Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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Hermoso tapa a los MouraÂ…
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Las Ventas. Crónica de la 16ª de San Isidro

Hermoso tapa a los MouraÂ…

Leo Cortijo

… o por lo menos, disimula la lamentable tarde de los jinetes portugueses. Se despidió de la plaza de Madrid Joao Moura, el rejoneador lusitano que trajo con Ferrollo el toreo a dos pistas y la pureza estilística del país vecino. Ahora bien, dijo adiós de una forma triste y aciaga, entre pitos, dejando tras de sí nueve puertas grandes. Lo hizo también siendo padrino de la alternativa y confirmación de alternativa de su hijo, Miguel Moura. Sí, han leído bien. El pequeño de los Moura tomó la alternativa el mismo día que la confirmó. Casi ná. Eso sí que es matar dos pájaros de un tiro y lo demás son tonterías. Si alguno entiende el galimatías, que nos lo explique, por favor, porque somos muchos los que no damos crédito. Testigo de tan llamativa ceremonia, Pablo Hermoso de Mendoza, que hacía su primer paseíllo en España esta temporada, dejando, -con muchísima diferencia-, el mejor toreo a caballo de la tarde.

Comenzó bien Hermoso a lomos de Dante, clavando de forma impecable el rejón de castigo. Muy buenas las dos primeras banderillas al quiebro tras templar al toro de forma magistral, llevándolo siempre consigo y haciéndole la faena que el de Los Espartales cantaba a los cuatro vientos. Vistos los antecedentes portugueses en la tarde de hoy, por fin se veía toreo a caballo del de verdad. La mejor lidia, por templada, llegó a lomos de Ícaro, uno de los caballos más importantes de la enorme cuadra del jinete navarro. Con Pirata, dos cortas y el teléfono para levantar a los tendidos y dejar todo en lo alto, antes de venirse abajo tras marrar con el rejón de muerte.

Con un buen recorte dejó colocado al segundo de su lote para clavar a la segunda el de castigo, antes de ver cariacontecidos dos quiebros fallidos, pues el toro se anticipaba al movimiento de Manolete. Montando a Van Gogh dibujó un quiebro de pintura, -valga el manido juego de palabras-, para acabar faena con Pirata, con el que dejó lo mejor de la faena y, seguramente, de toda la tarde: un sensacional par de banderillas cortas a dos manos. No pinchó como en su primero, pero eso sí, lo dejó trasero y caído, y precisamente eso fue lo que echó para atrás a Muñoz Infante a la hora de conceder la segunda oreja. Acertado el presidente en este sentido. La primera era obligada, ya que Hermoso dio seriedad a la tarde y los tendidos así lo quisieron.

Con 16 años se presentó en Madrid, y en su haber quedan nueve puertas grandes, pero está claro que la despedida de Joao Moura del coso capitalino no ha sido, ni de lejos, la que soñaba. Fue abroncado tras dar un bochornoso espectáculo con el rejón de muerte en el toro de su despedida, con el que casi se pierde la cuenta de veces que pinchó (servidor llegó a contar hasta una docena). Antes de todo eso, y en el global de una desafortunada y pobre tarde, el rejoneador de Monforte dejó dos faenas que supieron a muy poco. Su primero se dolió del rejón de castigo, que pudo lesionarlo, pues perdía las manos constantemente y de forma súbita. Muy poco. Precipitado con el de castigo y con las banderillas en su segundo, la faena nunca llegó a nada. Otra vez, muy poco. Mirando el vaso medio lleno, quedémonos con el recuerdo del Joao Moura de otras tardes, con ese caballero a caballo, y no con su última tarde en Las Ventas. Por que si no…

Muy dubitativo y muy verde todavía el pequeño de los Moura con el toro de su alternativa/confirmación de alternativa. Presentarse en Madrid en pleno San Isidro y con tan poco bagaje, es una temeridad que puede salir realmente mal. Camino llevaba de ello tras juzgarlo después de su primer toro, aunque luego se pudo disimular su actuación con el que cerró festejo. Evidentemente, todo juicio se hace sabiendo que tiene 16 años y que tiene por delante muchísimo tiempo para aprender. Lo necesita.

Se le notó muy nervioso con el que abrió plaza, pues el primer rejón de castigo lo clavó muy abajo y el segundo se partió sin clavarse completamente. Lo mejor que hizo Miguel Moura durante toda la tarde fue llevar encelados a los toros en todo momento para llevarlos a los terrenos que él quería. Sobre Quite necesitó hasta tres intentos para dejar su primera banderilla. Con Descarado lo más desconsiderado llegó cuando el caballo lanzó un mordisco al toro de Los Espartales, tomando mal ejemplo de Diego Ventura y su Morante. Sinceramente, ese gesto no es de recibo, no sienta bien y debería evitarse. Eso no es torear a caballo, simplemente es circo. Para eso no estamos.

Distraído de salida fue su segundo, lo que se agudizó por la eternidad que tardó en clavar el precoz jinete el rejón de castigo, y cuando lo hizo no se fue trasero, sino lo siguiente. Aún con todo, anduvo más tranquilo y más sereno que en su primer parlamento. Los quiebros que ejecutó no fueron tal, ya que se iba de la suerte uno tras otro. Con las cortas se metió al público en el bolsillo y todo se lo jugaba a la hora de matar. Marró de nuevo dejando medio rejón trasero y contrario que su cuadrilla, rauda y veloz, se encargó de quitar. Aún con todo, y sobreponiéndose al primer varapalo, la ovación del respetable le animó a dar la vuelta al ruedo. Viendo el vaso medio lleno, -otra vez-, que esto le sirva para aprender. Necesita mejorar y tiene tiempo para ello.

 

  • Las Ventas. 16ª de la Feria de San Isidro. Corrida de rejones. Tarde de “No hay billetes”. Se han lidiado seis toros de Los Espartales –reglamentariamente despuntados–. Colaboradores en líneas generales. Destacó por su calidad y continuidad el 3º.
  • Joao Moura, que se despedía de Madrid: pinchazo, medio rejón y descabello (silencio). Una docena de pinchazos, medio rejón y descabello (pitos).
  • Hermoso de Mendoza: tres pinchazos y rejón (ovación). Rejón trasero y caído (oreja con petición de la segunda).
  • Miguel Moura, que tomaba y confirmaba alternativa: dos pinchazos y rejón (silencio). Pinchazo y medio rejón trasero y contrario (vuelta al ruedo).

 

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