No es un corredor conocido, ni mediático, muchos ni le conoceréis, no busca fama, ni reconocimiento, no es un veterano, no es de los que presumen o se dejan ver porque sí, no. Aitor, es una de las promesas navarras del encierro, es casta Navarra pura, es cabeza y corazón, es esencia y valores, es presente y es futuro. Es también elegancia, y es simpatía; es humildad, y es verdad. Es humor, y es respeto; es familia y es amistad. Es valor, coraje y decisión. De ideas muy claras, es un corredor polifacético, que con su camisa blanca bien planchada nos deleita cada día en un tramo del recorrido, en todos consigue brillar, en todos le mira a los ojos a las bestias por el centro de la calle, en cada zancada que da puede decirle al toro “contigo sueño todos los días”. Mamó la afición en casa, también la esencia y la pureza. Le llena más honrar a los suyos en Santo Domingo que hacer el carrerón del día en Estafeta. Navarro, Sanferminero y de Larraga.
PREGUNTA ¿Qué tal ha ido el encierro de hoy?
RESPUESTA Me lo esperaba más diferente, pero hemos podido disfrutar aquí en la calle infinita de Pamplona, en la calle Estafeta: y bien, hemos podido ver algo de toro medianamente cerca y hemos podido disfrutar del penúltimo día de los encierros de San Fermín.
P ¿Cuándo comenzaste a correr?
R 2016, 2017, pero bueno, más que correr encierros nos metíamos un amigo y yo a las vacas en los pueblos.
P ¿Y en 2016 - 2017 cuántos años tenías?
R 16 y 17 años. Iba con mi amigo y mis padres nos llevaban a un pueblo, sus padres a otro.
P ¿De dónde te viene la afición?
R La afición me viene de familia porque mi padre, mi tío que es su hermano, mi abuelo por parte de padre y por parte de madre siempre han sido corredores, a parte de Pamplona se han ido moviendo por toda Navarra.
P ¿En qué tramo corres y por qué?
R Empecé en la calle de Santo Domingo porque era tradición familiar y yo quería formar parte de eso. Ahora en la actualidad no me aferro a un tramo, me gusta ir cambiando para ver lo que se vive en cada tramo, ya que cada tramo es un mundo muy diferente al otro y creo que es muy bonito hacerlo.
P ¿En cuántos tramos has corrido este año?
R Al principio de Estafeta, a mitad, en Telefónica y Callejón, y en Santo Domingo.
P Es muy difícil coger toro este año con los bueyes por delante en todos los encierros prácticamente, sin embargo, tú has cambiado casi a diario de tramo, has cogido toro todos los días, ¿cómo lo has hecho?
R No sabría decirte, al final también hay un factor que es la suerte, no te lo sé explicar.
P Al saber le llaman suerte…
R No lo sé, eso ya no lo sé.
P ¿Qué es el toro para ti?
R En la actualidad el toro es mi día a día, ahora mismo no entendería una vida sin toro. Lo es todo, como dicen muchos, es vivir por y para el toro.
P ¿Qué significa el encierro de Pamplona para ti?
R Es encontrarte con tus miedos, con tus mayores emociones, es un cúmulo de sentimientos muy grandes y más siendo el encierro de Pamplona, en otros encierros son otros sentimientos; al ser tu ciudad es como formar parte de una tradición que lleva muchísimos años y para mí es un orgullo tener esta afición y que me la hayan inculcado mi familia.
P ¿Con qué otro encierro que no sea Pamplona te quedarías?
R En primer lugar con el encierro de mi pueblo, Larraga, eso por supuesto, Pamplona y Larraga siempre van de la mano. Y, el año pasado probé a correr el Pilón de Falces, me ha enamorado locamente y ha superado con creces a muchísimos otros encierros donde corren toros. Pero bueno, si me tengo que quedar con uno, me quedo con Tafalla sin ninguna duda.
P Desde que te conocí me llama muchísimo la atención lo arraigados que tenéis los valores y la esencia del encierro en Pamplona ¿Cómo me definirías esa esencia y esos valores?
R Lo principal es el respeto. Entre nosotros los compañeros, que aunque seamos completamente desconocidos estamos unidos por lo mismo, da igual lo que pensemos, lo que seamos o de donde vengamos, que nos une lo más grande que tenemos ahora mismo que es el toro bravo y por eso estamos aquí todos los días jugándonos la vida por cumplir un sueño que tenemos todo el año, todas las noches que estás en vela, que te cuesta dormir… Y, por supuesto, respeto el toro: no tocarlo, no agarrarse, que en algunos momentos puede que lo toques para no caerte o para medir distancias, pero hay que respetarlo siempre.
