Este jueves acudió a la tertulia de la Asociación El Toro de Madrid el veterano matador de toros Eugenio de Mora. El diestro toledano, que cuenta con dos tardes de doble trofeo de matador y una de novillero en Las Ventas, volvió a torear esta temporada en la capital después de dos temporadas de ausencia. En su tarde isidril consiguió dar una merecida vuelta al ruedo y fue anunciado de nuevo por la empresa el 10 de agosto, corrida en la que cortó a un toro de Conde de la Maza una oreja en una faena con pasajes de toreo de ley, que fue abrochada con un estoconazo antológico.
Comenzó su intervención manifestando su predilección por el toro de Núñez, porque, aun saliendo frío y teniendo, buena parte de los ejemplares de este encaste, comportamiento abanto en los primeros tercios, en la muleta suele entregarse con recorrido y humillada nobleza. Afirmó también que como diestro y aficionado le gusta el mismo toreo; el que carece de vicios y ventajas, y que consiste en poner “la muleta por delante, cargar la suerte, pasárselo ceñido, embraguetado, y rematar atrás”. Prefiere la profundidad y la hondura antes que la largura del muletazo regular, porque cargar la suerte es imprescindible y era condición indispensable de su generación, en la que los modelos a seguir eran César Rincón y Antoñete. Comentó que los vicios ventajistas son el leitmotiv de la tauromaquia de buena parte del escalafón y que esos detalles son un mal ejemplo para los que están empezando.
Cuando le preguntaron por qué los toreros se despreocupan tanto a la hora de poner el toro en suerte, el matador toledano aclaró que se ha perdido esa costumbre entre todo el escalafón, y que no es por dificultad o valentía, sino por nervios, ya que Madrid siempre es un compromiso. “Donde realmente se demuestra el valor, es cuando coges la izquierda al natural. Es ahí, cuando te está rozando los muslos, cuando el corazón se alborota”. Según comentó el diestro moracho, el toreo de pureza “no es sencillo hacerlo siempre”; aunque siempre se pretenda, pocas veces se consigue. Se comentó también su enorme facilidad para dar pases de pecho como carteles de toros, aun en tandas mediocres o sin ligazón. Hubo comunión en la sala respecto a que sus pases de pecho, rematados al hombro contrario, son marca de la casa.
Sobre el mundo taurino actual y los que lo dirigen, Eugenio de Mora anotó que “es un negocio donde los cuatro toreros y empresarios que mandan, imponen sus condiciones. El negocio es el que es. No tiene sentido que las figuras en enero tengan ochenta contratos”. También hizo hincapié en que la Fiesta está pasando una profunda crisis estructural y que hay que tomar medidas evidentes, porque en décadas el sector no se ha preocupado de cuidar el espectáculo. El diestro de Mora explicó que ve que la situación es muy triste, porque sigue sin rejuvenecerse el escalafón mayor al no salir de la cantera caras nuevas que ilusionen a la afición. “Hace ocho o nueve años que un novillero no pone patas arriba Madrid”. Acerca de los gustos de la afición de Madrid, Eugenio de Mora comentó que sabe que gustan muchos los doblones por bajo y los trincherazos, pero que a cada toro hay que lidiarlo como requiera, por lo que no siempre se puede hacer la faena con la que todos sueñan. En palabras del matador, “Madrid te da palmarés, es esencial en la carrera de cualquier torero”. A su vez comentó que la afición sigue siendo una minoría en las plazas de toros, pero que la Fiesta necesita también de los públicos para que los cosos se llenen, por lo que es necesario que haya toreros con arraigo para que esto pase.
También expuso que el panorama para los diestros de mitad de escalafón para abajo es desolador, porque la temporada pasada, habiendo dejado buen sabor en Madrid, no toreó en más de seis festejos, lo que dificulta mucho placearse. Aunque Taurodelta le ofreció venir en otoño, fue imposible, debido a que la corrida de Puerto San Lorenzo iba a ser estoqueada al completo por Miguel Abellán. La temporada que viene, en la que, como informó, será apoderado por el dúo compuesto por Roberto Piles y Juan de Padua, espera venir a Madrid dos tardes. Según comentó, prefiere elegir las corridas que torea sobre el papel, porque le gusta matar hierros que ya conoce y que sabe que están en buen momento. Respondiendo a varias preguntas lanzadas por asistentes al acto, anotó que ya se ha perdido eso de que cuando se triunfa se repite, porque ya no se premia el triunfo al estar cerrados muchos de los carteles de las plazas más importantes con varias semanas de antelación, perdiendo así el aficionado la opción de ver a algunos de los toreros que en mejor momento están.
También quiso dejarnos su opinión sobre los costes que supone organizar un festejo en una plaza menor, ya que no son asumibles por los empresarios, debido al desmesurado gasto que hay que llevar a cabo para organizarlos. Eugenio de Mora expuso que habría que meditar cómo disminuirlos, aunque sea reduciendo el número de subalternos y picadores actuantes. Cree que hay que tomar medidas cuanto antes mejor, porque ya buena parte de los ayuntamientos han dejado de dar subvenciones y esto ha provocado que esas plazas ya no abran sus puertas y se pierda la tradición taurina de algunas localidades.
Por último, varios de los asistentes resaltaron el compromiso social de este torero toledano, ya que ha cooperado activamente en la organización del exitoso festejo anual en beneficio de ASPAIN -fundación anexa al Hospital de Parapléjicos de Toledo- que en los últimos años se ha celebrado en la plaza de toros de Illescas. Sobre esta causa solidaria, Eugenio de Mora afirmó que para él es un placer que ese festejo pueda darse y poder poner su granito de arena para hacerlo posible. El diestro toledano se despidió manifestando que tiene muchas esperanzas puestas en la temporada que viene, que espera volver a Madrid cuanto antes y que, “como cada día sale un toro diferente, hay que llevar la muleta con humildad”.