Javier Fernández-Caballero
- Desgraciadamente, poco conocemos el toreo de Fernando Tendero en grandes plazas .El pasado año en Ciudad Real ya apuntaste como torero con garra, con genio… y con arte. De novillero ya se lo demostraste a la Señora Maestranza… pero siempre el ganado, ¿cómo sientes el toreo?
- Depende de lo que salga, pero siempre intento hacer un toreo puro y con verdad, de compás abierto. Es lo que siento. Y aunque muchas veces cuando estamos empezando tenemos que ceñirnos a las circunstancias y a cómo salgan los toros, me gusta el toreo clásico y puro, que es lo que siempre he intentado hacer.
- ¿Con qué se rompe y se descubre más en la plaza el Fernando Tendero del toreo bueno?
- Siempre he sido más de muleta. El capote es una suerte que estoy intentando entrenarla y mejorara mucho. Siempre he tenido más actitudes con la muleta y es con lo que realmente me rompo.
- Quizá correteando de niño por las callejuelas de su pueblo, Fernando soñaba con una alternativa de lujo, en una plaza de primera, con unos figuras en el cartel y dos toros que empujaran… y fíjate por donde que la vida le respondió con un padrino y un testigo que se lo jugaban todo a esa tarde y dos toros, pero toros, toros… ¿qué pensaste en aquel momento?
- Mi ilusión fue tomarla en Ciudad Real y no salieron las cosas, no cabía la posibilidad. Surgió lo de Cenicientos, que es una plaza con nombre en Madrid, que la afición la conoce y la respeta porque sale el toro-toro y el aficionado del 7 no se pierde ninguna de la Feria. Aunque no fue la tarde soñada con dos figuras del toreo y en una plaza importante, sí que estoy satisfecho y orgulloso de lo que hice aquel día.
- Si te hubieran dado la oportunidad, seguro que la hubieras cambiado por una de Santiago Domecq con Morante y Juli en el cartel… ¿te suena?
- Yo me lo tomé como una segunda alternativa porque venía a mi tierra. Fue un cartelazo con dos figurones del toreo, con una ganadería de primera y con la plaza llena en la Feria. No cabía otra opción que jugarme la vida.
- Para un torero que se alimenta de torear, que es su droga, su sustento y su profesión, a pesar de la alternativa del campo ¿te sientes frustrado al no hacerlo?
- Un poco, porque es difícil. Cuando uno se prepara mucho y lleva toda la vida toreando hacen falta los contratos, y si no te puedes alimentar toreando en la plaza tienes que hacerlo entrenando, toreando de salón. Aún así no dejo de soñar que cualquier día llegue mi oportunidad y pueda cambiar todo esto.
- No es duro, es durísimo, pero ¿te has planteado alguna vez que esto es un negocio injusto en el que unos pocos gozan de la bondad de muchos?
- Bien repartido no está el toreo. Es difícil y los que menos toreamos y estamos en la parte baja lo vemos muy complicado para llegar arriba. Los que están arriba han tenido ciertas comodidades y es muy difícil sacarlos de ahí, pero al final sale el toro y, aunque el sistema sea injusto, la verdad, tiene su recompensa y llegas donde tienes que llegar.
- ¿Perdió en alguna ocasión la ilusión Fernando Tendero?
Hay veces que te cuesta más entrenar porque ves que estás día a día y no toreas, o que tienes una recompensa que no llega nunca. Es lo que me pasó el pasado año en Ciudad Real. No me explicaba cómo siendo el triunfador, en la Feria más importante de la tierra hubo sustituciones y nadie cogiera el teléfono para pensar en mí. Es frustrante cómo está el sistema y que no te dejen entrar en ese tipo de carteles. Pero este año me toca hablar en la plaza.
- Lo bueno del toreo es que, aunque tarde, la verdad intenta salir… o al menos asoma la cabecita.
- En la mayoría de los casos es cierto y lo importante es adelantarse para que cuando salga el toro te vuelvan a ver de nuevo con las ganas de siempre, y al final debe haber justicia.
- Puedes cambiar la moneda en Ciudad Real y demostrar que aquí hay semilla germinada y florecida hace ya un ratito, ¿no?
- Afronto la tarde de Ciudad Real con ilusión y nunca sabes dónde te puede cambiar la carrera. Incluso en un tentadero o un sitio que no esperas siempre puede haber una persona que te vea y apueste por ti. Nunca se sabe. Este año no sé lo que pasará, pero me toca volver a dar esa dimensión y estar a la altura de la pasada temporada.
- Realmente no he visto vibrar, ni con José Tomás, de esa manera al coso de la Calle Pedrera como después de aquella portagayola y esa tanda de verónicas templadas, con ritmo y con arte… y si no, mira el vídeo.
- Fue muy bonita porque era mi carta de presentación. La tarde iba cuesta abajo y la corrida no estaba ayudando. Era consciente de que lo que fuese sería por mi parte, porque nadie me iba a ayudar. Decidí irme a portagayola en mi primer toro, que es un riesgo añadido… ¡y me salió bien! El toro se quedó y puse la plaza en pie. Guardo un bonito recuerdo.
- Y los compañeros de este año no tienen ni mucho menos desperdicio: un Luque que no para y un Cid que acaba de arrasar en El Puerto y Vitoria.
- Los dos vienen triunfando en todos sus compromisos. Luque cuajó un gran toro de Alcurrucén en Bayona y Cid viene dando en todas las Ferias. Aprietan, pero apretará más Fernando Tendero. Los dos compañeros que tengo son dos toreros que están en buen momento y eso es bonito, que cuando entras en esos carteles es porque hay algo más.
- ¿Y después de ésta?
- Después de Ciudad Real está Ciudad Real. Espero que haya un triunfo fuerte porque todavía queda temporada. Si hay un toque de atención en actitud puedo coger alguna otra corrida que me sirva para completar el año.
- Por lo tanto, ¿puede ir el Señor Martínez Uranga apuntando el nombre?
- Para el año que viene me gustaría confirmar en la primera plaza del mundo, porque me veo preparado y tiene que pasar algo en Madrid para torear en otras plazas.
- Una última pregunta con embrujo, con sabor, con genio… ¿Qué te dijo Morante cuando compartisteis cartel?
- Nada. Es el idioma del toreo. (Risas).