Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
Volver
Un Fandiño de cara y cruz
Pamplona. 5ª de la Feria de San Fermín

Un Fandiño de cara y cruz

Leo Cortijo

Por tercera vez consecutiva Fandiño volvió a abrir la puerta grande de la plaza de Pamplona tras cortar tres orejas. Un premio que resulta excesivo vista con calma la actuación del torero de Orduña. Cortó una a su primero, después de una faena en la que le costó un mundo acoplarse al exigente toro, y cuando lo hizo fue tarde. Por ello la oreja se achacó más al espadazo con voltereta incluida, que amilanó al respetable. En su segundo anduvo mucho mejor. Pero mucho. Notable faena por el derecho a un buen victoriano. Aunque para dos orejas… Juan del Álamo, que se las vio con los dos más ofensivos del muy ofensivo encierro de Victoriano del Río, intercaló pasajes de toreo fundamental marca de la casa mirobrigense con toreo efectista y de comunión con el tendido para ver si caía algo. En esto segundo se equivocó… como con la espada. Y Padilla… pues eso, a lo suyo. Cada vez sorprende menos que se le escapen oportunidades como su segundo. Pero en Pamplona ya se sabe: “¡illa, illa, illa, Padilla maravilla!”. Ah, ¡y ojo!, interesante encierro de Victoriano del Río. Toros muy bien presentados para Pamplona, que ofrecieron muchísimas opciones.

Con una larga cambiada de rodillas recibió Juan José Padilla a Brevito, para después lancearlo a la verónica. Se empleó en la primera vara el toro, un tío de 600 kilos al que el jerezano pareó bajo el clamor y la animación de la afición pamplonica (sí, pareció un partido de fútbol). De rodillas comenzó a instrumentar su faena después de brindar muy emotivamente a su hija Paloma. No pudimos ver más (vaya si cumplió el toro con su nombre) pues Padilla se vio obligado a estoquearlo sin poder darle ni un pase, ya que al primer muletazo se hizo daño en la mano izquierda y eso imposibilitó su correcta movilidad. Una pena, porque el de Victoriano del Río apuntaba cosas interesantes. Su segundo, Frenoso, no transmitió buenas sensaciones en el percal del Ciclón ni tampoco en varas, donde se dejó pegar. Fue raro (y mucho) que Padilla no banderillease. Y claro, poco acostumbrada la cuadrilla, así quedó aquello... Genuflexo inicio de trasteo para llevar el toro a los medios antes de rubricar una faena de cotas muy bajas, que emocionó entre poco y nada a un público más preocupado por la merienda. El toro reunía las suficientes condiciones como para haberle cortado una o dos orejas, pero… El Padi anduvo a lo suyo y aburrió más que otra cosa. ¿Rescatar algún muletazo? Imposible.

El serio y astifino Eliotropo dejó a más de uno congelado en el callejón. ¡Dios mío que cornamenta! Como para montar un bloque de pisos con piscina en ellos… En un aprieto importante pusieron esos pitones al banderillero Miguel Martín, sintiéndolos muy, muy cerca. Faena de menos a más de un Iván Fandiño al que le costó encontrar el son al exigente segundo. El torero de Orduña entró demasiado tarde en la faena, y para cuando quiso darse cuenta de lo que pedía el toro, ya era la hora de coger la de verdad. En los primeros compases el toro amagó con irse en más de una ocasión, momentos en los que el coleta intentó domeñar una embestida descompuesta a base de muletazos por abajo. Tornillazo va, tornillazo viene y Fandiño preguntándose dónde y de qué forma. Cambió los terrenos, más propicios para el manso, y allí llegó lo más potable. Pero tarde. Si tiró a matar a ley, voltereta y gran susto sin consecuencias. La voltereta asustó a un público que pidió la oreja.

Se gustó en el saludo capotero por verónicas a Español antes de brindarlo a David Mora. Bien torero. En el epicentro del anillo se colocó Fandiño para la primera serie, que inició con un pase cambiado por la espalda. Dos más a derechas de cinco muletazos y el de pecho, acompasando la notable embestida del animal, que se entregó por completo en la pañosa. Cambió a izquierdas y por ese lado Español los tomaba igual de bien. Buen toro. Hasta el momento, el mejor de lo que llevamos de feria. Lo mejor, en las dos últimas, otra vez por el pitón derecho, en redondo y por abajo antes de poner el broche con manoletinas a pies juntos dando el medio pecho. La espada no se hundió en todo lo alto, ni mucho menos, y eso hizo que el toro no doblara pronto, lo que no fue impedimento para que la autoridad concediese la segunda oreja. El toro fue premiado con la vuelta al ruedo, premio que no mereció, pues su tercio de varas fue más propio de una plaza de segunda.

Si el segundo de la tarde tenía espacio para construir un bloque de pisos con piscina, Endiosado tenía para eso y para un centro comercial con ocho salas de cine. El Toro de Pamplona. Una estampa. Una preciosidad. Cumplió con nota en el caballo, y hay que decir que estuvo bien el varilarguero Óscar Bernal. (Lo difícil que es ver una buena vara últimamente…) Juan del Álamo comenzó su labor por el pitón derecho, y a la segunda serie cuajó dos derechazos notables, cargando y templando la buena embestida del toro de Victoriano, que humilló y repitió con codicia y fijeza. Se justificó al natural, pero por ese lado la faena no alcanzó las cotas del otro. Firme y asentado, cuajó una faena muy digna, pero con un final que no estuvo a la altura del buen Endiosado. Había que haber dado un paso al frente, pero Del Álamo se perdió en adornos y minucias en lugar de cerrar con rotundidad y pureza. Larga cambiada de rodillas para recibir al feo Impuesto, otro toro descarado de pitones para el salmantino. Suelto tras cada lance, se dolió mucho en banderillas. El de Ciudad Rodrigo incluyó un molinete de rodillas en la primera serie no se sabe muy bien para qué, pero cuando decidió ponerse erguido llegaron los mejores momentos de su faena, sobre todo por el pitón derecho. El toro fue un manso colaborador que permitió muchísimo. Volvió a perderse en los adornos y en el toreo efectista cuando decidió torear de rodillas y acabar con manoletinas. Pero claro, así es como vinieron los olés más atronadores por parte del público, y Del Álamo sucumbió a sus encantos. Con los aceros perdió lo que a buen seguro iba a conceder el animoso respetable.

 

  • Plaza de toros de Pamplona. 5ª de la Feria de San Fermín. Lleno en tarde nublada, pero agradable. Se han lidiado seis toros de Victoriano del Río, muy bien presentados, astifinos y de imponentes arboladuras. Mansos y colaboradores fueron 2º, 4º y 6º; destacaron por su buen juego 3º y, sobre todo, 5º, premiado con la vuelta al ruedo. El 1º se lesionó una mano al comenzar la faena muleteril.
  • Juan José Padilla (blanco y oro con cabos negros): silencio y silencio.
  • Iván Fandiño (rosa y oro): oreja y dos orejas tras aviso.
  • Juan del Álamo (verde manzana y oro): silencio y silencio.
Comparte y comenta esta noticia: