Después de muchos años nos libramos en El Bibio de la lluvia el día de los fuegos. Ayer fue el primer aniversario de alternativa de Damián Castaño. Mi recuerdo al diestro salmantino que el curso pasado se doctoró en nuestra plaza. Una temporada después de su buena primera faena como matador de toros pocos son los contratos en esta campaña. Ánimo.
Ayer en El Bibio, como no podía ser de otra forma, todo comenzó recordando la gesta de Ferrera y Castaño. Los toros de Valdefresno pusieron difícil que la conversación se actualizara para hablar de lo sucedido en el ruedo. El único momento que trascendió, amén de los esfuerzos de Fandiño, fue la grave cogida a Rafael Perea «El Boni» durante el tercio de banderillas en el segundo de la tarde. En un momento de despiste el toro apretó y no tuvo tiempo de taparse. El de Valdefresno lo sacó del burladero de matadores y se quedó a merced de las astas del toro que lo cazó en la cara interna superior del muslo derecho.
La atención estaba en la enfermería porque en el camino se le vio perfectamente un tremendo destrozo. La cornada tenía tres trayectorias. La primera hacia arriba y hacia fuera de 20 centímetros, otra de diez que diseca el fémur y una de 15, ascendente que llegó a la ingle. No afectó vasos importantes aunque sí produjo destrozos musculares. Tras los drenajes en la plaza fue trasladado al hospital de Cabueñes. Mientras atendían a «El Boni» el magnífico equipo médico de la plaza «El Cid» intentó a media altura que no se le derrumbara el inválido segundo al que saludó por delantales en el centro del ruedo. El público desistió un rato antes que Manuel Jesús. Con el quinto de la tarde obró una serie al natural de mayor calado y se esforzó en dotar a la faena de mayor entidad. Valdefresno de mal estilo, metiéndose por el derecho y buscando a su lidiador. «El Cid» no pudo hacer más con un lote infumable.
Peor fue el que sorteó Iván Fandiño quien, desgraciadamente, sigue sin tener suerte en Gijón. Brindó al público su primero, allí mismo, sin mover las zapatillas, citó al toro que aguardaba en el burladero del tendido 4. En el último momento cambió la muleta por la espalda para el péndulo. Llegó una primera tanda con ligazón, difícil ponerle pausa. Se intentó hacer con un toro sin gracia ni casta que aun así había brindado al público. De su empeño llegó la caída tras la cual quedó a merced de un toro que hizo por él hasta que llegaron los capotes salvadores que se lo quitaron de encima. El pitón rasgó la taleguilla a la altura del glúteo. Fandiño sacó raza para robarle dos tandas más y esperar mejor fortuna con el que aguardaba en chiqueros. Tampoco hubo suerte. Al contrario, Fandiño sudó con la guasa que guardaba el sexto, con el hierro de Hermanos Fraile Mazas. Demasiado tiempo estuvo en la cara de este toro carente de contenido. Al final, se sucedieron los descabellos hasta superar las dos horas de festejo. Por lo menos no se hizo larga.
Además debutó en El Bibio el torero de Linares Curro Díaz tras caerse del cartel en el año 2010. El toro salió suelto en los intentos del diestro de pararlo sin éxito con el capote. En banderillas llamó la atención la colocación de los tres pares, exageradamente traseros. ¿Los tres? Premeditación y alevosía. Montera en mano llegó al centro del redondel como ritual de bautismo con los aficionados locales. El que abrió plaza, también del segundo hierro de Nicolás Fraile, ofrecía y exigía a partes iguales. Puso a disposición de Curro Díaz un buen pitón izquierdo a cambio de un pasito hacia adelante y apostar de verdad, con fe, en que aquello podía tomar vuelo. La falta de entendimiento entre emisor y receptor dejó al público indiferente. Con los rehiletes destacó Montoliú en el cuarto, clavando en la cara en los dos pares que dejó arriba. Momentos de apuros cuando tras el encuentro lo persiguió hasta las tablas adonde directamente se lanzó sin pensar un Montoliú que estaba cogido. Le faltó transmisión en la muleta, también a su oponente. Tras pinchazo, dejó una estocada certera que no evitó el silencio como valoración. Hubo palmas cuando abandonó la plaza.
Y así transcurrió el día después. Carente de contenido artístico y con el sobresalto, y van muchos, de la grave cornada que invita a pensar que la protección que durante tantos años ofreció la Santina está en crisis o afectada por recortes. Sea como fuera, esperemos que, hoy, por lo menos, esté atenta para poner un broche triunfal a nuestra Feria de Begoña.