Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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Toledo existe
Corpus. Ponce, Juli y Castella, a hombros

Toledo existe

Rocío Torres

Dicen que en la guerra, todo lo que puede salir mal sale mal. En los toros no podemos decir lo mismo aunque ya saben lo que dicen de las corridas de expectación... En Toledo se llevaba hablando del cartelón de hoy ya durante unos días. La empresa TaurinoManchega, formada por los Lozano, Manuel Amador y Manuel Caballero, desembarcaron siquiera por un día en el coso toledano para dar toros en tarde tan especial para la ciudad y la Región. Se rozó el lleno. Es posible, pues, levantar esta plaza pero es evidente que sin buenos carteles a la gente se le pone la cosa más cuesta arriba. Sirva la exitosa tarde de hoy, en todos los sentidos, para que la Comunidad de Propietarios, las autoridades y la empresa en cuestión tomen buena nota. Hay futuro. Toledo, como Teruel, existe.

Salieron los tres toreros a hombros, con disparidad de méritos, con una corrida de las llamadas comerciales pero que embistió hasta la extenuación: nobleza, -no empalagosa-, repetición, emoción unas veces y más sosería otras… Movilidad siempre. Primero y tercero estuvieron por debajo del buen nivel de la corrida a la que, dicho sea de paso, apenas se le picó. Moderneces de esta época del toreo. Como también contemporáneo fue el trasteo de la terna, en general y salvo excepciones: poco cargar la suerte, mucho espacio, ceñirse cuando el toro ya ha pasado sus pitones… Quizás Castella, dentro de sus irregularidades, fue el que más verdad imprimió a sus trasteos.

Lo mejor fue, sin duda, el preciosismo de Enrique Ponce con la izquierda al cuarto de la tarde. Cambios de mano bellísimos, macicez, largura y suavidad, sin tirones. Elegancia sublime con un toro que tenía largo viaje, noble y que metía la cabeza de escándalo. Tuvo la cosa sabor a despedida por parte de Enrique, por la vuelta al ruedo despaciosa tras cortar las dos orejas. Llevaba en la mano una banderita de España, la llevaba su Majestad Ponce. La gente enardeció y otros, los menos, le pedían que se lo pasara más cerca. Vamos, nada nuevo. En su primero, un colorado cornicorto, todo fueron ventajas sin cargar. Faltó mucha verdad y compromiso. Solo temple. Tras un navajazo indecoroso saludó desde el tercio con algunos pitos. Estocada lamentable.

El Juli llevó embebido al segundo de la tarde en su muleta con el dominio de la situación al que sólo unos pocos pueden llegar. Pero no todo en el toreo es dominio. Buen tranco del toro, por cierto, no sobrado de fuerzas. Para calentar el ambiente acabó con varios circulares con olor a populacherismo después de una labor con los típicos parámetros del torero: buena estructura de faena, coco privilegiado pero -¡ay amigo!- sin colocarse dando el pecho. Cortó la oreja tras una estocada traserísima y desprendida, feísima, de gran efecto. Con el quinto, bien presentado, hizo lo mejor de capote de la tarde por verónicas en el recibo e intentó el quite por chicuelinas, espoleado por las orejas de Ponce. Al final sobraron pases y faltó calidad. Tras media trasera de efecto cortó una oreja.

Sebastián Castella tuvo una tarde irregular. Con su primero, un castaño albardado cómodo de cabeza, hubo demasiados tirones. Faltó suavidad con un animal que había derribado al picador con una de sus embestidas poco francas y sin ir metido en la suerte. La obra muletera se perdió entre la sosería tras un comienzo a pies juntos gallardo y solemne, seguido de una tanda de naturales de excelente nivel y verdad. Tras entera tendida cortó una oreja con petición minoritaria. Con su segundo, sexto de la tarde, un toro más recortón, estuvo menos espeso y más enfibrado. Tras recibir el animal un buen puyazo -por comportamiento de él y quehacer del picador- el toro se fue arreglando ganando en casta e interés, después de cambiarse el tercio de banderillas sólo con un rehilete enganchado en su anatomía. ¡Ay presidente! Buena colocación después del torero, seria actitud de Castella frente a buenas embestidas. Estocada entera y una oreja.

 

  • Plaza de toros de Toledo. Festividad del Corpus Christi. Con más de tres cuartos de entrada en tarde calurosa se lidiaron 4 toros de Domingo Hernández y 2 de Garcigrande (1º y 6º), de correcta o buena presentación dentro de la amabilidad de hechuras (1º y 2º demasiado cornicortos), cuajados (4º más anovillado aunque con más pitones) y, en general, embestidores, nobles y boyantes aunque no sobrados de fuerza. Apenas se picó la corrida a excepción del 6º. Los peores fueron 1º y 3º.
  • Enrique Ponce: saludos desde el tercio con leve división y dos orejas con petición de rabo.
  • Julián López “El Juli”: oreja con petición de la segunda y oreja.
  • Sebastián Castella: oreja y oreja.
  • Al término del paseíllo se desmonteraron los tres matadores y, a modo de minuto de silencio, se interpretó el Himno Nacional en deferencia al acto de proclamación de Felipe VI.
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