Era el momento de dictar sentencia. Diego Ventura sabía que los juicios de Valencia y Sevilla habían obviado la importancia que tiene tener en sus ferias al mejor caballero torero del momento. No obstante, su doble paso por Madrid haría aumentar aún más si cabe su estatus de figura del rejoneo, además de callar las voces de aquellos que pusieran en entredicho su compromiso con esas plazas a las que faltó, bien justificadamente, cuando el sistema empresarial está dejándote en la cuneta y acatando con el asentimiento los vetos de otros compañeros para no torear en muchas plazas, sobre todo de primera.

Veinte años cosidos a retazos de triunfo, de cuadras que hacen imposible delimitar los sueños, por esos toreros cuadrúpedos con crines que hacen de la tauromaquia de Ventura la alegoría de un sueño. Hace dos años, hacía el paseíllo en Soria saliendo triunfador junto a Andy Cartagena y Lea Vicens. Este año regresa de nuevo el próximo día 27 por la Feria de San Juan, en un cartel compuesto por Andy y Leonardo Hernández, con toros de Luis Terrón.

Diego sabe que su temporada va a estar regida a base de golpes de puño cerrado que hagan salir a la gente toreando de las plazas, ante las ausencias ya características en ferias como Pamplona o Bilbao. Soria será uno de tales bastiones que piensa conquistar de nuevo con una alineación equina de bandera. Caballos como Nazarí, Bronce, Fino, Lío o Remate, han sido el cénit de esa cuadra que viene de cortar un rabo en Las Ventas, siendo el reclamo para propios y extraños de esta maravilla ecuestre.

Soria ya lo conoce, sabe del buen hacer de Ventura con la afición y la manera de reventar una tarde por la vía de su maestra tauromaquia y la comunión con los tendidos. La rivalidad estará servida, ya que hay otros dos gallos que no se van a dejar nada ni en el camión, ni en el ruedo. Diego es consciente que sigue un camino por el cuál no merece la pena escudarse de nada ni de nadie, pese a dolerle ciertos tratos a su persona. Lo refrendará a golpe de triunfo y buen toreo para el deleite de la afición soriana, pues será una parada más en la carrera ascendente, vertiginosa pero muy madura de esta figura del rejoneo.