Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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Jerónimo en la epifanía del toro
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Jerónimo en la epifanía del toro
Jerónimo en la epifanía del toro
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Jerónimo en la epifanía del toro
Jerónimo en la epifanía del toro
Jerónimo en la epifanía del toro
Jerónimo en la epifanía del toro
Crónica Ciudad de México. 8ª Temporada Grande

Jerónimo en la epifanía del toro

José Aguilera

En alusión al día conmemorativo a los Reyes Magos, Jerónimo, a quien poco se le ve en los carteles a últimas fechas, hizo una manifestación ayer en la plaza México de la madurez que empieza a forjar en su carrera como torero, una epifanía en el toro, imprimiendo ese temple y sentimiento que suelen gustar a la afición mexicana. En su primer astado, un tanto tenso por el compromiso, no se le vio del todo, abría más de lo normal la embestida, abusaba de la pose y se le percibía acartonado, acelerado y las distancias se perdían, bajo la coba y sin merecerlo dio una inmerecida vuelta al ruedo (él no necesita de todo ello); sin embargo, en su segundo, una vez que rompió el hielo, sin dejar de acusar las pocas oportunidades que tiene de tocar un pitón, destacó de una forma por demás positiva, arrancando los “Olé” más profundos de la tarde y levantando fuerte la mano para aquellas empresas que deseen hacer afición poniendo a matadores pocos comerciales pero llenos de arte puro. Es cierto, ese segundo de su lote quizá era para más, pues fue el mejor astado de todos los corridos, pero ese poco rodaje de los últimos tiempos, tal vez como justificación innecesaria, en ocasiones no ayuda al desenvolvimiento completo de cada faena. Lo que sí es un hecho es que el nombre de Jerónimo debe verse anunciado más en las próximas corridas a darse durante 2018. Darle toros a él puede ser una gran reinversión redituable a un corto tiempo. Bien por la empresa de la México en, acertadamente, haberlo puesto. La ganadería de Caparica envió la mayoría de sus astados cumpliendo en presentación y quedando a deber un tanto en juego.

Juan Pablo Llaguno lidió el lote más complicado, no tuvo opciones a modo y siempre dejó la voluntad en el ruedo, tratando de realizar a sus posibilidades lo que podía a fin de salir bien librado y con la frente en alto de quien se la juega en el albero. Pisó terrenos comprometedores y una muy fuerte voltereta se llevó, afortunadamente, todo parece indicar, que ésta solo quedará en los golpes. A este coleta queretano, bajo la impresión de que se vio adelantada su carrera al convertírsele prontamente en matador de toros, le puede costar más trabajo de lo normal sobrellevarla; pero, tiene cualidades de las que muy pocos poseen para destacar en el medio taurino. Otro joven que fue un acierto haberlo puesto en los carteles de la segunda parte de la Temporada Grande 2017-2018.

A Antonio Lomelín le debía la empresa su confirmación después de haberle hecho la canallada (síntoma de la novatez al dirigir el coso capitalino) de haberlo anunciado y haberse echado para atrás al quitarle la oportunidad. La tuvo y pudo confirmar su doctorado. Mucho rodaje es el que le falta, al igual que firmeza en sus faenas. Habrá que estar pendiente de lo que sucede con él en próximas ocasiones.

Jerónimo se enfrentó a Remolino con el que se le vio en las condiciones descritas anteriormente. Prolongó su actuación. Una vez que finiquitó a la res dio vuelta por su propio pie ante las protestas del público. A Vaquero lo toreó lleno de sentimiento con el capote. Tuvo una soberbia tanda por el derecho y detalles que transmitieron arte y emoción durante toda su labor. Los trincherazos llevaron estética. Mató de estocada entera y se le concedió oreja importante (Hubo algunos desorientados que pidieron la segunda).

Juan Pablo Llaguno a Ilusionista lo bregó acertadamente hacia las afueras en el recibimiento. Los doblones fueron el comienzo atinado de la faena de muleta. El de Caparica fue deslucido. Tras algunos pases se llevó el matador una fuerte voltereta. Dos pinchazos, tres cuartos de estocada, un aviso y ovación al tercio fueron el epílogo de su primera actuación de la tarde. Con Trueno, fallando al presagio de “No hay quinto malo”, estuvo voluntarioso. No hubo tela de donde cortar y pasaportó al burel con tres cuartos de acero en colocación caída.

Antonio Lomelín confirmó alternativa con Divino, recibiendo un aviso del palco de autoridad por haberse pasado de tiempo al  intentar darle muerte. Con el que cerró plaza, Soñador, le brindó la a su apoderado el matador Arturo Gilio. Tuvo algunos pasajes destacables. Finalizó con manoletinas y estocada tendida.

 

  • Ciudad de México. Monumental Plaza de Toros México. 8ª Corrida de la Temporada Grande 2017-2018. Un cuarto de entrada. Seis toros de Caparica que cumplieron en presentación quedando a deber en juego, a excepción del corrido en cuarto lugar que recibió palmas en el arrastre.
  • Jerónimo (negro y oro): vuelta al ruedo con protestas y una oreja.
  • Juan Pablo Llaguno (grana y oro): ovación al tercio tras aviso y silencio.
  • Antonio Lomelín, confirmó su alternativa (negro y oro): un aviso y silencio.

 

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