El novillero hidrocálido Leo Valadez, quien se encerró con astados de distintas ganaderías, como parte de los festejos de la edición veintidós del Festival de Calaveras que se desarrolla en la ciudad de Aguascalientes, ha tenido una tarde extrema al haber podido, por una parte, pasear un apéndice -entre protestas de algún sector-; y, por otro, haber arribado a los límites del fracaso al írsele vivo a los corrales el último astado que, por cierto, fue de regalo.

Tampoco hay que ser radicalistas. El compromiso era fuerte y este tipo de acontecimientos deberán servir para darle la vuelta a la página e iniciar una nueva lección con mayor compromiso e, incluso, con los cambios necesarios para tratar de que no le vuelva a ocurrir lo mismo al joven torero hidrocálido. Bastante fue el mérito de haber confrontado siete enemigos en una misma tarde.

Ayer los reflectores estaban fijos en Leo Valadez. La especulación hizo suponer, en algunas posturas, que estaba listo para afrontar este tipo de compromisos no fáciles. Sin embargo, las cosas no estuvieron del todo bien y eso ni el torero, ni la propia afición lo merecen. Para empezar, sería interesante preguntarle a la empresa ¿Qué ya no hacen? o ¿Qué dejaron de hacer? para que la San Marcos ya no tenga los entradones de “No hay boletos”, algo que como mínimo se suponía pasaría en este festejo (este mal también fue el mismo con la pésima entrada de la primera corrida un día antes).

A la autoridad hay que pedirle que si no ayuda tampoco perjudique. Su intento de pasarse el reglamento por el arco del triunfo, al no tocar los avisos en el tiempo debido por beneficiar a los toreros, en esta ocasión vino a afectarle al novillero hidrocálido. Era inminente la falta de fuerza del de a pie y el querer evitarle que se le fuera vivo el astado provocó un desgaste anímico entre los presentes, más del físico que padeció el coleta. Sin duda, fue una mala decisión de quien lleva los hilos de la carrera de Leo el haber tomado el recurso del regalo con el único objetivo de buscar que saliera triunfador a la fuerza y una vez que las cosas no habían salido como se esperaban. Ojo, que para colmo de males y en donde se podrán encontrar varias explicaciones, resulta ser que los mismos dirigentes de los cosos hidrocálidos son quienes manejan a Leo Valadez y las cosas, lo reitero, no van bien tanto para lo uno como el otro.

Leo Valadez no fue el mismo que por última ocasión había toreado en el coso sanmarqueño, el pasado 24 de abril de este año, de donde había salido triunfador con el corte de dos orejas. Esta vez, a ratos se le veía abusando de posturas, con dificultad para encontrar distancias, con dilemas para dar continuidad en las series con la muleta, con ciertos conflictos para conectar en los tendidos y con aprietos para mantener pulcritud en sus faenas; sin embargo, en otros instantes, se le notaba con intención de agradar como novillero con momentos bastantes buenos. En términos generales: estuvo entre altibajos. Con la espada simplemente fue un petardo y el carretón deberá estar en casa para que pueda entrenar en cualquier instante que esté libre este novillero. No podemos permitir que un buen prospecto, como lo es este coleta, se venga hacia abajo.

El único apéndice que cortó atrajo consigo reproche de un sector del público asistente. En lo personal, considero que ese trato fue injusto. El novillero había extraído momentos de interés a base de exponer con verdad absoluta, aguantando las puntas de los pitones que quedaban señalando su vientre o sus muslos, y aunque el acero, en la suerte suprema, quedó en colocación trasera, el esmero y la firmeza debían de reconocerse de esa manera. Respetable para quien no lo contempló así.

El variado encierro cumplió en presentación y destacaron, por el juego que dieron, el corrido en segundo lugar Tito de la ganadería de Los Encinos y el de regalo, que se fue vivo a los corrales, Necio de La Paz. La procedencia de los restantes fue: Montecristo con Trojano, Santa María de Xalpa con Amigo y Agradecido, Téofilo Gómez con Agua Nueva  y Boquilla del Carmen con Defensor.

Para este viernes se anuncia la segunda corrida con el rejoneador Emiliano Gamero y a pie  Arturo Macías “El Cejas” y José Garrido lidiando un encierro de Guanamé.

• Aguascalientes, Ags., México. Plaza de Toros San Marcos. Novillada del XXII Festival de Calaveras. Más de media plaza de entrada en tarde agradable. Seis novillos que cumplieron en presentación de diferentes ganaderías: Montecristo (1º), Los Encinos (2º), Santa María de Xalpa (3º y 4º), Teófilo Gómez (5º), Boquilla del Carmen (6º) y La Paz (7º, de regalo); sobresaliendo el corrido en segundo lugar.
• Leo Valadez (azul rey y oro), como único espada: Al tercio, palmas, palmas, una oreja, silencio, división de opiniones y tres avisos en el de regalo.
• El paseíllo lo realizó atinadamente el novillero acompañado de una niña y un niño como apoyo a combatir a los detractores políticos de la fiesta. Los sobresalientes fueron los novilleros Paulo Campero y Rafael Reynoso. Destacó en banderillas Aldo Navarro que saludó al tercio en el segundo y séptimo.