Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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Crónica de una muerte anunciada
Crónica de una muerte anunciada
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Crónica de una muerte anunciada
Crónica de una muerte anunciada
Las Ventas. 10ª de la Feria de San Isidro

Crónica de una muerte anunciada

Ignacio Peláez

Crónica de una muerte anunciada es un título, a caballo entre la literatura y el periodismo, recurrente cuando se vaticinaba una desgracia que termina resolviéndose a favor de la desazón porque tampoco, en este caso, fue una tragedia. La crónica taurina comparte con este título de García Márquez el género periodístico combinado con literatura y, por supuesto,  una enorme descripción.  No es alimentar el ego. Quien suscribe apunta pero no dispara a la simbiosis de género. Para eso lean a Vicente Zabala, Patricia Navarro, Rosario Pérez... y pocos más.

El recurso fácil del esto se veía venir es demasiado gratuito. El mismo ambiente de domingo y corrida de poca expectación como fue la de Fermín Bohórquez el pasado San Isidro se cortaron tres orejas. Una Silveti que le sirvió para repetir este año,  otra más para Juan Bautista ausente esta edición al olvidar alguien sus méritos en Las Ventas y la de Juan del Álamo,  punto de partida en su escalada en el escalafón.  Además llovió.

No hubo lluvia este domingo en Las Ventas. Quizás lágrimas, aunque fueran interiores, por estar anunciados tres toreros que dependían de esta tarde en cuestión. Paulita volvía después de varios años, avalado por la faena en Zaragoza y el inicio en Valdemorillo. Amén de su concepto clásico, bueno, y elegante nada pudo sacar en limpio ni con el bien hecho primero, remiendo de Gerardo Ortega ni con el sexto del hierro titular.

Morenito de Aranda llegará un día, esperemos, que rompa de una vez su calidad y gusto de corte artista de su toreo y mostrando en pinceladas a través de su capote con el toreo a la verónica y un quite. Su lote, ambos de Couto de Fornilhos no dijeron nada. Nada bueno.

Sebastián Ritter tomó la alternativa el otoño pasado el día del enésimo resurgimiento de El Cid. Ayer y hoy mostró la misma disposición y entrega. Lo mejor llegó en el sexto con el otro de Gerardo Ortega. Expuso y no se dejó nada en el esportón. Esto está difícil y solo un triunfo haría a las empresas acordarse de él si es que saben que existe...

El público salió contrariado. Aun es pronto para el enfado por la dimensión de San Isidro. Queda mucho por delante y la feria tomará otro color en próximos días y ojalá con otro balance al visto en Las Ventas esta tarde. Quizás cuando llegue el salvador a avisar del riesgo que corre la Tauromaquia, una verdad a gritos y que todo el pueblo conoce sin atreverse a decir esta boca es mía, pasará como en la obra del Premio Nobel. "No se apure, a la Fiesta ya la han matado". Y al igual que con el genio colombiano seguiremos leyendo hasta el final, página a página, corrida tras corrida, el desenlace fatalista de la crónica de una muerte anunciada.

 

  • Las Ventas. 10ª de la Feria de San Isidro. Media plaza en tarde agradable. Se han lidiado cuatro toros de Couto de Fornilhos, deslucidos y sin clase; y dos (1º y 6º) de Gerardo Ortega, bien presentados, pero descastados.
  • Paulita: silencio y ovación con saludos .
  • Morenito de Aranda: palmas tras aviso y palmas tras dos avisos.
  • Sebastián Ritter: silencio y silencio.
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