Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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Banderillas negras a la tarde
México D.F. 11ª corrida de la Temporada Grande

Banderillas negras a la tarde

José AgTa

Increíble. Así ha sido el último festejo en la plaza de toros más grande del mundo. La incredulidad no recae en el que haya sucedido algo espectacular, sino todo lo contrario. Por un lado, Antonio de Haro González, ganadero con mucho conocimiento de toros,  ha enviado un encierro muy bonito en tipo pero mal presentado, donde el juego de los cinco astados que pudo lidiar (uno de los seis que mandó lo rechazaron por chico en el sorteo y fue sustituido por otro de la ganadería de San Marcos) dio mucho a desear tras el predominio de la falta de bravura principalmente e incluso al 6º, de esta misma ganadería, le ordenaron, quizá un tanto exagerado pues si se le pudo castigar bien en varas, que se le pusieran banderillas negras. Por otra parte, tras esa inconstante actuación seria del palco de la autoridad, en esta ocasión ocupado por “Chucho” Morales, ha regalado dos orejas que hacen de un triunfo cualquiera una victoria nada benéfica ni para el torero ni para la Fiesta. Por momentos pareciera que esta plaza de primera no saliera de tener un comportamiento de tercera. En fin, culmina el 2015, un año no bueno como quisiéramos que fuera taurinamente hablando, en la capital metropolitana ni en todo el país mexicano. Pareciera que dicha crisis no importara a nadie. Es importante que se alce la voz, se defienda lo que tanto nos gusta y, sobre todo como tanto lo he repetido, se le dé la seriedad y el respeto debido a la Fiesta de los Toros por todos sus integrantes. Solo así volverá la gente a la plaza. Si esto no repunta, en los siguientes años, el declive será mayor. ¿Hasta dónde se quiere llegar? ¡Ya basta!

Víctor Puerto abrió plaza con Cuerpo y Alma, de la ganadería de De Haro, lo recibió con lances por arriba, algunas verónicas y el astado ya acusaba falta de recorrido desde entonces. Realizó un bonito recorte para dejarlo al caballo. El astado se escupió de la suerte de varas síntoma de su falta de bravura. En el segundo intento de colocarlo al caballo de plano se asustó cuando el picador avanzó hacia él. El tercer puyazo fue el del verdadero castigo. En el segundo tercio el burel era muy andarín y éste fue muy disparejo en la colocación de los palos. Inició el madrileño con la muleta, acertadamente, por abajo, castigándolo ante su condición. Intentó realizar el toreo serio por naturales, por el pitón derecho el socio no quería saber nada. Nunca se quedaron quietos ni toro ni torero. La gente percibió que el de a pie cada vez menos le podía al de De Haro y se acabó metiendo con él. Después de varios pinchazos y un aviso, Puerto dejó un bajonazo para terminar con la vida del primero malo y retirarse entre abucheos. En su segundo, Piedras y Lagunas, las cosas no fueron diferentes. Tras dar algunos lances con el capote el astado fue llevado al caballo donde acometió con la cara arriba. El público recriminó al picador el dar varios puyazos en un mismo viaje. El burel también era muy andarín, síntoma de su desinterés por acometer, el torero volvió a serlo otra vez con la muleta una vez que había iniciado su faena con pases por alto con el compás abierto. La asistencia volvió a pitar el que solo se le dieran pases al toro, sin transmisión y sin mantener las zapatillas fijas. Pinchazo, estocada caída, un aviso y abucheo fue la conclusión de su actuación. Víctor Puerto pegó un petardo ante un complicado y mal presentado lote.

