La segunda parte de la Temporada Grande 2017-2018 trajo consigo una serie de polémicas sobre los carteles que la conformarían. El desagrado predominó en varios, a unos pocos llegaron a gustar y en otros tantos la situación fue irrelevante; pero, hubo una cosa positiva: El haber sacado nombres, a los que se les debía el compromiso, brinda oportunidades y esperanzas de que alguno pueda destacar, más si se trata de esos toreros que pintan para buenos pero el rodaje continuo de su carrera no les ha sido favorecido como ellos quisieran. Con la de ayer, van dos tardes de las que han surgido aspectos interesantes. Uno de ellos, Jerónimo, quien actuó el domingo pasado, al parecer verá el fruto de su pequeña siembra en un plazo no tan lejano y con José Garrido, triunfador del festejo de ayer, indudablemente las cosas andarán por las mismas circunstancias en este país mexicano. Así pasa: Donde menos te lo esperas salta la liebre.
Arroyo Zarco, para este noveno festejo, mandó un encierro variado en presentación y manso. No hubo muchas opciones para los toreros. Garrido realizó lo más destacable con un toreo artístico, lleno de sentimiento, en el tercero de la tarde; Garibay se fue en blanco y Diego Sánchez confirmó su doctorado después de que el ciclo pasado se quedara anunciado sin haber toreado.
Garrido había dejado muy buena impresión el día que confirmó su alternativa, el 27 de noviembre de 2016, durante la temporada pasada y en esta ocasión tuvo oportunidad de comenzar a saldar esa deuda pendiente al haber enfrentado al único astado potable del festejo. Tal vez su faena no debía de haber sido premiada con la oreja, la colocación de la espada fue muy trasera, pero los pocos asistentes la pidieron y lo importante es el grato sabor de boca que dejó el oriundo de Badajoz.
Ignacio Garibay dio lances a la verónica a Aniversario. La demás labor se basó en caer en el agrado del público, ante un burel rajado, con cierto grado de variedad y por pequeños momentos hasta algo apresurado. Mató de pinchazo y estocada entera. Con Fernanditos las cosas no mejoraron, rayaron en la misma sintonía, él estuvo voluntarioso y tuvo algunas complicaciones con los aceros. Escuchó silencio en su lote.
José Garrido a Barba Roja le realizó lo interesante en el tercio de muleta. Por ambos pitones extrajo momentos de arte, temple y sentimiento. Un natural excelso se hizo acompañar por ese profundo olé. Los detalles no faltaron. Finalizó con bernadinas y dejó estocada de colocación trasera. Finalmente le fue concedido el apéndice. Con Hermoso Cariño las cosas se tornaron difíciles, pues desde los primeros tercios buscaba siempre el cobijo de las tablas producto de su mansedumbre. El torero español le dio su lidia requerida. Dicha condición no prestó posibilidad de triunfo alguno.
Diego Sánchez confirmó su alternativa con Brillante. Brindó la muerte de ese astado a su padre el matador Luis Fernando y a su tío Juan Carlos. Destacó el quite por chicuelinas después del tercio de varas. Las cosas no rodaron de la forma deseada subsecuentemente. Con el cierra plaza Nazareno, que fue deslucido, brincando al callejón a consecuencia de su falta de bravura, no alargó su labor al final de la misma.
Sígueme en Twitter @Jose_AguiTal
