Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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En busca de metas más altas
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Valencia. Crónica 4ª de la Feria de Fallas

En busca de metas más altas

Luis María Garrido

Si hay una divisa que tiene ligada su corta aunque exitosa historia a la plaza de toros de Valencia, esa es actualmente la de El Parralejo. Novilladas muy completas, utreros excelentes y unas cuantas vueltas al ruedo. La novillada de hoy, con todos los novillos con alguna oreja que cortar, engrandece su leyenda. El hierro, otro de los protagonistas de la tarde que deben establecerse metas más altas.

Si Álvaro Lorenzo fuera de Sevilla teníamos las verónicas que le recetó al primero hasta en la sopa. Pero es de Toledo, y tiene aire de torero completo. El jabonero sucio que hizo primero parecía cogido con alfileres. Neolidia ligera. Gustoso el inicio de faena sacándose al toro a los medios. Cuerpo de joven pero cabeza de matador de toros. Administra los tiempos, entiende al flojo novillo y le aprieta en el momento justo. Cuando llega el acople con la derecha se encaja en una buena serie. Al natural con el novillo más venido a menos surge el trazo limpio de quién sabe manejar las telas con gusto. Falta novillo para cotas más altas de calado en los tendidos, y un epílogo más contundente. Estocada ligeramente caída. Vuelta al ruedo tras petición y ganas de verlo en el cuarto con un oponente de más enjundia, a poder ser. Y la verdad es que lo fue el cuajado y negro Habilitado. Más mansito pero con movilidad el de El Parralejo. Cuando inteligentemente le gana el paso Lorenzo surge la ligazón y el toreo cala en los tendidos. Reunidas las series por la derecha, graciosos los remates, valiente el parón cuando se intenta la arrucina. Pegado a tablas en la zona de chiqueros se mueve el de El Parralejo y torea con gusto sobre ambas manos. Más largo al natural, más reunido por derechazos. El toreo por todos los palos. Frenesí en el epílogo, con un sinfín de luquesinas. Estocada un poco baja de lento efecto, que afea la actuación global, pero que no impiden que afloren los pañuelos. Oreja tras aviso.

Ginés Marín desprende un aire de tan pasmosa suficiencia con los novillos que casi hasta le perjudica. Sobrado con la capa en su primero, sin dudar un instante en un ajustado quite por gaoneras. Los capotazos de Javier Ambel en un buen tercio de banderillas, marcan el camino. Se presiente novillo de lío y así fue. Se pueden imaginar la conjunción: lío al cuadrado. Qué torero Ginés Marín. Desde el principio la gente en el bolsillo. Vertical el inicio en el tercio, seis sin moverse y luego el festival de remates, arrucina incluida. Luego en el toreo fundamental, la colocación, la claridad, la limpieza... todo con inusitada facilidad. Y qué novillo de El Parralejo para soñar el toreo, nunca mejor dicho viendo el nombre. Un metro antes la cara colocada, desplazándose por abajo. Con un punto más de transmisión, de moquero azul. Venido el novillo a menos, empieza el insultante dominio de los terrenos de cercanías del extremeño. El epílogo, pura emoción. Pinchazo, estocada casi entera y dos golpes de verduguillo. Igual daban ya las orejas. Todos lo habíamos visto. Gran ovación para Sueñomío. El bonito castaño que hizo quinto ratificó aún más que Ginés Marín está hecho para mayor competencia. La buena cuadrilla a sus órdenes también tiene parte de culpa de que le embistan los novillos. Todo bien hecho y rápido. El inicio con el cartucho de pescado por la espalda y rápidamente ponerse a torear, y de qué manera, al natural deja claras las fuentes de las que bebe Ginés Marín. La soltura y la naturalidad que imprime a su toreo esconde a un muletero poderoso. Encuentra novillo en todos los terrenos. La colocación al natural, inmejorable. Cargando la suerte, volando la muleta por ambas manos con pasmosa facilidad y otro novillo de El Parralejo embistiendo por abajo. Dos novillos de lujo, sin duda el mejor lote, que demostraba que además había caído en las mejores manos. El arrimón final, de los que no se olvidan, apabullante Ginés Marín, dominando sin paliativos. Faena grande, pero ocurrió lo que no tenía que pasar. Dos pinchazos, estocada y dos golpes de descabello diluyen el sueño. Al final parecía imposible que tan magna tarde no sumara nada a la estadística de Ginés Marín. Pero por suerte esto no es solo números, sino emociones, y si Ginés Marín ha firmado esta tarde una de las mejores actuaciones de un novillero en Valencia en años, se dice y no pasa nada. Tarde de 3 o 4 orejas en la que se va de vacío por la espada. Ya entrará en otra ocasión. Te esperamos.

