Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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«Este año me he encontrado en el ostracismo»

«Este año me he encontrado en el ostracismo»

Dicen que el que tuvo, retuvo y en el caso de Miguel Abellán (Madrid, 1978) el refranero castellano se hace más rotundo si cabe. Alejado del papel couché desde hace meses, el madrileño se maneja con la palabra con el mismo desparpajo que se expresa en los ruedos. Sincero y directo, esboza una sonrisa cuando los recuerdos planean en su mente. Esta temporada ha gozado del reconocimiento de su plaza de Las Ventas, donde se ha forjado como y ha sufrido los momentos más duros de una profesión de la que ya atesora 18 años de alternativa. Aunque esta temporada vistiera el chispeante en tan solo ocho ocasiones, su carisma se eleva, y el cartel que desprende el de Usera donde hace el paseíllo es notable. El atrevimiento desmedido, el valor innato y la torería son cualidades de un torero que a juzgar por sus palabras continúa siendo el mismo joven veterano que cuando comenzó en 1998. Es fiel seguidor del Atleti, aunque su traje fetiche lleva el blanco como perfecto aliado. Un vestido que le mantiene aún hoy con el crédito y el respeto de los aficionados, y es que la evolución constante de su toreo sigue dando argumentos para volver. Torero de Madrid por su carácter ganador. Genio y figura, dentro y fuera de los ruedos.
Alberto Bautista

- Muchos nos preguntamos por qué este año Miguel Abellán ha toreado tan poco…

- Porque al final en la profesión no solamente cuenta lo que se hace en los ruedos. En ocasiones, hay una serie de acontecimientos taurinos que están detrás de todo...

- ¿Qué tipo de acontecimientos?

- Son acontecimientos que el gran público no debería conocer.

- En 2014, tras dos años sin pisar los ruedos, firma una de sus mejores temporadas como matador de toros. Dos años después, ¿qué hay de todo aquello?

- Para mí sigue siendo importante lo que hice hace dos temporadas. También el año pasado fue importante, hasta el punto de que me encuentro en un momento clave de mi carrera. Este año ha sido menos intenso, pero el torero que llevo dentro sigue estando ahí.

- Ha vestido el chispeante en ocho ocasiones, y la mayoría en plazas de responsabilidad. Madrid en tres ocasiones, Sevilla y Talavera de la Reina –aunque en una portátil–, ¿ha primado la calidad del escenario en esta temporada, más que la cantidad?

- En absoluto, porque me hubiera gustado torear muchísimo más en plazas que creo que he hecho méritos suficientes en otras temporadas para volver. Por lo que muy a mi pesar, me he visto abocado a una situación injusta, pero el trabajo diario unido a mi profesionalidad e ilusión, han hecho que continúe con ilusión.

- La primera tarde en Madrid fue en la goyesca y las otras dos en San Isidro. Abrió feria con la corrida de Puerto de San Lorenzo y la cerró con la de Victorino Martín, ¿que balance hace de sus tres tardes?

- Un balance muy importante y positivo, ya que en las tres tardes tuve ocasión de tocar pelo. En la corrida goyesca, en mi segundo, un toro de Joselito, estuve a punto de cortar una oreja. Después, en la primera tarde de San isidro me faltó muy poco en el cuarto. Y en la de Victorino, con el quinto, pude poner de acuerdo a Madrid, y es que lo que pudo pasar por un triunfo al final quedó en una gran actuación, aunque creo que quizá lo que me ha faltado ha sido suerte en los sorteos.

- El hecho de que se anunciara con la corrida de Victorino Martín, ¿fue un paso hacia delante?

- Para mí era una motivación personal. Este año pensé que después de los seis toros de Madrid y de haber cortado orejas en otras tardes, era un momento importante para hacerlo.

- Las Ventas, como siempre ha dicho, ha sido su plaza. Dos puertas grandes, tardes épicas como la de hace dos años en San Isidro, su encerrona con la del Puerto… ¿Madrid le ha dado más en su carrera que le ha quitado?

- Quitarme no me ha quitado nada. En ocasiones, he sufrido la intransigencia de un público muy exigente, pero Madrid me ha hecho sumar, y aunque he sufrido, por el cariño de la gente estoy agradecido. Madrid ha sido trampolín en mi carrera cuando más lo he necesitado. De una u otra manera, al público hay que convencerle año tras año. En mi carrera ha primado siempre el respeto a mi profesión, y me he dado cuenta de que soy capaz de hacer muchísimas cosas, sin menospreciar el hecho de ser torero, aunque hay veces que la afición no tiene memoria y de vez en cuando no viene mal refrescar a la gente el compromiso y la afición a mi profesión.

- Hablando con Curro Díaz me decía que Madrid nunca quita, solo da. ¿Está de acuerdo con esa afirmación?

