Este miércoles se celebró el homenaje a José Luis Bote por el 25 aniversario de su alternativa como matador de toros. El escenario elegido, como no podía ser de otra forma, la Escuela de Tauromaquia de Madrid “Marcial Lalanda”. Lugar entrañable para él debido a que todo empezó ahí y en la cual ejerce como maestro. Arropado y acompañado de sus inseparables compinches, José Pedro Prados “El Fundi” y José Miguel Arroyo “Joselito”, así como de alumnos y claustro de profesores de la escuela, políticos, aficionados y público asistente, que no se quisieron perder este acto.
Tras unas breves palabras de Tomás Serrano Guío, Paloma García Romero y lectura de la carta de Juan Vicente que escribió para su amigo José Luis Bote, -el cual se emocionó de tal manera que hizo que perdiera su compostura-, dieron paso al turno de palabra a los integrantes del cartel taurino que en muchas tardes importantes en sus vidas compartieron.
“José Luis siempre demostró una afición encomiable, unas ganas y una bondad en su persona, que se han mantenido a través del tiempo”, explicó El Fundi. “Tras el cornalón del toro de Los Eulogios en Benidorm demostró una vez más su afición, sus ganas de querer ser torero, de no rendirse nunca ni cuando lo estaba pasando peor, y cuando todos pensamos que parecería que se iba a quedar postrado a una silla de ruedas, luchó, luchó y luchó, sobre todo y por encima de todo, más que por lo personal, por lo profesional”, sentenció el torero madrileño.
Por su parte, José Miguel Arroyo “Joselito” apuntó con respecto a sus dos compañeros que “les tengo especial cariño, tanto que cuando me dicen de estar con ellos y de estar en algún momento bueno, me agrada enormemente porque sé que voy a ver a alguien de mi familia. La sangre no sirve para nada. Es mucho más el cariño y el afecto y en este caso, aunque ellos no lo sepan, lo digo hoy, para mí son bastante más que mucha gente de mi familia”.
Cerró acto el homenajeado, José Luis Bote, que señaló que “estos 25 años me hacen sentirme cada día más orgulloso de haber elegido la profesión de torero y poder ser matador”; aunque “no ha sido fácil el camino”, argumentó. Tras recordar el total de nueve cornadas que sufrió, explicó en relación a la escuela que “nunca me va a parecer suficiente el trabajo que yo hago en esta entidad. El listón lo pusieron muy alto sus creadores. Ahora con mi trabajo, si me dejan, espero no poder defraudar y no vivir de las rentas, seguir produciendo para que se mantenga ese legado que nos dejaron aquellos que formaron parte de su fundación”.
Terminó agradeciendo a todo el mundo su cariño y asistencia al acto: “Me siento muy orgulloso de haber sido vuestro compañero y, sobre todo, poder ser vuestro amigo. Este homenaje se lo dedico a mi mujer, por todo su amor y por todo su cariño. Por todo lo que me has aguantado durante todo este tiempo”
Tras finalizar los discursos, se hizo entrega de diplomas a los alumnos destacados del curso 2012 y premios a los alumnos aventajados del curso 2012-2013. Y de esta manera quedó inaugurado el curso 2013.