Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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Un paseo hacia ningún lugar
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Un paseo hacia ningún lugar
Un paseo hacia ningún lugar
Un paseo hacia ningún lugar
Crónica Madrid. 20ª Feria de San Isidro

Un paseo hacia ningún lugar

Darío Juárez

Resulta lógico y entendible escuchar a novilleros que están a las puertas de Madrid decir que es un privilegio hacer el paseíllo en la primera plaza del mundo. Es algo normal. Lo que asombra es darse cuenta de la realidad cuando ves a estos chavales que llegan con ese hambre de querer, que llegan lo suficientemente placeados para afrontar un compromiso de tanta importancia y que de la noche al día hacen inverosímil ver en ellos una actitud de toreros como la de aquellos que ya han tocado un olimpo. Raza. Faltó mucha raza a una terna y a una novillada que además de ese vacío de casta, se excedió de nobleza y sosería. Un encierro de muy irregular presentación que aburrió en una tarde sin notas de triunfo destacables y con un cartel compuesto por la falta de entendimiento y sitio de Leo Valadez, el coraje tardío de Diego Carretero y la estética del valor de Andy Younes. Lo más detallado se vería en los turnos de quites con un elenco amplio por parte de los tres protagonistas.

Segundo paseíllo de la temporada venteña para el mexicano Leo Valadez. Una tarde en la que el hidrocálido dejó patente que tener repertorio no disimula la falta de conocimientos para coger el aire y el sitio a los novillos. Dos faenas distintas a un lote muy desigual, pero con un denominador común que fue la falta de entendimiento. A Valadez se le vio muy fresco con el de brega y su manejo, sin embargo, en la ejecución de las faenas, dejó mucho que desear en lo que a sitios y desarrollo de las actuaciones se refiere. El que abrió el festejo fue el animal mejor hecho de todo el sexteto. Un muy noble novillo que derrochaba humillación, que se dejó por todos lados y del que no supo sacar ninguna tanda con transmisión. Con disposición recibió de rodillas a este Venturoso, que se venía de largo y con inteligencia lo supo dejar en la muleta. Aprovechando esa prontitud tan característica, Leo quiso dejársela puesta y ligar los muletazos con muñecazos para fuera, que hicieron salir al novillo de la suerte. Por ese desglose de tan poca naturalidad y sometimiento, Madrid no se caló ni de faena ni de torero. Al novillo le faltó ese fondo que no tuvo y no encontró. El segundo de su lote fue un eral comparable a uno de los que se lidian en el certamen Camino hacia Las Ventas. Seco y escurrido, pero con un fondo que escondía matices de temperamento, los cuáles el novillero no logró templar. Muchos enganchones en cuatro tandas que no hablaron de buen toreo sino de una retahíla de pases muy feos y sin consonancia.

Otro de los que ya habían pisado el ruedo de la calle Alcalá esta temporada es Diego Carretero. El de Hellín, tras una tarde de aseo con el gran encierro de Fuente Ymbro para inaugurar la temporada, regresaba a esta plaza para confirmar las sensaciones volcadas aquel día. Hubo dos partes en su actuación. Con el tercero se vio a un novillero muy correcto y eso que el oponente fue un bizco al que le faltó sal y pimienta de salida hasta el arrastre. Quiso intercalar las series por ambas manos pero no dijo absolutamente nada. El último de su lote fue con el que puso ese empeño final que le faltó el resto de la tarde. Un melocotón con el que no hubo reproches para la colocación y el entendimiento, pero sí para embestir uno mismo si no lo hace el de los rizos. Muy constante en querer estar bien pero a su vez muy acelerado. Faena tirando del novillo para adornar un final por bernadinas con percance incluido, prendiéndolo y con un ensañamiento fiero en el suelo sin llegar a tener un final aparatoso o de cornada. El pundonor de volver a la cara del toro y una estocada en buen sitio tras un primer intento, fue el condicionante para saludar una ovación que tuvo división de opiniones.

Cerró el cartel el francés Andy Younes. Tampoco fue el agraciado del sorteo, ya que lo caído en suerte fue una birria de presentación y una cascada de resoplidos de desencanto en comportamiento. Rompió el paseíllo con unas maneras muy singulares andando en torero con mucho empaque. Salvo el inicio de faena al sexto, con el que quiso iniciar con gusto, el resto de su actuación no pudo reseñar algo con más luz. Antes, con el tercero, que fue muy protestón y sin ningún agrado, intengó ligar las primeras tandas pero Rápido cabeceaba y no daba opción a que los pasajes fueran limpios. Por ende, la transmisión sería nula y sin un hilo de ayudar con esas embestidas tan desclasadas.

 

  • Madrid. Plaza de toros de Las Ventas. 20ª de la Feria de San Isidro. Tres cuartos de entrada (18.051 espectadores) en tarde bochornosa y nublada. Se lidiaron seis novillos de Montealto, de irregular y mala presentación. Noble el 1º, soso el 2º, protestón el 3º, con fondo y transmisión el 4º, complicado el 5º y muy desclasado el 6º.
  • Leo Valadez (sangre de toro y oro): silencio y silencio tras aviso.
  • Diego Carretero (grana y oro): silencio y ovación con saludos con división de opiniones.
  • Andy Younes (lila y oro): silencio en ambos.
  • Morenito de Arles se desmonteró tras parear al 3º de la tarde.

 

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