Cristian Climent entró a la plaza con un impecable blanco y plata de estreno que bien le habría valido hasta para tomar la primera comunión. Precioso el traje. El templado recibo de capa a su primero certificó que venía más relajado y asentado que en otras ocasiones. En banderillas marca de la casa sorista destaca un par al quiebro y al violín. Unos cambiados por la espalda para iniciar faena y el novillo blandeando de inicio. Los cites tan en corto pronto tampoco ayudan. El novillo repite sin ningún atisbo de codicia o transmisión. Al natural surge algún buen muletazo de frente, bien colocado. Pero falta "algo". Pinchazo y estocada un poco caída para saludar una ovación. El sexto por peso era un toro. Un taco de El Parralejo de 535 kilos. Hasta incluso en este, el lustre y las hechuras toda de la novillada, de ensueño. En la puerta de chiqueros lo recibió un Climent esta vez espoleado como acostumbra en su plaza. Bien picado por Doblado. Se lució Climent en banderillas especialmente al quiebro. En la muleta es un novillo más a la defensiva que sus hermanos, se para, se lo piensa más, pero esta vez sí el inicio a media altura es el correcto, de rodillas y ya a pie liga una buena serie por la derecha. Enseguida se descubre otro novillo aplomado y los dos han caído en el lote del novillero de El Puig. Cuesta tirar de él y Cristian extrae meritorios muletazos. Final por manoletinas. Estocada de rápido efecto y oreja cariñosa. Cinco actuaciones de Climent en Valencia desde su debut con picadores en las Fallas de 2014, y cinco orejas cortadas. Buen promedio.

Cómo será esto del toreo, que lo que más regusto deja, es lo que se va sin aparente premio. Ginés Marín, salía con la cabeza baja de Valencia. Nada más lejos de la realidad. Queda más que claro que está para encarar metas mayores, y su presentación en Madrid así como la cercana alternativa le pondrá a pelear con las figuras más pronto que tarde. Álvaro Lorenzo también debe buscar retos más altos pronto, tiene el toreo en la cabeza, un gusto verlo andar por la plaza y entender a sus oponentes. Por último, la divisa que pasta en Zufre, también debe seguir ya la evolución natural, y pelear con las divisas punteras en el mercado de las corridas de toros. El año que viene estará preparada la primera corrida de toros de El Parralejo. ¿Por qué no para Valencia? Es hora de buscarse metas más altas.

 

  • Plaza de toros de Valencia. 4ª de la Feria de Fallas. Con un tercio de plaza, se han lidiado seis novillos de El Parralejo, de buen juego el líneas generales y correctamente presentados, de buenas hechuras y rematados. Noble el jabonero 1º, excelente el repetidor 2º, aplomado el 3º, con movilidad el 4º, muy bueno el 5º, más a la defensiva el 6º.
  • Álvaro Lorenzo: Vuelta al ruedo tras petición y oreja tras aviso.
  • Ginés Marín: Vuelta al ruedo tras aviso y vuelta al ruedo tras aviso.
  • Cristian Climent: Ovación con saludos y oreja.
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