Se debe tener muy poca vergüenza, muy poca ética y muy poco amor a tu ganado cuando permites que a tus toros, a esos animales que dices amar, cuidar y proteger les manipulen las astas. Habrá quien diga que ellos dejan de ser los responsables al momento de la paga y del embarque porque desde ese momento ya no son de su propiedad. Vaya estupidez, eso es no tener dignidad y ser parte del fraude tan descarado como el que vimos en La México y que vemos en la mayoría de las plazas. Otros sinvergüenzas dirán que uno miente mientras no se demuestre lo contrario con un examen post mortem, pero no se equivoquen ganaderos, empresarios y matadores, no todos somos tontos.
Es fácil comprender porqué los chuflas que llevan el marketing de La México no muestran las fotos de los toros a lidiarse. Si lo hicieran no se paraba más que aquel que le vale un pito la integridad del rey de la fiesta.
A esto sume que los toros lidiados en La México saltaron con muchísimos kilos de más. Eso lo tendría que saber su propio criador, los kilos no dan el trapío, los da la edad y que en este encaste no caben tantos kilos. Ni un solo toro fue bravo, ni un solo toro tuvo casta o raza. Algunos se quisieron mover pero los kilos de más los paraban y terminaban pidiendo la muerte. Hay que recordar que La Estancia forma parte del club de amigos de la empresa, así que seguramente la próxima temporada estará en el coso de Insurgentes. Así como es un fraude manipular astas, lo es de igual manera vender novillos por toros como lo hizo esta misma ganadería en Guadalajara por allá de la temporada 2015-2016 y se llevó una sanción; así que el fraude es algo común en esa casa ganadera. Sin embargo no hay culpable más grande en todo esto que la empresa. Punto.
Confirmó Héctor Gutierrez con Encino dejando buen sabor de boca por sus maneras de hacer e interpretar el toreo. Todo lo hace de manera natural y eso se agradece. Tiene variedad con el capote: un par de saltilleras, una gaonera y la revolera. Con la muleta, con toques suaves, logró algún buen muletazo templado pero la falta de fuerza del toro todo lo echó a perder. Por el izquierdo, un buen natural y terminó por bernardinas. Dos pinchazos y una entera caída para escuchar un aviso. Con el que cerró plaza, de nombre Larga Vida, poco pudo hacer ya que el toro no tuvo virtud alguna y terminó rajándose. Mal con la espada, cuatro pinchazos, entera, dos avisos.
Joselito Adame tuvo en suerte a Comino, con el que estuvo correcto, con técnica y oficio. Destacaron las caleserinas y una tanda por el derecho. No busquemos en el mayor de los Adame un torero artista o un torero de pellizco, es un torero bullicioso y esos también tienen sus partidarios. Lo que sí tiene que cuidar es no parecerse a su apoderado porque eso le traerá más críticas y con las que tiene deben ser suficientes porque son muchas. Dos pinchazos, media, un golpe de descabello y un aviso. Con Coquetón trató de agradar incluso colocando banderillas. Inició su faena de muleta sentado en el estribo pero no es lo de él, después echó rodilla en tierra. El resto, muletazos infumables también debido a la debilidad del animal. Por el izquierdo, nada, absolutamente nada. Uno por el derecho en redondo para terminar por manoletinas. Entera y una oreja que se tuvo que otorgar por medir con la misma vara con la que se han otorgado todas las que van al momento ésta y muchas temporadas, regaladas; sin rigor alguno.
Roca Rey salió como siempre lo hace, viendo toro en todo lo que sale por toriles. Su primero fue Amanecer, un toro con medias embestidas, apagadas, pero a las cuales les puso coraje hasta lograr inventarse una faena donde no la había. Atacó en el momento justo y logró mandar hasta hacerse sentir, ligando y templando pero sin eso que hace falta, que es lo que debería de poner el toro. Un natural exquisito, casi en redondo, deletreando el toreo. Se tiró a matar dando el pecho, entera y dos orejas excesivas por donde se le vea pero que ya es una maldita mala costumbre en La México. Con su segundo, Buen amigo, hay que destacar la labor en banderillas de Octavio Chacón. Un Roca Rey muy firme, pero ante las deplorables condiciones del toro, fue imposible hacer algo. Entera que quedó contaria y tres pinchazos. En lo personal, el peruano me sigue debiendo en La México.