P Has descartado el colorín y usas el blanco y rojo con elegancia, pantalón y camisa blanca, ¿cómo les explicarías al resto de la humanidad la importancia de esto?
R Es como cuando vas a otros lugares, por ejemplo, tú te vas a Ciudad Rodrigo, que fuimos con los amigos, y la gente se disfraza, y tú no eres uno menos, tú no vas a romper la esencia que tiene Ciudad Rodrigo de disfrazarse todos. Entonces creo que en Pamplona es lo mismo, la esencia es venir de blanco y rojo. Me duele mucho y me entristece ver a la gente de colorines, de rayas… por otra parte lo respeto porque es su forma de llevar a su pueblo, de llevar a su equipo, o su amuleto de suerte; pero a mí no me atrae mucho.
P ¿Cómo te preparáis física y mentalmente durante todo el año para los encierros? ¿Cómo gestionas el miedo?
R Sinceramente, el miedo es algo que lo llevo muy muy bien, porque soy muy tranquilo y en las situaciones en las que se te apodera el miedo y el caos en la cabeza, cuando cuesta pensar más, le meto un poco de humor y así me despejo, cambio un poco de mentalidad y así me olvido poco a poco del miedo que es lo más normal. No digo que no tenga porque paso auténtico terror cuando estoy tan Santo Domingo que llego 45 minutos antes, lo paso verdaderamente mal, pero también es muy bonito saber vencer ese miedo, me parece precioso.
P Y ¿físicamente?
R Practico rugby en un equipo aquí en Pamplona, en el Iruña Rugby Club y voy al gimnasio con unos amigos.
P ¿Tenéis rituales personales o supersticiones para antes de cada encierro?
R La verdad es que no, no tengo rituales cuando llego aquí al encierro que mucha gente pues toca la pared, se santigua, etc. Mi ritual únicamente es sólo para San Fermín y es cuando estoy cambiándome en casa, se levantan mis padres, salen al salón, charlamos un rato y seguidamente mi madre me anuda la faja; es algo que sé a verlo, pero prefiero que me lo haga mi madre porque me parece muy precioso ver a mi madre feliz vistiéndome. Después le doy un beso y me voy a correr.
P ¿Tienes ganadería favorita?
R Tenía una ganadería favorita y no ha venido este año. Era Núñez del Cuvillo, y fue la primera ganadería hace años que me arrasó por encima, que me pasó entrando por el callejón, fue la me creó un pálpito porque no tenía sentimiento por ninguna y esa fue la que me metió la puntilla y dije “tengo ganas de volver a verles el año que viene y quitarme ese gusanillo”. Pero, no me quedo con ninguna de las que vienen a Pamplona.
P ¿Y de las que no vienen?
R Soy muy kilómetro cero y tengo ganas de que llegue agosto para correr los toros de Miguel Reta en Tafalla.
P ¿Tienes referentes en el encierro?
R Claro, como todo el mundo, todos hemos sido niños y hemos puesto la televisión a las siete y media de la mañana para ver a todos nuestros mayores como corrían mañana tras mañana, respetando, sin empujarse y dándole sitio al toro. Así que sí, tengo muchos referentes, pero los principales siempre van a ser mi padre, mi tío y mis abuelos.
P ¿Cuál es tu primer recuerdo del encierro?
R Estar de empalmada con un amigo mío queriendo entrar gratis a la plaza de toros de Pamplona y sin querer darte la vuelta e inconscientemente ver los bueyes, ni los toros. Vimos los bueyes y nos picamos un poco, entonces dijimos “¿y si mañana ya entramos un pelín más tarde a ver qué pasa?” Poco a poco fuimos así.
P ¿Existe la carrera perfecta?
R Sí, yo creo que sí. Pero, ¿qué es la perfección en el encierro si es una cosa que sólo hay caos, burullos, empujones, caídas, sustos..? Para mí la carrera perfecta es entrar en el hueco, saber darle distancia al toro, respetar a los compañeros y salir del toro sin molestar a nadie para que puedan aprovechar ese toro en la carrera.
P ¿Qué carrera sueñas con realizar en Pamplona?
R Me encantaría envolverme lleno de toros en la calle Estafeta, en medio de la manada, me parecería precioso.
