Emocionantísimo y precioso cuarto encierro de las fiestas de Santa Ana de Tudela en el que los toros de Ángel Macua comparecían por segunda vez en lo que va de semana. Cinco toros se han adelantado desde el comienzo, imprimiendo mucho ritmo y emoción a la carrera. Al llegar a la Curva de Caritat con Almajares, varios toros han chocado con el vallado ciego, quedando un colorado en el suelo, al cual le ha costado un poco reincorporarse, para hacerlo después en el sentido contrario a la marcha, pero, afortunadamente, ha retomado la dirección correcta en cuestión de segundos. A partir de ahí el encierro ha sido muy bonito y vistoso. Un colorado ha metido la directa y los riñones y se ha escapado en solitario por delante, preciosas carreras de los mozos con este toro. Por detrás, a unos metros, venía otro colorado, misma película, carreras muy bonitas y meritorias, a placer. A continuación, con distancia, venían dos toros negros también bastante sueltos, emocionante, a unos metros el quinto, el colorado que se ha caído en la curva, y para finalizar, bastantes metros por detrás, un toro negro acompañado por los bueyes. Precioso.
Con toda esta ensalada de toros disgregados y sueltos por el recorrido, el encierro ha tenido mucha belleza y emoción, tanto para el espectador como para el corredor. Muy mal se le ha tenido que dar al corredor que hoy no haya podido disfrutar delante de las astas de los morlacos, aunque sea unos metros, ha habido muchas y variadas opciones para correrlos.
Para finalizar en la entrada al ruedo se han producido varias caídas de mozos, afortunadamente sin consecuencias.
Curiosidades de la mañana:
El miércoles comentaba en la crónica de la primera comparecencia de Macua que había habido un extraterrestre en la calle, pues bien, hoy ha vuelto a pasar, lo ha vuelto a hacer. Curiosamente se ha producido una situación casi calcada a la de ese día. Aitor ha vuelto a comenzar a correr en Caritat, ha corrido perfectamente con el primer toro unos metros, otro mozo le ha pisado y ¡oh!, ¡de nuevo sin zapatilla! Otra vez descalzo se ha hecho la Avenida Zaragoza entera delante de los toros cuarto y quinto, marcándose un carrerón estratosférico. Van cuatro veces que termina con un pie desnudo, está inventando un nuevo estilo de correr: “periódico y zapatilla”. Porque, el que tiene clase y arte, las tiene hasta descalzo, y muy grave tiene que ser la situación para que él pierda el periódico con el que culturiza e informa a los toros. Seguiremos observando las zapatillas díscolas y su buen hacer con o sin zapatillas en los pies.
Anecdótico también ha sido el comportamiento de uno de los cabestros, que al llegar a la bajada del callejón se ha parado en seco, se ha puesto a observar a la gente del vallado y no quería entrar en la plaza. Cuando ha pasado otro manso, junto a un pastor, ha decidido continuar la marcha como si no hubiese pasado nada. Andaba curioso y tranquilo este buey hoy.
Mañana más, mañana llegan los toros veragüeños de Lagunajanda que en 2018 ganó el premio a la mejor ganadería de los encierros de Cuéllar y que, personalmente, tengo la sensación de que nos dejarán un gran encierro.
Suerte.
