Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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No era año de vendimia
No era año de vendimia
No era año de vendimia
No era año de vendimia
No era año de vendimia
No era año de vendimia
No era año de vendimia
No era año de vendimia
No era año de vendimia
No era año de vendimia
No era año de vendimia
No era año de vendimia
No era año de vendimia
No era año de vendimia
No era año de vendimia
No era año de vendimia
No era año de vendimia
No era año de vendimia
No era año de vendimia
No era año de vendimia
No era año de vendimia
No era año de vendimia
No era año de vendimia
No era año de vendimia
No era año de vendimia
No era año de vendimia
No era año de vendimia
No era año de vendimia
No era año de vendimia
Crónica Madrid. Día de la Hispanidad

No era año de vendimia

Darío Juárez

No estaba el vino para catas pese a su atractivo color. La corrida de Partido de Resina –antes Pablo Romero– portaba un recio sabor e inesperado aroma, que hizo que las cerca de diez mil personas que se dieron cita en Las Ventas en el Día de la Hispanidad se mojaran los labios únicamente con el tercero de la tarde… y a medias. Una tarde esperada para los aficionados, pues después de la suspensión por lluvia en San Isidro, regresaba la divisa albiceleste a Madrid. Sin lona y sin necesidad esta vez de ella, el encierro cárdeno y variopinto que salió por chiqueros dejó mucho que desear por manso pese a verse algún detalle distinto de otros encastes en el comportamiento de las lidias. El primero mandaba a Rubén Pinar a la enfermería con un tabacazo de aúpa, desembocando en dos trayectorias e impidiéndole lidiar y dar muerte al cuarto. Gómez del Pilar dio una vuelta al ruedo tras el arrastre del tercero, derrochando disposición y entrega; mientras Javier Cortés obró con mucho aseo y dignidad ante el lote más difícil.

¡Qué lástima! Con las ganas que había de ver a este torero en el momento en el que se encuentra. No pudo ser y esta vez el toro no perdonó y envío a Rubén Pinar a visitar al galeno. Antes de llegar al recibo, el animal hizo el intento de saltar al callejón sin fortuna. Se le picó sólo una vez para terminar moviéndose en la muleta con cierta soltura, pero saliendo siempre con la cara haciendo guiños a las banderas. En uno de esos impases, el toro desarmó al matador y al volverse hacia lo que se dejaba atrás, le propinó una soberana cornada que hizo efectiva el reguero de sangre que el torniquete no soliviantó. Volvió a la cara del toro para dejar dos tandas más antes de entrar a matar, donde no obró para bien, ni el animal puso nada de su parte.

Mirando a los ojos del torilero, se dirigió Gómez del Pilar a buscar la portagayola que saludaba al tercero de la tarde. Una pintura de toro. Serio y astifino pero muy bien hecho. Se gustó sin excelencias en el caballo, llegando a la muleta midiendo mucho al matador, que lo quiso poner de largo en el caballo con detalles muy toreros con el capote. Aguantó miradas de aviso, sabiendo afianzarlo con firmeza de plantas aunque a veces le aunaran las dudas. El toro fue codicioso por momentos alcanzando cotas altas, pero la falta de humillación y finales hicieron que los tendidos se quedaran a medias. Enterró la espada después de pinchar, valiéndole para dar una vuelta al ruedo. El sexto, lidiado en quinto lugar, fue un manso de libro que sólo buscaba la huida permanentemente. También lo recibió de rodillas en la puerta, antes de lograr meterlo en el percal después de un largo tanteo. Salió del peto con dos señores puyazos, aunque orientado en banderillas con un último arreón por querer alcanzar el bulto. El toro no humilló jamás, suelto de telas y buscando la puerta para encontrar su sino. Noé hizo lo que pudo con lo que tenía delante de una manera muy digna.

Si el primero había mandado a Pinar a la enfermería, el segundo hizo lo propio con José Antonio Prestel, cuando al buscar el olivo tras la salida del segundo par, hizo por él hasta empujarle con el testuz en el aire y mandarlo al tejadillo del burladero de empresa, para después caer toro y torero al callejón. Increíble lo que hizo este manso y “encastado”, entre comillas, que no dejó de barbear las tablas, sin querer nada por abajo y saliéndose de las telas sin ninguna fijeza constantemente. Javier Cortés no le dejó pensar, dejando la muleta como primer estímulo, ya que este sólo miraba al callejón buscando vaya usted a saber qué... Lo dejó por imposible. El quinto, lidiado en cuarto lugar, fue un remiendo de José Luis Pereda sin un ápice de fuerza. Perdió las manos en demasía y eso provocaba la irritación en el público. Cortés estuvo señorial, queriéndolo mimar pese a su mala condición. Y el sexto, que fue sorteado en cuarto lugar y con correspondencia para Pinar, sólo destacó por su belleza. Por delantales lo transportó al caballo donde no se empleó, además dio un alarde de reacias embestidas en la muleta. El de Getafe estuvo firme y seguro en todo momento, con un lote que sin oficio te manda a casa con el rabo entre las piernas. Cortés es un torero al que Madrid va a esperar. Y mucho.

 

  • Madrid. Plaza de toros de Las Ventas. Festividad de la Hispanidad. Algo más de un tercio de plaza (9.236 espectadores) en tarde apacible. Se lidiaron cinco toros de Partido de Resina y uno de José Luis Pereda (4°), de muy buena presentación. Sin humillar y reservón el 1°, manso y atontado el 2°, con cierta transmisión el 3°, sin fuerza ninguna el 4°, manso revenido el 5° y reacio y malo el 6°.
  • Rubén Pinar (azul rey y oro): ovación con saludos en el único que mató.
  • Javier Cortés (grana y oro): ovación con saludos, silencio y silencio.
  • Gómez del Pilar (verde botella y oro): vuelta al ruedo tras aviso y silencio tras aviso.
  • Se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas de las riadas de Mallorca.

Parte médico de Rubén Pinar: Herida por asta de toro en tercio superior de cara interna del muslo derecho de dos trayectorias. Una de 25 cm. hacia arriba que contusiona en el isquion y otra hacia atrás de 20 cm. que bordea el fémur produciendo destrozos en los músculos abductores y contusiona paquete vasculonervioso. Es intervenido en la enfermería y trasladado al Hospital San Francisco de Asís con cargo a la Fraternidad. Pronóstico: Muy grave que le impide continuar la lidia. Firmado: Dr. García Leirado.

Parte médico de José Antonio Prestel: Contusión en el primer dedo de la mano izquierda y contusión en el muslo derecho. Pronóstico: Reservado, que le impide continuar con la lidia. Firmado: Dr. García Leirado.

 

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