Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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Premio al petardo
México D.F. 6ª corrida de la Temporada Grande

Premio al petardo

José AgTa

Una bocanada de oxígeno, ante la crisis auspiciada por los mismos actores de la Fiesta en México, se pudo respirar el día de ayer en el coso metropolitano al enviar Jaral de Peñas un encierro que cumplió en presentación. En juego quedaron a deber, a excepción del tercero de la tarde que salió en busca de encumbrar al que se le pusiera por delante y acabó por llevarlo al precipicio, pero el antecedente en el renglón ganadero queda y nos muestra que cuando se quiere, se puede. Así, si se valora aún más lo realizado en el ruedo por los toreros, cuando sale el toro se aprecia lo bien hecho y se deprecia, al dejarse al descubierto, cuando se hacen mal las cosas. Ojalá no se pierda atención en este tema tan importante en el resto de la temporada. Cabe hacer mención que la dehesa de los Barroso reapareció en la plaza capitalina tras poco más de una década de no hacerlo; además, los astados lidiados el día de ayer traían sangre española -hace 18 años hicieron un refresco con encastes de Torrestrella, Jandilla y Juan Pedro Domecq a la línea base de su fundación que fue San Mateo, Mimiahuapam y Torrecilla en 1968- lo que quizá ayudó a la presencia; más eso no significa que sea la única forma de contar con ella, es necesario que el aficionado sepa apreciar las diferencias y los remates que debe tener cada uno de ellos. Lo que no cabe duda es que el trapío lo da la edad principalmente y después el fenotipo, independiente de cualquiera que sea la procedencia, y eso es lo que no se debe de descuidar en ningún lado. En el cartel se anunciaron Alejandro Talavante, Arturo Saldívar y Diego Silveti.

Alejandro Talavante abrió plaza con Aguaclara, un toro bien presentado, al que le dio la bienvenida con lances usando el reverso del capote, acabándolos por abajo y rematando de media verónica. Desde ese momento el astado se quedaba parado y salía distraído. El puyazo fue breve para que el de Badajoz realizara un quite soltando la punta del capote cambiando de mano por la espalda que resultó ser nada limpio y mucho menos bueno. Con la muleta empezó con ayudados por alto acompañando la embestida, enseguida se colocó para hacer el toreo por el lado izquierdo (había visto que ese podía ser el mejor); después, no pasaría nada. El socio salía rajado a tablas, con la cabeza arriba, sin transmisión por más que le intentó sacar de tablas y dar muletazos por ambos lados nada trascendental ocurrió. Lo despachó de pinchazo y media estocada trasera para retirarse en silencio. Con su segundo, Romancero, dio las mejores verónicas de la tarde y remató con una media muy torera volviendo a usar el reverso de la capa y terminando abajo. Tras el puyazo vendría un derrumbe al picador; mientras no podían levantar al caballo, el torero español realizó un quite por delantales. Al acabarlo seguían sin poder parar la jaca, el tiempo se empezó a prolongar y por consecuente el segundo tercio. Quizá eso afectó al toro quien en el tercio de muleta metía bien la cabeza por el lado izquierdo pero le faltó demasiado recorrido. Al de a pie le tocaron un aviso después de un pinchazo, estocada y varios descabellos con los que pasaportó al astado.

