Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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¡Por la cara!
¡Por la cara!
¡Por la cara!
¡Por la cara!
¡Por la cara!
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¡Por la cara!
¡Por la cara!
Crónica Madrid. Corrida de temporada

¡Por la cara!

Daniel Blázquez

¡Por la cara! Por la cara nos trajo Lagunajanda una corrida impresentable para Madrid, falta de cara y de escaso remate. Además, salvo el quinto, todos evidenciaron notables signos de invalidez, lo que convirtió la última corrida del agosto venteño en un verdadero desastre. Como por la cara la empresa anunció a Víctor Janeiro, con vete tú a saber que méritos para hacer el paseíllo en la plaza más importante del mundo, y la verdad es que resolvió la papeleta sin pasar demasiados apuros. Volvía a Madrid, tras tres años de ausencia, el salmantino López Chaves, que dejó los mejores pasajes de la tarde y que hubiese paseado un trofeo del cuarto de haber estado acertado con los aceros. Cerraba terna Julio Parejo que, seis años después de doctorarse como matador de toros, confirmaba su alternativa en el coso capitalino. Dicha tarea la resolvió con oficio y dignidad.

El segundo de Lagunajanda y primero del lote de López Chaves, de nombre Cartelero, mostró desde salida la invalidez que atesoraba y que hizo asomar el pañuelo verde por el palco presidencial. Corrió turno el salmantino y saltó al ruedo Muchorromero, reseñado en un principio como cuarto. La aceptable pelea que realizó en varas no fue más que un espejismo, puesto que llegó a la muleta sin fuerza y quedándose corto. Ante tal panorama y al ver que su quehacer no tomaba vuelo, el charro decidió irse a por la espada, con la que remató al cornúpeta de estocada baja tras pinchazo. El cuarto, herrado a fuego con el hierro de Conde de la Maza, fue el mejor toro de la corrida. Cumplió en varas, derribando al piquero en el primer puyazo, y llegó con opciones al último tercio. Tras los doblones de inicio, tardó Chaves en encontrarle la clave: Dejar la muleta siempre en la cara y tirar de él. Cuando lo consiguió, dejó los mejores muletazos de la tarde. Tandas limpias y jaleadas por los dos pitones, conectando mucho con un público que, de haber estado acertado con la espada, le hubiese pedido el trofeo que se esfumó al fallar con los aceros. Todo se quedó en una ovación con saludos.

Otro animal inválido fue el tercero, que perdió las manos desde los capotazos de salida. De esta guisa le dejó en el ruedo el presidente, así que, a partir de ahí, imaginen ustedes la faena de muleta. Al mínimo intento de obligarle, el toro se iba al suelo. No pasó de la corrección Víctor Janeiro, al que le costó pisar los terrenos donde queman los pies. Sin más, dejó tandas limpias por los dos pitones. ¡Hay que devolver los inválidos! Gritaba, no sin razón, un veterano aficionado, antes de que el gaditano se fuese a por la espada. Sorprendió la capacidad que tuvo con la tizona a lo largo de toda la tarde. Mató de estocada entera y saludó una ovación. El quinto fue el más potable del encierro enviado por Lagunajanda y es que se deslizó por los dos pitones sin perder las manos. El viento y los continuos enganchones hicieron que la labor de Janeiro no alcanzase las cotas deseada. Lo mejor llegó en las postrimerías de la faena al ejecutar la última tanda, en redondo, del trasteo. La media estocada que recetó fue suficiente para despachar al cornúpeta. Al término de su quehacer, fue silenciado.    

Jabato, toro de nula presencia para Madrid, había sido enlotado y sorteado por la mañana como el animal con el que confirmaría su alternativa en Madrid Julio Parejo. Sin embargo, a la salida del primer encuentro con el jaco, se partió un pitón por la cepa y tuvo que ser devuelto a los corrales. Se corrió turno y, de esta forma, salía Mareado, segundo del lote del extremeño. Desde los lances de recibo quedó patente que el Lagunajanda no andaba nada sobrado de fuerzas. Durante los dos primeros tercios las muestras de invalidez se acrecentaban a medida que continuaba la lidia. Aún así, el presidente decidió dejarlo en el ruedo. Luego de la ceremonia de confirmación y el brindis a su hombre de confianza en el callejón, instrumentó una faena limpia y correcta por ambos pitones. Al mínimo intento de obligarle el toro perdía las manos, así, el extremeño se tuvo que conformar con llevarle la muleta a media altura sin que las tandas tuviesen eco alguno en los tendidos. Lo mejor llego de la mano de dos tandas al natural y el arrimón final. Mató de estocada entera y saludó la primera ovación de la tarde. El sexto, de El Risco, no varió la tónica de la divisa titular, soso y falto de fuerzas. Se dejó pegar, sin más, en los dos encuentros con el jaco. Llegó a la muleta sin casta ni bravura, con poquísima fuerza y sin demasiado recorrido. Estas premisas imposibilitaron que tomase vuelo la faena de un Parejo que había brindado al público en un intento de agradar. Los dos pinchazos previos a la estocada dieron paso al último silencio de la tarde.

 

  • Madrid. Plaza de toros de Las Ventas. Un cuarto de entrada en tarde fresca y ventosa. Se han lidiado cuatro toros de Lagunajanda (1º, 2º, 3º y 5º), mal presentados e inválidos, a excepción del noble 5º, un toro de Conde de la Maza (4º), mal presentado pero de buen juego y un toro de El Risco (6º), bien presentado pero deslucido.
  • López Chaves (fucsia y oro): palmas y ovación con saludos tras aviso.
  • Víctor Janeiro (grana y oro): Ovación con saludos y silencio.
  • Julio Parejo, que confirmaba alternativa (blanco y oro): ovación con saludos tras aviso y silencio tras aviso.
  • Palmas para El Ruso, de la cuadrilla de Víctor Janeiro, por su quehacer durante toda la tarde. Pareó notablemente al 3º y lidió con nota alta al 5º.  

 

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