Un año más, uno de los municipios más taurinos de la provincia de Cuenca, Iniesta, acogió su feria taurina en honor a su patrona la Virgen de Consolación. Para tal celebración tuvo lugar una novillada mixta con picadores, -en detrimento de una corrida de toros como venía siendo tradicional-, en la que trenzaron el paseíllo en el coqueto y antiquísimo coso iniestense los novilleros Jorge Expósito y David de Miranda, que lidiaron novillos de Guadalmena, bien presentados y con cuajo, y de buen juego en general a excepción del 2º; y el rejoneador Álvaro Montes, que lidió dos de El pizarral.
El valenciano Jorge Expósito, uno de los triunfadores en la pasada Feria de Fallas, abrió la tarde con un buen novillo que comenzó a torearlo pegado a tablas, voluntarioso, basando su faena en el pitón derecho, pero faltando ajuste y acople. Cerró faena con manoletinas y circulares, y tras pinchazo y estocada tendida cortó una oreja. Otra paseó de su 2º, tras una faena de mucha voluntad y ganas, en la que acusó su falta de rodaje, aunque dejó pasajes con gusto. Media estocada al segundo intento, lo que le daría la salida en hombros.
David de Miranda se presentó como uno de los novilleros punteros y de buen ambiente, y la verdad es que gustó mucho y dejó ganas de volver a verle. Se las vio en primer lugar con un novillo grandón, con complicaciones y cierto peligro, y al que el novillero de Huelva quitó por tafalleras. En la faena muleteril no dio opciones, aunque el onubense se la jugó, sin trampa ni cartón, siendo feamente volteado hasta en dos ocasiones. A pesar de su fallo a espadas saludó desde el tercio una ovación. La faena de más peso y de más calado llegó en el 5º, donde el joven torero mostró sus cartas como un novillero a tener en cuenta. De nuevo no perdonó en quites, en este caso por ajustadas gaoneras. Comenzó faena de muleta con estatuarios, quieto como un palo, seguido con una trincherilla preciosa y un gran pase de pecho, que calentó a la afición iniestense. Cuajó una buena faena, siempre cargando la suerte, con gran pureza y verdad en cites, donde los momentos álgidos fueron una excelente tanda de naturales rematando el muletazo detrás de la cadera, y en un cambio de mano con las plantas quietas enroscándose el novillo a la cintura. Cerró faena con ajustadas bernadinas y tras una buena estocada, desorejó al de Guadalmena.
Álvaro Montes lidió como primero un novillo que le ayudó más bien poco, y abusó en exceso de la ayuda de los auxiliadores. Lo más destacado en banderillas fueron varios pares al violín, y tras un rejonazo efectivo cortó un oreja. Dos paseó en el que cerró plaza, tras una faena en la que pudo torear más a caballo, templando al novillo, a pesar del pequeño ruedo de Iniesta, lo que pareció pesarle un poco al jinete, tras varias piruetas a caballo y efectismos de cara a la galería, de nuevo fue certero con el de muerte y obtuvo el doble trofeo.
El festejo fue amenizado por la gran Agrupación Musical Iniestense, que sonó de maravilla. Además, por primera vez en la histórica plaza de toros iniestense, interpretaron el pasodoble "Chicuelo II, el único" en honor a la gran figura nacida en Iniesta.