Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
Volver
Tres toreros con verdad y una Palha de mentira
Tres toreros con verdad y una Palha de mentira
Tres toreros con verdad y una Palha de mentira
Tres toreros con verdad y una Palha de mentira
Tres toreros con verdad y una Palha de mentira
Tres toreros con verdad y una Palha de mentira
Las Ventas. 4ª de la Feria de Otoño

Tres toreros con verdad y una Palha de mentira

Ignacio Peláez

Volvía Palha a Las Ventas para cerrar la Feria de Otoño. Expectación para muchos temor para pocos. La vacada lusa seleccionó seis animales en una escalera de presentación que si hubiera lucido otro hierro hubiera habido tiros en la plaza. Toros sin remate, con caras desiguales que, para colmo, ofrecieron nulas opciones. Una mentira de torismo, de casta o bravura. Un engaño al aficionado. Así las cosas, con semejante material, fruto de cruces y más mezclas, los toreros tiraron de oficio para que los espectadores se libraran del sopor. Ellos fueron los únicos responsables de que en la plaza se escuchara alguna ovación.

Saludo bonito de Fernando Robleño al primero del festejo. También con gusto fueron las chicuelinas de Castaño en el quite. No se encontraron toro y torero en la faena de muleta pese a un inicio prometedor en el que destacaron, por despaciosos, dos muletazos de una buena tanda por el pitón derecho de un toro de escaso contenido.

Escenario distinto fue el cuarto. Complicada su lidia, más aún en banderillas. Geniudo, de malas intenciones el toro. Robleño tenía la papeleta por delante de lidiarlo. Flexionado intentó de pitón a pitón someter al de Palha. Valor y oficio para evitar la cornada de un toro que se colaba en busca del hombre. El esfuerzo fue recompensado con una ovación.

Ovaciones que tocaron a una por coleta. Javier Castaño saludó desde el tercio a la muerte del primero de su lote. Faena de cites largos. Una tanda con la diestra supuso lo más notable de la faena. El pase de pecho, con que remató la tanda, dura todavía en el recuerdo y en los oídos, pues el olé se prolongó al infinito. Después, con el toro a menos, no terminó de romper la faena. Se tiró a por todas a matar. Susto de los grandes por lo espectacular de la cogida que no tuvo consecuencias peores, salvo el golpe, que no es poco.

Tras la ovación se fue a la enfermería, de la que salió para matar al quinto. Serio de cara, tremenda arboladura, entrado en carnes que blandeó durante toda la faena y que no dio opción a su lidiador. Pero en este toro, quinto de la tarde, la plaza se puso en pie. Fue un clamor tras el tercio de banderillas que protagonizó David Adalid. Una lección del segundo tercio. Asomándose al balcón, clavando en la cara y arriba, y con andares toreros. La ovación de la Feria de Otoño.

Alberto Aguilar, torero maltratado por empresas por inciertas razones, galleó bonito por chicuelinas en el tercero del festejo. Lo brindó al público y derrochó valor y ambición para sacar algo positivo de su oponente. Expuso el cuerpo, se entregó a la causa y sirvió de ejemplo de lo que es torear con verdad. Pero su realidad es otra, alejada de la justicia que implicaría que Alberto Aguilar estuviera en las ferias. El sexto, otro toro complicado era un muro importante de torear y Aguilar consiguió rescatar del olvido un par de naturales con gusto.

Ovaciones merecidas en su camino al patio de cuadrillas. Un camino duro si al final del mismo pocos contratos se vislumbran de cara a la temporada próxima. Quizás ese hueco que parece va a dejar Cayetano, sirva para que Robleño, Aguilar, Castaño y otros tantos (cito a los que hoy han toreado) pueden ocupar. Quizás, ojalá, a los aficionados de esas ferias cayetanistas les acaben gustando los toros si ven tanta verdad.

 

  • 4ª y última de la Feria de Otoño. Casi lleno en tarde calurosa. Se han lidiado seis toros de Palha. Una escalera de hechuras, algunos de escaso remate que les tapaba la cara. Mal juego en líneas generales.
  • Fernando Robleño (pistacho y oro): pinchazo y estocada tendida (silencio). Estocada casi entera (ovación).
  • Javier Castaño (azul marino y oro): estocada y un descabello (ovación con saludos). Dos pinchazos y estocada (silencio).
  • Alberto Aguilar (azul pavo y oro): estocada (ovación con saludos). Media estocada y estocada (silencio).
Sigueme en Twitter Sígueme en Twitter @ignaciopelaez
Comparte y comenta esta noticia: