Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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'Gestor' maquilla la vergüenza de Jandilla
'Gestor' maquilla la vergüenza de Jandilla
'Gestor' maquilla la vergüenza de Jandilla
'Gestor' maquilla la vergüenza de Jandilla
'Gestor' maquilla la vergüenza de Jandilla
'Gestor' maquilla la vergüenza de Jandilla
Madrid. Crónica 13ª de la Feria de San Isidro

'Gestor' maquilla la vergüenza de Jandilla

Leo Cortijo

Cuando el principal aliciente de la Corrida de la Prensa, a priori, es la presencia de don Juan Carlos I en el tendido, mal asunto. Seamos sinceros, el cartel llamaba muy poquito la atención, por la ganadería y por la terna. Prueba de ello fue la discreta entrada, que apenas alcanzó los tres cuartos (reducidos considerablemente tras la desbandada en el 5º). Y las bajas expectativas no defraudaron, y es que se cumplió el guión que casi todos llevábamos en mente, fundamentalmente por el lamentable encierro de Jandilla/Vegahermosa, que rozó la vergüenza. Una pasarela de inválidos con el descaste y la falta total de fortaleza, poder y emoción (Florito debió haber hecho aparición). Un aburrimiento total que solo el encastadito 4º, Gestor de nombre, se encargó de maquillar. Fue la excepción que confirmó la regla. Con él se topó un Miguel Abellán que ya ha tomado por costumbre recibir a los toros a porta gayola (lo poco gusta y lo mucho cansa), y que naufragó, pues anduvo por debajo de él y no aprovechó su buena condición en la muleta. Sin opciones un voluntarioso Fandi, que tiene eso de no engañar a nadie, pues es lo que es, y no hay más. Así de claro. Y tampoco tuvo más opción un digno Manuel Escribano, que en el 6º pudo apuntar algo, pero sin pasar de lo meramente correcto. El que fuera rey de España dijo antes de entrar en la plaza que “siempre estará al lado de la Fiesta”. Muchas gracias, Su Majestad, pero tenga usted paciencia, que la va a necesitar.

El 20 de mayo del año pasado una porta gayola casi le costó la vida a David Mora. No lo pensó Miguel Abellán y retó a su propio destino yéndose a chiqueros para hacer lo propio con el justo de trapío Entusiasta que abrió la Corrida de la Prensa. Después de una mansa pelea en varas, el de Vegahermosa se dolió en banderillas. Brindó a don Juan Carlos, reconociendo que “es un orgullo ser torero, español y juancarlista”. A la postre eso fue lo más interesante del primer capítulo, pues al primer muletazo el flojísimo burel claudicó arrastrándose por la arena. Tuvo fijeza, recorrido y humillación, pero sin el motor suficiente como para emocionar o transmitir arriba. El madrileño alargó sin sentido ante el mortecino e inválido animal y acabó poniéndose pesado. De nuevo a porta gayola para recibir a Gestor, con el que luego se gustó en un buen ramillete de verónicas. Visto lo insípido de varas y banderillas, y cómo perdió las manos a las primeras de cambio, casi pedimos al cielo que Abellán acabase con el trámite cuanto antes, pero para nuestra sorpresa, el jandilla sacó un fondo de casta que conectó a la gente con la tarde. Tuvo una veintena de muy buenas embestidas, y tal como estaba el nivel ganadero de la tarde… ¡supieron a gloria! Sin embargo, el torero del barrio de Usera no lo supo aprovechar. Retorcido y sin ajuste ni ceñimiento, instrumentó pasajes, sobre todo por el derecho, vacíos de contenido e interés. Para lo que tuvo delante, por debajo y mal. Para flipar que la gente pidiese la oreja. Menos mal que Julio Martínez no hizo caso. Si no, nos hubiésemos hundido un poquito más (todavía).

Pegadito a las tablas, El Fandi recibió con una larga cambiada de rodillas a Guiñador, al que luego llevó galleando al caballo. Insustanciales resultaron tanto el tercio de varas como el quite de Escribano, en los que blandeó en exceso el toro. Si algo le sentó como un tiro a su baja condición fueron las carreras tremendas a las que le sometió Fandila, y eso que se paró en varias ocasiones, afeando el tercio (sin acierto del granadino), que quedó más bien descafeinado. Con la muleta no hubo más historia entre un animal sin la más mínima fortaleza ni poder, y un torero dando pases a la nada. Lamentable, por los suelos. Su segundo, Ojeador, mostró idéntica condición de salida y los primeros tercios pasaron sin pena ni gloria. Bueno, mejor dicho: con mucha pena. Qué triste ver degradado de esa manera al toro de lidia. En banderillas “deleitó” con su show sin clavar ninguno en la cara y dejando tanta madera (cuatro pares) como para artesonar cuatro capillas. Entre el viento, el toro y el torero, el último tercio fue otro capítulo para olvidar. El de Granada queriendo sin poder, el de Jandilla dando pena y la ventolera afeando todo. No faltó nada para hacer de aquello algo muy lamentable.

El encogido y bajo Feriante fue levemente protestado de salida y más intensamente tras irse al suelo en varas. Se pidió su devolución, pero la Presidencia hizo caso omiso. Le puso empeño Manuel Escribano en banderillas, pero el clima en la plaza empezaba a ser insoportable y el tercio no fue correspondido con demasiado eco. Cambiados por la espalda para iniciar una faena que solo tuvo eso de emocionante. A partir de ahí, pasajes por ambos pitones sin ningún interés ni nada reseñable que vaya a quedar en la memoria. Todo lo contrario, un aburrimiento muy difícil de soportar y más conforme el sevillano se puso pesado alargando no sé muy bien por qué. A porta gayola recibió al jabonero Abate, que no mostró celo en los percales ni se empleó en varas. Tras una pésima lidia y antes del brindis al público, el de Gerena rehileteó sin demasiado acierto ni comunión con el tendido. Hasta los terrenos del 5 persiguió al aquerenciado animal para plantear una faena que no terminó de alzar el vuelo. Bajó la mano por el pitón derecho y medio llegó arriba, pero no se acopló por el izquierdo, sin sitio ni ajuste, ante el flojo y descastado burel. Como en su primer parlamento, alargó para no acabar de decir nada y para malestar de parte del público.

 

  • Madrid. Plaza de toros de Las Ventas. 13ª de la Feria de San Isidro. Corrida de la Prensa. Tres cuartos de plaza en tarde soleada, pero fresquita y con muchas rachas de viento. Se han lidiado cuatro toros de Jandilla (3º, 4º, 5º y 6º) y dos de Vegahermosa (1º y 2º), desigualmente presentados y algunos de ellos sin trapío para Madrid, sobre todo 1º y 3º. Solo el encastadito y con fondo 4º rompió la tónica predominante del descaste y la falta alarmante de fuerza, poder y emoción del encierro.
  • Miguel Abellán (púrpura y plata): silencio y ovación con saludos.
  • El Fandi (blanco y plata): silencio y silencio.
  • Manuel Escribano (grosella y oro): silencio y ovación con saludos.

 

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