Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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Un inicio muy Gallardo
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Crónica Madrid. Novillada de temporada

Un inicio muy Gallardo

Darío Juárez

Gran novillada de Fuente Ymbro para alzar el telón de la temporada venteña. Una tarde muy conjuntada de bravura y emoción que ha hecho ver a la afición de Madrid el catálogo de cualidades que atesoraban los utreros pupilos de Ricardo Gallardo. Madrid se entretuvo, y ningún protagonista se fue de la plaza sin nada que destacar.

Tras su reciente triunfo en la feria de Fallas, llegaba Diego Carretero a Madrid. Necesitaba demostrar que lo acontecido en Valencia no se había quedado en un espejismo, sino que materializarlo en Madrid sería el culmen para dar cabida a su nombre en las grandes ferias. Con ese empeño y la paciencia con la que suele definirse su toreo, hizo conocer a Madrid la madurez técnica que atesora en contraposición a la manera que tiene de entender a los novillos y al saber  acoplarse con ellos. Cosa que le costó en el 3º y 4º -al no haber podido lidiar y dar muerte a su segundo cornúpeta el sevillano Pablo Aguado-, siendo dos novillos con muchas teclas que tocar y dichas o desdichas por sacar a la luz. Diego quiso afianzarse de lo buena que estaba saliendo la novillada y confundió el fondo con la clase, llegando a hacerle perder muchos pasos y descubriéndole en ciertos pasajes de ambas faenas. Con la tizona tampoco estuvo acertado en sus dos primeros contendientes.

En cualquier caso, lo pudo solventar con el sexto y último. Casualmente el novillo con menos peso de la tarde. Bravo y codicioso, se quedó debajo del peto en la primera vara, en la que empujó con mucha soltura y brío. Ya en la muleta, el de Fuente Ymbro dejó muchos detalles de lo que guardaba y que hasta el momento no había sacado. Pero llegó, aparentemente engañoso de embestida, entró al cite de la franela de Carretero con la cara a media altura por no haberle bajado la mano todavía. No paraba de embestir. Era un novillo celoso del trasto rojo, que no quería otra cosa y que se había encaprichado con él. Bien correspondido fue el sometimiento de su lidiador, el cuál, con media muleta ya arrastras supo hacer de Pintura una pintura de ligazón y condición.

La oreja la tenía en la mano pero todavía cabría algo; rematar una faena de menos a más con muletazos por bajo dejando colocado al toro para la suerte suprema, en la que sus malas maneras para con el acero en sus dos oponentes anteriores, harían ser agua de borraja enterrando el acero caído y recibiendo la petición unánime de oreja por parte del público que copaba los tendidos de la monumental venteña. Como así se la concedió el presidente.

Leo Valadez llegaba a su presentación en esta plaza, con un rodaje excelso en el escalafón novilleril. Así lo demostró con el 2º de la tarde. Un gran novillo de Ricardo Gallardo de excelente presentación que hizo las delicias del diestro hidrocálido. Tras una primera vara con la cara por las nubes, la siguiente sería de postín. De largo, a galope alegre y dejando claras muestras de su bravura y su condición. Su varilarguero Manuel José Bernal, supo afianzarse de la transmisión de Adulador propinando en su haber, un puyazo en el sitio y sin ningún ánimo de querer hacerle nada en su contra. Tras un susto que hacía colarse al novillo en el primer embroque por el lado derecho, Leo supo ver que el bueno, esta vez, sería el pitón izquierdo. Por aquel por el que dibujaría a su vera, dos tandas con la zurda de hondura, cadencia y mano muy baja. El novillo con mucho fondo y repitiendo. Queriendo ir a más y sin el más mínimo amago de aburrirse. La pena fue la espada, la culpable de emborronar una firme actuación en la que de no ser así, hubiera inaugurado el palmarés de trofeos de esta temporada que acaba de empezar, en la plaza más importante del mundo.

El 5º, de tal palo tal astilla. Un novillo muy encastado y con un fondo de bravura muy amplio. Muy comprometido debajo del caballo al cuál derribó tras el primer encontronazo queriendo hacer girar a la grupa. Por el contrario, el segundo fue certero y efímero.  Ya en el último tercio quiso resarcirse de la mala suerte suprema que tuvo en el 2º y ganarse a Madrid. En principio, esa premisa se daría. Tras el gran sabor de boca del quite por zapopinas que selló en su nombre, inició la faena de rodillas en el tercio, dejando tres derechazos y un desdén. Estaba muy «en novillero». Sabía que el poder hacer algo importante en la tarde de hoy, le marcaría muchas pautas en su carrera de aquí a que se doctore como matador. Tandas ligadas con la mano derecha y una profundidad del novillo categórica. Al cambiar de mano, Impositor le impuso que por ahí no le gustaba, protestando así los naturales que derrotaba con los pitones. Todo en los medios menos un pero al final, un mínimo intento de rajarse y terminar la faena en las tablas de entre 7 y el 8. Allí concluyó con bernadinas muy ajustadas y otra mal ejecutada suerte suprema: por dos veces pinchando y una estocada atravesada.

Abría el cartel Pablo Aguado. Anunciado la temporada pasada en esta plaza hasta en dos ocasiones. Su suerte hoy no iría in crescendo sino todo lo contrario. Tras una faena alternada por ambos pitones a un novillo que quería y pedía, Eolo y Pablo empezaron a discutir. El hándicap de tardo cayó sobre el novillo y al cambiar la ayuda por el acero quiso colocarle a suerte. En ese momento, el viento le descubriría a él y a su engaño infiriéndole una herida inciso contusa en región parietal de 15 centímetros. Laminado, que había abierto este ciclo anual, se ensañaría con el sevillano utilizando el testuz. Dejando al torero tendido sobre la arena de Madrid con un traumatismo craneoencefálico y la consiguiente pérdida de la consciencia.

 

  • Madrid. Plaza de toros de Las Ventas. Novillada de temporada. Con 8.295 espectadores en los tendidos (algo más de un tercio), se lidiaron seis novillos de Fuente Ymbro, muy bien presentados. Con fondo y tardo el 1º; entregado el 2º; desclasados y con fuerza 3º y 4º; galopón y con fijeza el 5º; y liviano y con mucho de celo el 6º. Fueron ovacionados en el arrastre 1º, 2º y 6º.
  • Pablo Aguado (rubí y oro): no pudo matar ninguno, pasó a la enfermería.
  • Leo Valadez (azul pavo y oro): ovación con saludos, ovación con saludos tras aviso y silencio tras aviso.
  • Diego Carretero (grana y oro) silencio tras aviso, ovación con saludos y oreja.
  • Se guardó un minuto de silencio en recuerdo de Manolo Cortés.

Parte médico de Pablo Aguado: Traumatismo craneoncefálico con pérdida de consciencia y herida inciso contusa en región parietal izquierda de 15 centímetros. Erosiones en cara y boca. Intervenido en enfermería, se traslada al centro hospitalario San Francisco de Asís a cargo de la Fraternidad. Pronóstico grave que le impide continuar la lidia.

 

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