Arturo Saldívar se enfrentó a Orujo, segundo de la tarde, al que le pegó algunos lances con el capote pues salía muy suelto hacia los adentros y no volvía pronto. Viendo lo andarín del toro, el de a pie aprovechó para realizar unas chicuelinas, recayentes en la espectacularidad, enseguida le ligó una tafallera, dos chicuelinas de rodillas y un remate con un farol de hinojos. ¿Qué tal con nuestros toreros “artísticos” que buscan el toreo serio?, el astado no pudo ser colocado y se fue de largo al caballo. El torero, posteriormente, intentó hacer un quite, buscando seguir con esa variedad, citó con el capoté en la espalda para realizar gaoneras, lo suelto del burel hace que no sea continuo y decide interrumpirlo (no a todos se les puede hacer quites). Destacó en banderillas Diego Martínez. El hidrocálido, en el último tercio, brindó al público y se dispuso a iniciar su faena con un cambiado de espalda -no fue la mejor opción de inicio de faena pues empezó en los medios y terminó recortando distancia hasta las líneas del tercio para buscar la arrancada del astado- cuando intentó hacer el toreo por tandas, el burel salía rajado. Terminó buscándole pases en los terrenos de adentro, donde quiso el toro, en su mayoría de veces dejándole la muleta en la cara y así ganarle algún pase. Hubo muchos enganchones. Despachó de estocada entera, hubo ligera petición de algunos despistados y todo terminó en una salida al tercio. En el quinto, Magno, el torero lo recibió con lances sin relevancia, el puyazo que le dieron al socio fue sin recargar mucho aunque también provocó el segundo tumbo de la tarde. Con la muleta inició sentado en tablas saliendo más comprometido que bien visto y posteriormente buscó realizar faena por ambos pitones sin llegar a nada más. El burel tenía poco recorrido y no se entregaba por completo. Nuevamente los enganchones al engaño estuvieron presentes, dio la impresión que se alargó la lidia más de lo debido. Saldívar despachó de pinchazo y estocada para retirarse en silencio.

Diego Silveti recibió a Mazapan, el menos rematado y burraco de preciosa pinta, al que le dio algunos lances con el capote. El toro acudió al caballo para recibir un puyazo breve. El de a pie realizó un quite por caleserinas con su ya característico paso que repone cuando va pasando el astado, para aliviarse, al parecer es ya cotidiano en todos los que intenta. Empezó su labor muleteril  con ayudados por alto acompañados de sus gestos tan antiestéticos pero ayudadores a vender y conectar con el público. Después vendrían tandas por ambos lados, carentes de temple, el toro es muy bueno. El torero guanajuatense recibió dos fuertes volteretas por el astado que no le permitió error alguno, que suerte tiene de que por fortuna solo quedara en eso, nunca le pudo. Lo crítico vendría, al acabarse la creatividad, e ir a encajar el ayudado en la arena  e intentar pegar las famosas luquesinas, o algo parecido, que solo quedaron en viles trapazos. Pinchazo y estocada entera fueron la parte final. Los restos de Mazapan se fueron entre merecidos aplausos ocasionados por el arrastre lento que tardó en ordenar el palco de autoridad. Sin embargo, lo malo vendría cuando, benévolamente, el juez Jorge Ramos concedió una oreja que terminó siendo protestada, fue un premio al petardo. El último de la tarde, Magno, fue recibido por Silveti sin nada relevante con la capa. Fue el burel que mejor peleó en el caballo. El de a pie realizó un quite por chicuelinas con el compás abierto. Posteriormente vendrían pases y distancias de todo tipo, los tendidos estaban fríos (más del clima que ya empieza a hacer en la capital). La impresión de que el toro dura poco y es necesario terminar rápido al parecer muchas veces no es comprendida provocando esa demasiada insistencia. Pinchazo y tres cuartos de acero fueron suficientes para terminar con el último de la noche.

Se hizo público que en el sorteo, gente de la administración de los tres toreros, decidieron que no se regalaría ningún toro. Un punto a favor para las coletas ante el  ya  tan abusado recurso. Hay ocasiones en que es necesario pero en las últimas temporadas ha sido excesivo. Ojalá se busque su moderación.

 

  • México D.F. Plaza de Toros México. 6ª Corrida de la Temporada Grande. Aproximadamente un tercio de entrada en tarde agradable. Toros de Jaral de Peñas de juego y presentación variados; bueno el tercero de la tarde que mereció arrastre lento.
  • Alejandro Talavante (rosa y oro): silencio y silencio tras aviso.
  • Arturo Saldívar (ciruela y oro): ovación con saludos y silencio.
  • Diego Silveti (grana y oro): oreja con algunas protestas y silencio.
  • El subalterno Diego Martínez saludó en el tercio tras poner el último par de banderillas en el segundo de la tarde.
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