueve
Todavía salimos a las nueve
Todavía salimos a las nueve
Todavía salimos a las nueve
Todavía salimos a las nueve
Todavía salimos a las nueve
Todavía salimos a las nueve
Todavía salimos a las nueve
Crónica Madrid. 15ª de la Feria de San Isidro

Todavía salimos a las nueve

Darío Juárez

Pues hasta aquí la segunda semana de feria. 15 días entre maquillaje de triunfo fácil, protagonismo desmedido de los palcos, toros de triunfo sin triunfo ni toreros a la altura de ellos y decisiones pecaminosas que hacen irreverente el triunfo legal. En cualquier caso, es la tónica general que va portando este San Isidro hasta el momento. Pese a la ausencia de triunfos grandilocuentes y ninguna puerta grande de a pie, el desolladero va camino de colgar el «No hay billetes» con toros de orejas cantadas. No es posible que tras un invierno de preparación exhaustiva limando imperfecciones, de concentrada y abandonada mentalización y de toreo de salón por doquier, un toro bueno o sin ser bueno pero tampoco malo, te diga que así no y acabe descubriéndote. Al menos para lo que se conoce por entender la condición de un toro, más aún si el matador más joven lleva diez años de alternativa, como ha sido el caso de hoy. Pero qué quieren que les diga… así está esto. Todo lo apostado al alza por venir a Madrid, difuminado y hecho añicos en 20 minutos. Abonado todo esto a un quinteto de El Ventorrillo y un remiendo de Valdefresno desclasados, variados de comportamientos y con dos toros para haber tocado pelo seguro, como fueron tercero y cuarto. Fue una corrida sorprendentemente rápida. Dos horas duró lo que mi compañero de localidad me aventuró tras la muerte del cuarto: «Espera, que todavía salimos a las nueve».

Sopor es lo que un aficionado tiene que aguantar durante setenta y tantos festejos anuales para poder ver algo que encadene una reciprocidad y desemboque en triunfo notable. Sin exagerar, habrá alrededor de dos o tres toros en Madrid –después de Malagueño– de nota, caídos en mala suerte para David Mora, con los que no ha dicho absolutamente nada y, por supuesto, de la mano del destoreo. Hoy fue el tercero. Un toro muy hechurado y serio, que hizo de todo en el caballo. Otero lo lidió de una manera exquisita, mientras Carretero tiraba el último par al suelo, cayendo lesionado por un tirón en el gemelo derecho y obligando a Tejero a colocarlo por él. El toro venía con buen son, sin definirse del todo pero moviéndose alegremente y sin ninguna maldad. Cuatro tandas con la mano derecha en las que Acristalado repetía y tomaba los vuelos por abajo. Tras el primer cite en todas las series, el de Borox despedía hacia fuera la embestida, vaciando siempre en línea recta y con la pierna de salida descaradamente retrasada. Alternó entre las diestras una quinta tanda de naturales mudos. Ni el medio pecho ofreció. Remates de faena muy toreros, antes de una estocada caída por la que un gran número de pañuelos pidió la oreja. Pues todavía dio una vuelta por su cuenta… El sexto fue un animal no apto para la lidia en una plaza como Madrid. Manso en varas, fue lidiado de nuevo con gran enjundia por Otero, al que lamentablemente no se le pudo ver luciéndose con los palos. El animal era un inválido que no dijo nada, pero tampoco la disposición apática del torero.

Segundo y último paseíllo para Curro Díaz en esta feria, al igual que para sus compañeros. El de Linares no llegó a entrar en la tarde en ningún momento ya que pese a ponerse con el peligroso y complicado primero, fue descubierto por el encastado que sorteó en cuarto lugar. Un toro hondo, con amplia caja y víctima de una lidia paupérrima de abultados y desmedidos capotazos. Desde el principio se le vio desacoplado, ligando muletazos con desapego mientras probaba sendos pitones. Empezó a levantar la algarabía generalizada cuando le ligó dos tandas tapando la salida del animal, sin dejarlo pensar. Todavía Joselito Adame lo hizo con sentido pese a la póstuma mala estocada, pero a Curro le punteó cinco de siete muletazos. Seguía reponiendo y Curro cada vez más descubierto. Estocada trasera para escuchar unas leves palmas que correctamente no fueron a más. El primero fue una joya para quien la quisiese, peligroso y midiendo en todo momento al matador. Probó todas las alturas y en todas le protestó. Inoperante para faena de triunfo, quizás una lidia sobre los pies hubiera sido lo correcto.

Con el mismo vestido que el pasado año en la corrida de El Ventorrillo apareció Morenito de Aranda. En primer lugar se encontró con un burraco que había demostrado una condición excepcional en los primeros tercios, y que póstumamente se afligió viniéndose muy abajo. Antes de eso, se pudo ver el que hasta ahora ha sido el mejor toreo capotero de la feria. Mentón hundido, la pata adelante y la suavidad de echar los vuelos encontrando respuesta humillada. Hay que decir que la segunda vara cayó en mal sitio y a ello se le suma un quite muy asfixiado y sin alivio de Mora. Aún así no es excusa. Fue un toro desfondado, que realmente pidió otro inicio de faena. Éste fue en corto, genuflexo y queriendo sacarlo lidiado. Pudiendo, quizás, haber sido de largo obligándolo poco a poco. El quinto fue un remiendo de Valdefresno, siendo un animal carifosco y de pronunciado cuello, noble, de poquísima transmisión, muy mal picado por Francisco José Quinta y que no rompió en ningún momento. Morenito, falto de acople y temple, abrevió pronto.

 

  • Madrid. Plaza de toros de Las Ventas. 15ª de la Feria de San Isidro. Casi tres cuartos de entrada (17.042 espectadores) en tarde nublada y con algún rayo de sol. Se lidiaron cinco toros de El Ventorrillo y uno de Valdefresno (5°), de correcta presentación a excepción del 6°. Peligroso el 1°, afligido y a menos el 2°, noble y potable el 3°, encastado el 4°, sin transmisión el 5° e inválido e impresentable el 6°.
  • Curro Díaz (espuma de mar y oro): silencio y leves palmas.
  • Morenito de Aranda (rubí y oro): silencio en ambos.
  • David Mora (lila y oro): vuelta al ruedo con división de opiniones tras petición y silencio.
  • Andrés Revuelta y Pascual Mellinas se desmonteraron tras parear al segundo.

 

Sigueme en Twitter Sígueme en Twitter @dariojuarezc
Comparte y comenta esta noticia: