Javier Fernández-Caballero
Esta tarde dará comienzo la primera corrida de la Feria de Ciudad Real, villa manchega y humilde que rinde honor a su Patrona, Nuestra Señora del Prado, y no puede sino celebrarlo dando un serial de figuras. Se trata de una de las Ferias con más sabor y elegancia de toda la temporada y para la que el coso de la Calle Pedrera se ha vestido de gala. La empresa Maxitoro, con Maximino Pérez a la cabeza, ha sido la encargada de confeccionar la cartelería manchega logrando superar los 2.200 abonados para los festejos de este fin de semana.
Don José Vázquez, ganadería madrileña pura procedencia Domecq y Sonia González, vacada albaceteña del mismo encaste y propiedad del matador de toros Dámaso González, serán las encargadas de abrir la Feria ciudadrealeña.
En primer lugar actuará el sevillano Manuel Jesús El Cid, torero maduro y clásico que vuelve al coso manchego tras arrasar la pasada semana en El Puerto de Santa María y Vitoria, respectivamente. Por Madrid no pasó con la suerte de su mano o no supo aprovecharla: esperemos cumplan hoy los de Vázquez y González para dejar al sevillano desplegar lo mejor de su gracia hispalense.
Otro andaluz de arte torea en segundo lugar, el también sevillano Daniel Luque. El pasado 5 de agosto nos dejaba atónitos tras un faenón en la plaza francesa de Bayona a uno de Alcurrucén y será ahora y ante la afición calurosa de La Mancha donde dará la cara. Una oreja de mérito logró cortar el pasado San Isidro a base de ganas y tesón, lo que hicieron al público madrileño y al mundo del toro confiar en su concepto del toreo. Por eso está en Ciudad Real, porque ha demostrado con creces que su elegancia tiene un por qué.
El que también demostró durante la pasada Feria estar a la altura fue el villartero Fernando Tendero, que afronta con dureza su primer paseíllo en toda la temporada. Tras tomar la alternativa en Cenicientos, durante agosto de 2011 desorejó un astado de Santiago Domecq en el coso manchego con Morante y El Juli como testigos del arrojo torero. Hoy demostrará que en la Fiesta hay un hueco para la ilusión y las ganas de un matador de toros ambicioso para con su afición.