- Quitar, quita. Si solo diese y no quitase, al final parece que le falta algo. Tengo que decir que siempre he tratado de justificar mi carrera pasando por Madrid. Aunque siempre se ha dicho que Madrid quita, aunque ya no sea tanto como antes, pienso que debería dar lo justo para que los que triunfan tengan acceso a las principales ferias. También ocurre en el caso de los novilleros, que antes se fogueaban en plazas o ferias alrededor de Madrid para actuar a Las Ventas y ahora es justo al contrario, que tienen que actuar en Madrid para ir a los pueblos. Ciertamente es un poco incomprensible.

- Este año ha dejado huella en festivales como los de Olías del Rey, Chinchón o La Algaba. Actuaciones con muchos detalles, pero sobre todo personalidad. ¿Torea festivales por mantenerte activo o por un compromiso de ayudar a los más necesitados?

- La gran mayoría de estos festivales suelen contar con un carácter benéfico y siempre que a los toreros se les ha llamado, la gran mayoría ha acudido. En mi caso este año he trabajado desde el ostracismo de la profesión, pero todo ello me ha hecho sentirme realizado y muchas tardes que he actuado en festivales me lo he tomado como si estuviera en una feria, porque los festivales también forman parte de mi profesión y me han ayudado a seguir creciendo, así que allí donde me llamen para torear un festival iré encantado.

- Tras 18 años de alternativa, ¿le quedan las mismas ganas para seguir luchando que cuando empezó?

- Son situaciones diferentes porque ya no tengo 19 años. Ahora tengo otras metas y toreo por otros motivos.

- Sigue siendo un torero respetado por empresas, compañeros y aficionados, ¿dónde está la base de todo?

- En la sinceridad y en la vergüenza torera que asume cada uno y que hace que no me permita defraudar a nadie, y es que desde que maté mi primer becerro en 1995 en la cárcel de Carabanchel hasta hoy, he sentido el reconocimiento de mis compañeros, tanto dentro como fuera de los ruedos.

- Todo lo que se ha ganado en la profesión ha sido gracias a sus triunfos, jamás podrá decir que nadie le regaló nada, me imagino que también por eso estará orgulloso…

- Creo que a casi ningún torero se le regala nada, quizás alguno haya tenido opción de repetir en alguna feria, pero lo que cada uno se ha ganado, bien merecido lo tiene. En la mayoría de las veces son por méritos propios. Las figuras son capaces de hacer lo que el resto de los mortales no y por eso están donde están.

- Le noto un tanto dolido… ¿Lo está?

- No sé si la palabra es dolido, pero lo que ocurre es que después de dos temporadas en las que he estado a un gran nivel en muchas plazas, cerrar esta temporada con solo ocho corridas no deja de parecerme injusto, aunque nunca he sido un torero de quejarme, y a estas alturas tampoco pretendo hacerlo.

- Su carrera ha estado marcada también por sus apoderados, ¿qué le ha aportado Julián Guerra que no le haya dado otro apoderado?

- Rafael Corbelle hasta ahora ha sido mi mejor apoderado, aunque soy consciente de que a todos les estoy agradecido… aunque con alguno haya podido incluso discutir, Pero todos ellos han remado hacia el mismo lado. En el caso de Julián Guerra decidimos cortar la relación de apoderamiento debido a una serie de diferencias, así que lo mejor es seguir cada uno por su lado. Considero que tengo un proyecto ilusionante, y me ha llamado mucha gente interesada en dirigir mi carrera, pero ahora es momento de sopesar y madurar, para tomar la mejor decisión posible.

- ¿Cree que ha llegado ya la recompensa a su carrera?

- Me siento bastante recompensado, teniendo en cuenta que he pasado de ir a la Escuela del Batán en Metro, a torear con grandes figuras del toreo. Eso hace que me sienta una persona recompensada. Si mañana acabara mi carrera me sentiría feliz al haber toreado con toreros de la talla de José Tomás, Joselito, Espartaco, Ponce, El Juli, Talavante, Perera, Castella… Todos ellos me han hecho que me haya sentido enormemente querido.

- ¿Cuáles son sus planes para la temporada que viene?

- Seguir creciendo y encontrar una persona que me vincule a mi carrera, que me aporte ilusión y conocimiento.

- En 2014 fue la revelación de la temporada tras dos años apartado de los ruedos, el año pasado fue de consolidación, y ésta la sensación es que ha habido mucha verdad. ¿Ha dicho Miguel Abellán todo lo que tenía que decir sobre el ruedo?

- En absoluto. Aún me quedan cosas por decir todavía, pero sobre todo me queda por cuajar un toro en alguna plaza importante, como lo he hecho en el campo o toreando de salón. Me falta torear ese toro que anhelo, en un marco incomparable como Sevilla o Madrid.

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