P ¿Cómo le explicarías al lector la sensación de tener un toro respirándote en los riñones?
R Es soñar despierto. Es mirar atrás y ver a ese toro que tantas noches te ha quitado el sueño y decir “joer, lo estoy cumpliendo”. Se pasan tantas cosas por la cabeza que es algo que no se puede explicar.
P ¿Qué es la amistad en el encierro?
R Para mí es lo principal, es lo que me lleva cada día. Para mí el encierro es muy importante, pero es más importante ir todos a almorzar juntos, porque sin los amigos que tengo ahora tengo claro que a muchos sitios dejaría de ir. Al final son con los que voy día a día, con los que creo las anécdotas, porque al final el encierro es muy importante, pero para mí son más importantes los amigos.
P ¿Cómo le explicamos al lector el buen correr de la cantera navarra?
R Se está viendo un cambio generacional impresionante, sobretodo los de aquí de casa, porque están aprendiendo y han amamantado eso: un encierro bonito, limpio, con carreras preciosas y respetando sobretodo al toro y a los compañeros. Eso es lo más importante que hay.
P Además de ser buenos corredores, me consta y sé de primera mano que sois buenos aficionados taurinos, ¿Cómo estáis viendo esta Feria del Toro?
R Los toros en presentación pues bueno, hay un poco de todo, un popurrí. Y de toreros me ha gustado Pablo Aguado, me gusta mucho. Pero, sobretodo me emocionó mucho la despedida de Pablo Hermoso de Mendoza ya que en nuestra familia tenemos mucha afición a los caballos.
P ¿Qué le dirías a cualquier joven como vosotros que esté pensando en iniciarse y correr su primer encierro?
R Lo primero es tomárselo con tranquilidad, ya que la gente ahora mismo quiere ir de cero a cien en un día y eso no funciona así. Tienes que ir adaptándote poco a poco, ver cómo funcionan las cosas, leer, preguntar a gente. Lo primero es no agobiarse, porque un año te puede ir muy bien, pero al siguiente puede ser un caos y eso mentalmente…, que lo sé de primera mano de compañeros que lo están pasando muy mal; en esos momentos hay que tirar para arriba, con ánimo, amigos y mentalidad fría pensando ya en el año que viene.
P No es bueno obsesionarse.
R Jamás.
P ¿Crees que eso les puede estar perjudicando?
R Sí, al final te creas algo en la cabeza de “joder, el año pasado cogí muchas veces toro” y este año vas con esa expectativa, es normal, pero a veces las cosas no salen como uno quiere.
P En otros encierros se salen y lo bordan, ¿puede que les esté pesando la presión de su amor por el encierro de Pamplona?
R Por supuesto. Pamplona es algo especial en el mundo del toro, algo inigualable, no existe en ninguna parte de España ni del mundo.
P ¿Se corre con el corazón, con las piernas o con la cabeza?
R Yo corro con el corazón, porque al final es lo que te hace palpitar delante del toro. Si el corazón te dice que sigas y piernas te dicen que no, al final el corazón tira más fuerte y sigues hacia delante con todo.
P ¿En el corazón está el valor?
R Sí, ahí está, donde la bomba de relojería cuando suena el cohete te inunda de adrenalina y ya es una acumulación de sentimientos.
P ¿Qué es San Fermín para ti?
R Para mí San Fermín lo es todo, cuando me levanto a la mañana para ir a trabajar es en lo que pienso, cuando me voy a acostar que estoy hablando con mis amigos es de lo que hablo, es en lo que estoy dándole vueltas todas las horas del día. Es el sentimiento hacia San Fermín, no sólo hacia el encierro, sino también hacia la corrida, hacia los gigantes, hacia toda la música que crean folclórica, hacia la fiesta.
P Tú no descartas la fiesta a pesar de correr el encierro, ¿no?
R No, no, creo que es algo que si lo sabes llevar bien, sobre todo mentalmente, se puede compaginar perfectamente. Igual ahora puedo y dentro de diez años no puedo, por eso prefiero hacerlo ahora porque igual en diez años no me lo puedo permitir.
P Ese sentimiento de levantarte por la mañana y pensar siempre en San Fermín, ¿son los 365 días del año?
R Por completo, todos los días del año, en cualquier momento del día me meto en la galería, o en Instagram, o en YouTube, para ver algo de San Fermín para que me agite un poco el corazón y me ponga la piel de gallina.