José Luis Angelino lidió en primer turno al toro sustituto de la ganadería de San Marcos, Simiente, mejor presentado ayudado por estar más descarado de pitones que los de la dehesa original anunciada. Angelino lo recibió de rodillas en los medios, después dos largas cambiadas pegado a tablas. Le pegó unos delantales. Dejó al toro a buena distancia para ser probado en el tercio de varas. El puyazo fue muy trasero. El torero cubrió el segundo tercio destacando el tercer par que fue por dentro. Sopló el viento. El originario del estado de Tlaxcala logró sacarle algunos buenos muletazos aunque el burel salía con la cabeza arriba, carecía de clase. Las tandas, al igual que la faena, fueron de más a menos. El de a pie estuvo voluntarioso, por momentos con brusquedad en su quehacer y carente de temple. La estocada que dejó fue muy trasera. El distraído juez de plaza otorgó una oreja que fue protestada, no era para haberla concedido, tal vez en aquel palco no caerían mal unas tazas de café para acelerar la atención de lo que realmente sucede abajo. Al quinto de la tarde, Tabaco y Oro, de la ganadería anunciada desde un inicio, Angelino lo saludó con algunos lances con el capote. El primer puyazo al burel fue breve pues salió huyendo, en el segundo también cantó la gallina, recibió un tercero al ser tapada su salida con la jaca y hubo una cuarta vara en la querencia. Al igual que en su primero, Angelino, decidió poner banderillas. En esta ocasión destacó el par violín que dejó en los lomos del astado. Inició su faena de muleta con un cambiado por la espalda. La embestida del socio fue entregada al principio del muletazo pero lo terminaba con la cara arriba. El torero influyó en dicha acción, pues empezaba el muletazo por abajo y él mismo lo terminaba arriba. Volvió a haber voluntad y ganas por parte del matador. Hubo uno que otro muletazo bueno y algunos recursos de los que recaen en la conexión al tendido más que en la estética taurina. También faltó temple y sobre todo aseo en su labor pues los enganchones fueron constantes. El toro se rajó al sentirse podido. La faena culminó con las socorridas manoletinas. Pinchazo y estocada entera. Tras todo lo anterior en una plaza de primera no se pide ni se concede oreja; en La México si y así sucedió.

Pepe López abrió su actuación con Pipa y Guante con un farol de rodillas pegado a tablas. Le pegó delantales y revolera para acabar su actuación con el capote. El astado recibió dos puyazos en un mismo viaje y sin pelear mucho en el caballo. Con la muleta predominó la debilidad en el astado y la impresión de que le faltaban ganas al torero. Entre más pases más acusaba la falta de fuerza el burel a través de tener poco recorrido. Encontrar las distancias no fueron el fuerte del de a pie. Pinchazo, tres cuartos de acero contraria, silencio y ligera división fueron el término de esta primera oportunidad del matador moreliano. En el último de la tarde, Aquí y ahora, tras un comportamiento poco usual a la salida, Pepe López lo bregó bien con la capa. El astado salió rebrincando al sentir el primer puyazo en el tercio de varas. Para los posteriores, con la constante huída tras encontrarse con los caballos, recibió vario castigo en ambos terrenos. En el cambio de tercio y consecuente del comportamiento mostrado, el juez de plaza ordenó la colocación de banderillas negras. Algo exagerado pues se le había podido castigar al toro en el primer tercio y el fin recurrente de dicha orden es más cuando el tercio de varas no llega a su consumación. Estos palos, poco usados en la actualidad, sancionatorios para el toro y dañinos para la imagen de la ganadería, no cumplieron al final su objetivo; pues, en los lomos solo había dos de los seis que debieron estar. Mejoró un poco la actuación del torero, hubo muletazos por ambos lados y destacando el haber realizado la faena en tablas, muy ad hoc a las condiciones del socio. Estocada entera en buen sitio, dos descabellos, un aviso y palmas fueron el epílogo del festejo.

Así fue como se consumó la decimoprimera corrida de la Temporada Grande. Aprovecho, finalmente,  para mandar por este medio mis mejores deseos para el próximo 2016, que está por partir plaza en siguientes días, a mis cuatro lectores (como dijera el maestro, periodista y aficionado a los Toros: Armando Fuentes Aguirre “Catón”) de Por el pitón derecho. Espero que sea un gran año para todos, en donde se cumplan los objetivos personales y que taurinamente sea mejor que este año al que estamos por cortarle la coleta.

 

  • México D.F. Plaza de Toros México. 11ª Corrida de la Temporada Grande. Menos de un quinto de entrada en tarde con viento por momentos. Cinco toros de De Haro y uno de San Marcos, terciados en presentación y no fáciles en juego.
  • Víctor Puerto (rosa palo y oro): abucheo tras aviso y abucheo tras aviso.
  • José Luis Angelino (lila y oro): oreja con protestas y oreja.
  • Pepe López (azul turquesa y oro): silencio y palmas tras aviso.
  • El palco de la autoridad ordenó que se le pusieran banderillas negras al manso 6º de la ganadería de De Haro.
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